Artículos 03 junio 2024

Tratamiento y prevención del herpes zoster, ¿cómo abordarlo?

Dra. Ingrid Baquero Mejia Inmunólogo
Dra. Ingrid Baquero Mejia
Inmunólogo

El herpes zóster (HZ) es una enfermedad común que puede afectar significativamente la calidad de vida de los pacientes3. Es la manifestación neurocutánea de una reactivación oportunista del virus varicela zóster (VVZ). En la mayoría de los países, como en España, más del 90% de los adultos han sido infectados con el VVZ y, por lo tanto, podrían desarrollar HZ.3

El síntoma principal del HZ es un dolor intenso4, que acompaña a un eritema vesículo-ampolloso que generalmente se resuelve en el plazo de un mes tras la aparición de las lesiones. Existen presentaciones atípicas, como dolor unilateral sin lesiones cutáneas o afectación bilateral. Las recurrencias y la enfermedad diseminada son más frecuentes en las personas inmunodeprimidas (diabetes, VIH-SIDA, autoinmunidad, obesidad, cáncer, enfermedades hematológicas tipo leucemia o linfomas, entre otros4).

Tratamientos actuales

Los objetivos principales del tratamiento del HZ son frenar la extensión y duración de los síntomas cutáneos, reducir la intensidad y duración del dolor agudo y reducir la intensidad del dolor asociado con la Neuralgia post herpética3. En los pacientes inmunodeprimidos y otros pacientes vulnerables, la intención del tratamiento es reducir la frecuencia y gravedad de las complicaciones4.

Por tanto, los 3 componentes principales del tratamiento frente al HZ agudo son fármacos antivíricos, analgésicos y tratamiento local3; siempre teniendo en cuenta la situación clínica de cada paciente.

El tratamiento antivírico se recomienda cuando existe un mayor riesgo de complicaciones o secuelas. Cabe mencionar:

  • HZ en cualquier localización en personas de 50 años o más.
  • HZ en la cabeza y/o el cuello.
  • HZ en pacientes inmunodeprimidos.
  • HZ en pacientes con enfermedades cutáneas predisponentes como dermatitis atópica.
  • HZ en niños o adolescentes bajo tratamiento médico prolongado con ácido salicílico o corticoides.
  • Pacientes menores de 50 años con HZ en tronco o extremidades, aunque no tengan factores de riesgo ni presenten signos de evolución desfavorable.
  • HZ en cualquier localización que presente dolor moderado o intenso, lesiones hemorrágicas o necróticas o que se afecte mucosas3.

Actualmente, existen 4 análogos de nucleósidos eficaces por vía oral frente al HZ: aciclovir, valaciclovir, Famciclovir y brivudina3. Sin embargo, estos tratamientos aún no han demostrado ser eficaces para disminuir la incidencia de la neuralgia post herpética. Siempre deben ser pautados bajo indicaciones médicas, realizándose el seguimiento pertinente por el equipo de salud. La pauta de tratamiento habitualmente es oral y con una duración alrededor de 7 a 10 días según fármaco utilizado, vigilando que no aparezcan complicaciones que obliguen a prolongar la terapia o en su defecto a utilizar la vía intravenosa y/o hospitalización del paciente4.

El dolor agudo asociado al HZ aparece en más del 95% de los pacientes mayores de 50 años. Inicialmente, este dolor es nociceptivo, pero posteriormente puede aparecer un componente neuropático1. Para su tratamiento se utilizan analgésicos, aunque la aplicación de compresas frías y húmedas sobre las ampollas puede ayudar a aliviar el dolor1.

En ausencia de control agudo del dolor, y ante la sospecha de un componente neuropático, los analgésicos pueden combinarse con otros fármacos como anticonvulsivos3.

Dentro de las pautas de tratamiento se pueden también realizar tratamientos tópicos sobre las lesiones cutáneas con el fin de acelerar el proceso de costra y evitar las molestias y las sobreinfecciones. Para ello se suelen aplicar fomentos de sulfato de zinc diluidos1. Siempre y cuando no existan alergias o intolerancias en el paciente, y siempre bajo prescripción facultativa. Es importante evitar ropa ajustada que roce con las lesiones, ya que puede generar molestias y enlentecer el proceso de curación.

Si existiese afectación ocular, se debe derivar al paciente al servicio de oftalmología, donde le pautarán el tratamiento indicado para ello.

En casos especiales, como en pacientes con VIH-SIDA u otros estados que comprometan el sistema inmune, y según la evolución del paciente, tiende a emplearse la vía intravenosa para el tratamiento, por lo que requerirán probablemente hospitalización. De esta forma se reduce la posibilidad de que aparezcan complicaciones posteriores.

