Los ritmos de vida que nos impone la sociedad actual nos llevan a tener que convivir con el estrés. Cuando este estrés es muy elevado y está relacionado con el trabajo, hablamos de estrés laboral.
El estrés es una reacción del organismo que genera un estado de preocupación o de tensión emocional que aparece ante situaciones complicadas o difíciles y que nos ayuda a afrontarlas, a superarlas o, si es necesario, a huir de ellas.
Necesitamos mantener un punto de estrés que nos provoque energía y estímulo para el buen desarrollo de nuestra actividad cotidiana y el manejo diario de la vida
Pero, cuando este estrés aparece de forma intensa y mantenida en el tiempo implica ya una reacción negativa que afecta a todo nuestro organismo, nos provoca malestar y disminuye nuestro rendimiento.
Si esto ocurre en el trabajo estaremos hablando de estrés laboral.
Es un estado emocional negativo, causado por el mantenimiento de una tensión continuada en el entorno laboral, que se mantiene en el tiempo y que provoca, en la persona que lo padece, falta de energía, agotamiento, sentimientos negativos y sensación de ineficacia e improductividad.
El estrés laboral mantenido y crónico puede provocar lo que actualmente en Psiquiatría está definido como “síndrome de desgaste profesional”.
Inadecuada organización de la actividad laboral:
Tipo de trabajo:
La prevención del estrés laboral exige una implicación conjunta por parte de la empresa y del trabajador.
Estas medidas mejorarían la salud laboral de los trabajadores, pero también su rendimiento y, por tanto, conllevarían un aumento de productividad para la empresa.
La primera actuación es realizar un abordaje con psicoterapia, ofreciendo mecanismos cognitivo-conductuales que favorezcan la desaparición de los malos hábitos o de las circunstancias negativas que rodean el trabajo. Lo ideal sería que, en esta labor psicoterapéutica, pudiese existir una comunicación fluida con la empresa, para estimular cambios duales (empresa y trabajador).
Pero lo primordial es trabajar con el paciente que padece estrés laboral para realizar cambios personales y en la forma de afrontar el trabajo.
Cuando los síntomas de la persona que padece estrés laboral son más graves implicando una alteración en su vida laboral, pero también en su vida personal, familiar o relacional, el abordaje deberá hacerse ya desde la Medicina y desde la Psiquiatría. Habría que valorar la posibilidad de iniciar un proceso de baja laboral que provocase un alejamiento del trabajador con estrés laboral de la causa que lo provoca.
El profesional de la Medicina podría indicar también el uso paralelo de medicación farmacológica, ansiolítica y/o antidepresiva, si la intensidad del proceso clínico de estrés laboral así lo indicase.
Es fundamental insistir en los mecanismos de prevención, porque evitarán la aparición de episodios de estrés laboral al mejorar las condiciones de trabajo de los empleados, lo cual será siempre un beneficio paralelo para la empresa con respuesta positiva sobre la productividad.
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