El suicidio en España es la segunda causa de muerte entre la juventud y después de los tumores, es la principal causa de muerte. Además de ser el número de suicidios, la mayor cifra registrada nunca en España, siendo este año el tercer año consecutivo en superarla. Ocurre una muerte por suicidio cada 2,5 horas.
Con estos datos sobre el papel sigue sorprendiendo que en España se siga sin poseer ningún plan o estrategia específica estatal para la prevención del suicidio.
Es un problema que está silenciado, no se habla sobre suicidio por el estigma que tiene y que muchos mitos alimentan.
Es por ello que es importante que podamos conocer cuáles son esos mitos para hablar sobre ellos y aclarar que no son ciertos. Algunos de ellos son:
“Quien se suicida quiere morir”: Es falso, puesto que lo que desean es dejar de sufrir y no saben cómo hacerlo, no encuentran otra alternativa, están desesperanzados.
Otro de los mitos es _“Hablar de suicidio incita a hacerlo” _esto también se llama Efecto llamada en psicología. Es falso ya que hablar, expresar y abordar de manera adecuada el sufrimiento de una persona ayuda a gestionarlo correctamente y a pedir ayuda.
Otro de los mitos es “Quien lo dice no lo hace y quien no lo dice, lo hace.” Falso, ya que la mayoría de las personas dejan señales de alarma y de esto hablaremos a continuación.
Ocho de cada diez personas dan señales de alarma antes de realizar el suicidio, por eso es importante no subestimar ningún intento.
Algunas de las señales que suelen hacer las personas con ideación suicida son:
Los familiares o amigos/as de una persona con ideación suicida, pueden alertar de estas señales y no minimizarlas. Además de disponer de teléfonos de emergencia, limitar el acceso a medios lesivos, ya sea medicamentos o cualquier material susceptible de ser utilizado para el suicidio. No dejarle solo/a, ponerlo en contacto con Servicios de Salud Mental para que puedan ayudarle, acompañarle… Poner en aviso a la familia y amigos/as para que estén pendientes de ellos.
Es de vital importancia que los familiares mejoren sus habilidades sociales como escuchar, preguntar y comprender sin juzgar.
Las personas con ideación suicida necesitan poder expresarse y si se les brinda un espacio seguro para poder hacerlo, podrán empezar a abrirse y contar qué les está ocurriendo, de esta manera la familia puede pedir ayuda y ser sostén y acompañamiento de esta persona.
El cuidado personal de la familia y amigos/as en estos momentos tan delicados es fundamental para no caer en estados de ánimo depresivos o incluso somatizaciones por ansiedad y estrés. Por ello, debemos saber que el entorno familiar puede hacer las cosas lo suficientemente bien, pero que ello no significa que deban adoptar un rol de profesionales de la salud mental. Tenemos que asumir que no es posible en algunas ocasiones estar pendiente del familiar las 24 horas del día, por ello, es necesario que los familiares y amigos o el entorno cercano de la persona con ideación suicida, pida también ayuda profesional antes de que la situación les llegue a desbordar.
Para concluir señalaremos la importancia de:
Si quieres conocer más sobre el impacto del suicidio en España, puedes consultar nuestra completa guía.
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