La tiroides es una glándula ubicada en el cuello, bajo la nuez. Tiene un papel central en el sistema endocrino, al producir y secretar hormonas tiroideas, la triyodotironina (T3) y la tiroxina (T4).
La producción de hormonas tiroideas está regulada por la hormona estimulante de la tiroides (TSH), que es producida por la glándula pituitaria en el cerebro. Cuando los niveles de hormonas tiroideas en la sangre son bajos, la glándula pituitaria libera más TSH para estimular la tiroides a producir más hormonas. Por otro lado, cuando los niveles de hormonas tiroideas son altos, la liberación de TSH se reduce.
Estas hormonas desempeñan diversas funciones, esenciales para el adecuado funcionamiento de órganos y tejidos en el cuerpo, entre otras:
Los trastornos de la tiroides pueden tener diversas causas, y su origen puede ser multifactorial, desde predisposición genética, procesos autoinmunes, infecciones virales, déficit de yodo, embarazo y parto…
Existen varios tipos de trastornos tiroideos, pero los más comunes son el hipotiroidismo y el hipertiroidismo.
Además de estas condiciones, también existen otros trastornos tiroideos menos comunes, como las tiroiditis, los nódulos tiroideos (crecimientos anormales en la tiroides) y el cáncer de tiroides.
La tiroiditis es una inflamación de la glándula tiroides; la mayoría de los casos de origen inmune, la cual puede conllevar un aumento o disminución de la hormona. Las más comunes son:
Los nódulos tiroideos son crecimientos anormales en la glándula tiroides. Es importante destacar que la mayoría de los nódulos tiroideos son benignos (no cancerosos) y no causan síntomas. Sin embargo, en algunos casos, pueden volverse sintomáticos o ser indicativos de afecciones más graves.
Cáncer de tiroides: como hemos explicado anteriormente en raras ocasiones algunos nódulos pueden ser malignos .Los tipos más comunes de cáncer de tiroides son el carcinoma papilar y el carcinoma folicular, que generalmente tienen un pronóstico favorable.
Bocio endémico o simple: esta forma de bocio generalmente se debe a una deficiencia de yodo en la dieta . Cuando el cuerpo no obtiene suficiente yodo, la tiroides aumenta su tamaño (aumento TSH) para intentar producir más hormonas tiroideas. Esto es más común en áreas geográficas donde la ingesta de yodo es baja (en los países desarrollados se yoda la sal marina como prevención).
Determinar qué tipo de enfermedad tiroidea tienes requiere de una evaluación médica completa y pruebas de laboratorio. Pero sí que debemos antes de la consulta con el especialista valorar una serie de puntos:
El primero, es observar los síntomas que puedas experimentar, ya que estos pueden proporcionar pistas sobre el tipo de enfermedad tiroidea que podrías tener. Los síntomas comunes de enfermedades tiroideas incluyen:
En segundo lugar, infórmate sobre si en tu familia existen antecedentes, ya que algunas enfermedades tiroideas pueden tener una predisposición genética.
Con esta información acude a la consulta médica a ser posible con un endocrino para una evaluación inicial. El médico te hará preguntas sobre tus síntomas, antecedentes médicos y realizará una serie de pruebas:
Pruebas de laboratorio: para confirmar una enfermedad tiroidea y determinar su tipo, el médico puede solicitar pruebas de laboratorio. Las pruebas más comunes incluyen:
En conclusión, los trastornos tiroideos pueden tener un impacto significativo en la salud y la calidad de vida de las personas. Es esencial un diagnóstico y tratamiento adecuados para gestionar estos trastornos de manera efectiva y garantizar el bienestar a largo plazo. La supervisión médica regular y la comunicación abierta con un endocrinólogo son clave para abordar los problemas tiroideos de manera eficaz. Además puedes pedir cita con un nutricionista si quieres mejorar tus síntomas a través de tu alimentación.
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