Si existe neuralgia posherpética lo más importante será el uso de analgésicos para el alivio del dolor, escalonando analgésicos y realizando pautas combinadas según las características de cada paciente y según consideración del equipo de salud tratante.

¿Quién puede contraer herpes zóster? ¿Es contagioso el herpes zóster?

Cualquier persona que haya tenido varicela puede desarrollar herpes zóster.

La enfermedad puede aparecer a cualquier edad, siendo más frecuente a partir de los 50 años1.

Además, la probabilidad de desarrollar herpes zóster aumenta en personas con inmunosupresión, es decir, estados de salud donde el sistema inmune está deteriorado y poco activo, no siendo capaz de realizar una defensa adecuada o en situaciones de estrés agudo o crónico.

El herpes zóster generalmente ocurre una vez, pero ocasionalmente puede repetirse. No se adquiere por el mero contacto con alguien con varicela o con herpes zóster. Pero las vesículas contienen el virus varicela zóster y, por tanto, son infecciosas, y será a través de ellas que se puede contagiar.

Las personas que aún no han padecido varicela o que no han sido vacunadas pueden infectarse si entran en contacto con las vesículas del herpes zóster, en cuyo caso desarrollarían una varicela.

Para prevenir la transmisión a personas con inmunosupresión, las vesículas del herpes zóster deben cubrirse con cuidado hasta que formen una costra, generalmente entre 7 y 10 días.

mujer camiseta blanca picor brazos La vacunación es la medida más efectiva para prevenir el herpes zóster.

¿Cómo se previene el herpes zóster?

La vacunación es la medida más efectiva para prevenir el herpes zóster. En España hay disponible una vacuna frente a herpes zóster inactivada2.

Es una vacuna producida por técnicas de recombinación de ADN que contiene la glicoproteína E del virus varicela zoster y un adyuvante2. La pauta de vacunación consiste en dos dosis con un intervalo entre 2 y 6 meses entre dosis, que se administran por vía intramuscular2. Esta vacuna se puede administrar en personas con inmunosupresión y siempre bajo prescripción facultativa.

¿A quién se recomienda la vacunación frente a herpes zóster?

La vacunación se recomienda a personas de 65 años y a personas a partir de los 18 años que tienen un alto riesgo de padecer herpes zóster, por presentar alguna de las siguientes condiciones2:

  • Trasplante de progenitores hematopoyéticos.
  • Trasplante de órgano sólido.
  • Tratamiento con fármacos anti-JAK.
  • Infección por VIH.
  • Hemopatías malignas.
  • Tumores sólidos en tratamiento con quimioterapia.
  • Antecedente de dos o más episodios de herpes zóster.

¿Cómo se administra la vacuna y cuántas dosis son?

La pauta de vacunación consiste en dos dosis, que se administran por vía intramuscular, con intervalo entre 2 y 6 meses entre las dosis. Según cada situación tu equipo médico te asesora en los intervalos de dosis si hay algún cambio respecto al calendario normal. No obstante, en situaciones de inmunosupresión en las que interese una protección precoz el intervalo puede acortarse a un mes2. ¿Y las dosis de recuerdo, son necesarias? Hasta el momento, no se dispone de información sobre la necesidad de una dosis de recuerdo. Estudios sobre la respuesta inmune tras la vacunación muestran que los títulos de anticuerpos están muy por encima de los títulos antes de la vacunación hasta los 10 años tras la pauta completa2.

Recomendaciones para prevenir la propagación del virus

Otras recomendaciones que pueden ayudar a prevenir la propagación del virus, a otras personas, evitando el contacto durante la infección activa con:

  • Personas con sistemas inmunitarios debilitados.
  • Personas que no hayan tenido varicela o que no hayan recibido la vacuna contra la varicela, especialmente si están embarazadas.
  • Bebés prematuros o de bajo peso al nacer.
  • Mantener la erupción cubierta.
  • No tocar ni rascarse la erupción.
  • Lavarse las manos con frecuencia.

Teniendo en cuenta todo esto y reconociendo el papel fundamental de nuestro sistema inmune, el cual nos defiende y ayuda a combatir las infecciones a las que nos exponemos y enfrentamos, es importante recalcar que debemos reforzarlo a través de la dieta y hábitos saludables, así como manejo del estrés o situaciones que nos debiliten dichas defensas. Puedes pedir cita con un inmunólogo experto en herpes zoster para que pueda ofrecerte un tratamiento adecuado.

Referencias
  1. Fesemi. Información pacientes.
  2. Ministerio de Sanidad. Preguntas y respuestas Herpes Zoster.
  3. JMMolero, J Ortega, I Montoro, NMcCormick. Estado actual del herpes zóster y las nuevas perspectivas para su prevención. Sciencedirect. VoL 25, Issue 2,2024.
  4. Blog de pacientes Doctoralia

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