El trastorno afectivo estacional (TAE) es una patología frecuente, cuya prevalencia se halla entre el 1 y el 10% (1) de la población con una incidencia mayor en mujeres que en hombres. La edad media en la que suele darse el TAE es alrededor de los 20 -35 años, con algunos casos en la adolescencia y con una incidencia decreciente a medida que aumenta la edad.
El TAE define como la presencia de episodios depresivos mayores recurrentes en una época determinada del año (generalmente a finales de otoño e inicios de invierno) con remisión total cuando pasan los meses críticos. En casos excepcionales, este tipo de depresión puede prolongarse.
Actualmente, se desconoce a ciencia cierta la causa probable puesto que, parece ser un trastorno multifactorial en el cual intervienen tanto factores ambientales como de componente genético. Ahora bien, si hablamos de los mecanismos implicados pueden mencionarse los siguientes expuestos:
Debido a lo expuesto, las personas con TAE ya no pueden adaptarse adecuadamente a los cambios estacionales y como resultado, puede darse sintomatología asociada, muy parecida, a otros tipos de depresiones, tales como:
Conociendo las posibles causas, el trastorno adaptativo estacional parece ser un proceso por el que inevitablemente se deba pasar de manera obligada. Lo cierto es, que pueden buscarse diferentes tratamientos teniendo en cuenta el caso personal desde la fototerapia, la psicoterapia, farmacología y suplementos. A continuación se exponen las diferentes alternativas:
El objetivo de dicho tratamiento es exponer a la persona a una luz brillante para compensar una menor cantidad de la luz solar natural en los meses más oscuros. Para que el tratamiento sea eficaz, la persona debe exponerse todos los días durante unos 30-45 minutos a una caja de luz brillante, por lo general a primera hora de la mañana, desde el otoño hasta la primavera. La caja de luz es 20 veces más brillante que la luz normal además de filtrar la luz ultravioleta la cual es dañina, por lo que hace que el tratamiento sea seguro.
La psicoterapia puede ayudar a las personas con TAE nuevas formas de pensar y comportarse que dificultan su adaptación en los meses en los cuales la sintomatología propia del trastorno es máxima.
Por lo general, suele ser recomendable la terapia cognitivo conductual por ser de gran ayuda para trabajar los pensamientos y comportamientos negativos para sustituirlos por otros que generen bienestar en la persona. Además, esta terapia también utiliza un proceso llamado activación conductual, que ayuda a las personas a identificar y programar actividades interesantes, ya sean en ambientes cerrados o al aire libre, para contrarrestar la pérdida de interés que suelen experimentar.
La farmacología suele darse en casos estrictamente necesarios y no es la primera alternativa a tener en cuenta. En el caso, que sea preciso la medicación suelen darse antidepresivos en combinación con la psicoterapia o solos.
Si la persona, por prescripción médica, inicia tratamiento farmacológico debe ser consciente que hay un periodo mínimo de activación (de 4 a 8 semanas) para que la propia medicación surta efecto. Por lo que, suspender el tratamiento antes no sería recomendable sin antes hablarlo con el especialista. Puede ser, que el primer medicamento no sea el definitivo y haya que buscar otro hasta dar con el más idóneo para cada caso.
No hay información clara a la hora de determinar si la suplementación con vitamina D es eficaz en este trastorno sin embargo, cabe decir, que por lo general las personas con TAE tiene déficit o insuficiencia de vitamina D por lo que la suplementación, suele darse como una propuesta para mejorar los síntomas asociados.
Concluyendo, si hay momentos en los que debemos prestar atención a nuestro cuerpo y mente, es en época de cambios; cuando nuestro organismo hace un mayor esfuerzo por adaptarse a los cambios estacionales puede ser normal tener ciertos síntomas. Ahora bien, si consideramos que los síntomas asociados son fuera de lo normal y que nos está costando realmente adaptarnos, es recomendable acudir a un psicólogo para que pueda evaluar si hay cierta anormalidad en lo que sentimos. En el caso de que estés sufriendo TAE, puedes buscar diferentes alternativas teniendo en cuenta tu caso individual. Por lo que recuerda, que dar el primer paso siempre es importante para buscar soluciones a lo que te pueda pasar. Consulta nuestra guía completa sobre el trastorno afectivo estacional para resolver todas tus dudas.
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