Claudia Castilla, Especialista Contenido Médico
La tiroides es una de las glándulas más esenciales en el cuerpo humano. Sus funciones son indispensables para mantener un metabolismo saludable y un equilibrio hormonal. Desafortunadamente, las disfunciones tiroideas son comunes en la sociedad actual y pueden tener un impacto significativo en la calidad de vida.
Tabla de contenidos
En esta guía, discutiremos en detalle qué es la tiroides, los síntomas comunes de sus trastornos, las opciones de tratamiento disponibles, y cómo podemos controlar los síntomas.
La tiroides es una pequeña glándula en forma de mariposa situada en el cuello, justo debajo de la nuez de Adán. A pesar de su pequeño tamaño, juega un papel crucial en la regulación del metabolismo del cuerpo. Los problemas de tiroides pueden manifestarse de muchas formas, y los síntomas pueden variar dependiendo de si la tiroides está sobre-activa (hipertiroidismo) o sub-activa (hipotiroidismo). La endocrina Virginia Martín Borge explica en su artículo que “la producción de hormonas tiroideas está controlada por otra hormona llamada TSH (Hormona estimulante del tiroides) que se sintetiza en la hipófisis (glándula situada en el centro del cerebro y que controla las principales glándulas del cuerpo humano).”.
Existen varios tipos de trastornos tiroideos, desde condiciones relativamente benignas como los bocios simples (agrandamiento de la tiroides) hasta enfermedades graves como el cáncer de tiroides. Las condiciones tiroideas más comunes son el hipotiroidismo y el hipertiroidismo. Si quieres saber más sobre los trastornos de la tiroides puedes consultar el artículo del nutricionista David Sanchis.
La tiroiditis es una inflamación de la tiroides y puede ser causada por infecciones virales, medicamentos o después del embarazo. Los nódulos tiroideos son crecimientos anormales de las células tiroideas que forman bultos en la tiroides. La mayoría de los nódulos tiroideos son benignos, pero algunos pueden ser cancerosos. El cáncer de tiroides es relativamente raro y suele ser altamente tratable.
El tratamiento de los trastornos tiroideos depende del tipo y la gravedad de la afección. Para el hipotiroidismo, el tratamiento más común es la terapia de reemplazo hormonal, que implica tomar una hormona tiroidea sintética para restablecer los niveles normales de hormonas. El hipertiroidismo se puede tratar con medicamentos antitiroideos que reducen la producción de hormonas tiroideas, terapia con yodo radiactivo que destruye las células tiroideas hiperactivas, o cirugía para remover parte o toda la tiroides.
Para los nódulos tiroideos y el cáncer de tiroides, las opciones de tratamiento pueden incluir observación cuidadosa, cirugía, terapia con yodo radiactivo, radioterapia externa, o una combinación de estas. La enfermedad de Graves y la enfermedad de Hashimoto suelen requerir un enfoque de tratamiento más complejo, que puede incluir medicamentos, terapia con yodo radiactivo, y en algunos casos, cirugía.
El embarazo es un período en el que la tiroides puede estar particularmente estresada, ya que necesita producir más hormonas tiroideas para apoyar el desarrollo del feto. Esto puede agravar los trastornos tiroideos existentes o incluso desencadenar nuevos. El hipotiroidismo y el hipertiroidismo durante el embarazo pueden aumentar el riesgo de complicaciones como preeclampsia, parto prematuro, bajo peso al nacer, aborto espontáneo, y en casos severos, insuficiencia cardíaca.
La endocrina Virginia Martin Borge en su artículo describe algunos de los factores de riesgo de disfunción tiroidea durante la gestación. Estos son algunos de ellos:
Es importante que las mujeres embarazadas con trastornos tiroideos reciban un tratamiento adecuado y un seguimiento cuidadoso. El tratamiento para el hipotiroidismo, por ejemplo, puede requerir un ajuste de la dosis de la medicación tiroidea a medida que el embarazo avanza. El hipertiroidismo puede ser más difícil de manejar durante el embarazo debido a los riesgos asociados con los medicamentos antitiroideos y la terapia con yodo radiactivo.
La dieta puede desempeñar un papel crucial en la gestión de los trastornos tiroideos. No existe una “dieta para la tiroides” per se, pero ciertos nutrientes son esenciales para la función tiroidea saludable y pueden ser útiles en la gestión de los síntomas. La nutricionista Paz Pérez Malillos explica en su artículo cuáles son los nutrientes y alimentos que debemos tener en cuenta para cuidar nuestra tiroides.
Por otro lado, algunos alimentos pueden interferir con la función tiroidea y deben ser consumidos con moderación. Estos incluyen los alimentos ricos en soja, que pueden interferir con la absorción de la medicación tiroidea, y los vegetales crucíferos como el brócoli y la col rizada, que pueden interferir con la producción de hormonas tiroideas.
El cáncer de tiroides es relativamente raro, pero su incidencia ha estado aumentando en las últimas décadas. Los síntomas del cáncer de tiroides pueden incluir un bulto en el cuello
Si se sospecha de cáncer de tiroides, se pueden realizar varias pruebas de diagnóstico, incluyendo análisis de sangre, ultrasonido de la tiroides, biopsia de aguja fina, y en algunos casos, una gammagrafía tiroidea.
El tratamiento del cáncer de tiroides generalmente implica la cirugía para extirpar la tiroides (tiroidectomía total) o parte de ella (tiroidectomía parcial). Esto puede ser seguido por terapia con yodo radiactivo para destruir cualquier célula tiroidea restante. En algunos casos, también se puede utilizar la terapia hormonal tiroidea para suprimir la producción de la hormona estimulante de la tiroides (TSH), que puede estimular el crecimiento de las células cancerosas. La radioterapia externa y la quimioterapia son menos comunes, pero pueden ser utilizadas en casos de cáncer de tiroides avanzado o recurrente.
La enfermedad de Hashimoto es una enfermedad autoinmune en la cual el sistema inmunológico ataca la tiroides, lo que resulta en hipotiroidismo. Es la causa más común de hipotiroidismo en los países desarrollados. Los síntomas de la enfermedad de Hashimoto pueden ser similares a los del hipotiroidismo y pueden incluir fatiga, aumento de peso, depresión, sensibilidad al frío, y problemas de concentración.
La nutricionista Carolina González nos explica en su artículo que “lo ideal es una alimentación saludable tipo dieta mediterránea, variada y equilibrada, repartida en varias tomas al día. Estas son algunas de las recomendaciones alimentarias que nos ofrece:
El tratamiento para la enfermedad de Hashimoto generalmente implica la terapia de reemplazo hormonal para reemplazar la hormona tiroidea que la tiroides no puede producir. El tratamiento puede necesitar ser ajustado con el tiempo, por lo que es importante tener un seguimiento regular con tu médico. Aunque la enfermedad de Hashimoto es una enfermedad crónica, con el tratamiento adecuado, los individuos pueden vivir una vida normal y saludable.
La enfermedad de Graves es otra enfermedad autoinmune que afecta la tiroides, pero a diferencia de la enfermedad de Hashimoto, resulta en hipertiroidismo. Es la causa más común de hipertiroidismo. Los síntomas de la enfermedad de Graves pueden ser similares a los del hipertiroidismo y pueden incluir pérdida de peso, latidos cardíacos rápidos, nerviosismo, irritabilidad, y temblor en las manos.
El tratamiento para la enfermedad de Graves puede incluir medicamentos antitiroideos, terapia con yodo radiactivo, y en algunos casos, cirugía. Al igual que con la enfermedad de Hashimoto, el tratamiento puede necesitar ser ajustado con el tiempo, y es importante tener un seguimiento regular con tu médico.
La ecografía es una herramienta importante en el diagnóstico y seguimiento de los trastornos tiroideos. Es una prueba no invasiva que utiliza ondas sonoras para crear imágenes de la tiroides. El ultrasonido puede ayudar a identificar anormalidades en la tiroides, como nódulos o inflamación, y también puede ser usado para guiar la biopsia de aguja fina de los nódulos tiroideos.
El ultrasonido también es útil en el seguimiento de los trastornos tiroideos. Por ejemplo, puede ser usado para monitorizar el tamaño de los nódulos tiroideos y ver si están creciendo con el tiempo. En casos de cáncer de tiroides, el ultrasonido puede ser usado para evaluar la extensión del cáncer y para monitorizar la respuesta al tratamiento.
La disfunción tiroidea es un problema común que puede tener un impacto significativo en la calidad de vida. Sin embargo, con un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado, la mayoría de las personas con trastornos tiroideos pueden manejar sus síntomas y vivir una vida saludable. Como siempre, es importante hablar con tu médico si tienes alguna preocupación sobre tu salud tiroidea.
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