La osteoporosis es una enfermedad metabólica del esqueleto caracterizada por una disminución de la densidad ósea y el deterioro de la microarquitectura del tejido óseo, lo que incrementa la fragilidad ósea y la susceptibilidad a fracturas. Afecta principalmente a mujeres postmenopáusicas y personas mayores, y es una preocupación importante de salud pública debido a sus consecuencias físicas y económicas.
Los factores de riesgo incluyen deficiencias nutricionales, baja actividad física y factores genéticos. La prevención y tratamiento de la osteoporosis incluyen intervenciones farmacológicas y no farmacológicas, como el ejercicio regular y la adecuada ingesta de calcio y vitamina D
Como hemos comentado en la introducción, la osteoporosis es una enfermedad que debilita los huesos, aumentando el riesgo de fracturas, especialmente en personas mayores y mujeres postmenopáusicas. El ejercicio y la actividad física son estrategias clave tanto para prevenir como para tratar esta condición. Estudios recientes destacan la efectividad de diversas formas de ejercicio en la mejora de la densidad mineral ósea y la reducción del riesgo de caídas.
Una revisión sistemática de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre la actividad física y la prevención de la osteoporosis en personas mayores de 65 años concluye que las intervenciones físicas mejoran significativamente la salud ósea, particularmente en la columna lumbar y, en menor medida, en el cuello femoral.
Otro consenso médico del Reino Unido sugiere que los ejercicios de resistencia e impacto son cruciales para maximizar la fuerza ósea y reducir las caídas en personas con osteoporosis. Además, se recomienda evitar posturas que involucren una alta flexión espinal para minimizar riesgos.
En mujeres menopáusicas, la actividad física y las intervenciones educativas son efectivas para prevenir la osteoporosis. De forma similar, en un metaanálisis reciente se demostró que los ejercicios de resistencia y alto impacto tienen un efecto positivo significativo en la densidad ósea de la columna lumbar y el cuello femoral en mujeres postmenopáusicas.
Estas contraindicaciones subrayan la importancia de personalizar los programas de ejercicio según las necesidades y la condición específica de cada paciente con osteoporosis, siempre bajo la supervisión de un fisioterapeuta.
Ejercicio de resistencia e impacto: los ejercicios de resistencia (como el levantamiento de pesas) y de impacto (como saltos o jogging) son fundamentales para maximizar la fuerza ósea y reducir el riesgo de caídas. Se recomienda realizar estos ejercicios al menos 2-3 veces por semana
Entrenamiento de fuerza y equilibrio: las actividades diseñadas para mejorar la fuerza muscular y el equilibrio son cruciales para reducir las caídas y mejorar la estabilidad postural. Estos ejercicios deben realizarse regularmente para maximizar sus beneficios
Ejercicio de extensión espinal: los ejercicios que promueven la extensión de la columna vertebral pueden mejorar la postura y reducir el riesgo de fracturas vertebrales. Es importante evitar movimientos que involucren una alta flexión espinal
Ejercicio aeróbico: actividades aeróbicas de bajo impacto, como caminar o nadar, son recomendadas para mejorar la salud cardiovascular y mantener la densidad ósea. Se sugiere una duración de al menos 150 minutos por semana.
Ejercicio combinado: programas que incluyen una combinación de ejercicios aeróbicos, de resistencia y de equilibrio son los más efectivos para mejorar la densidad mineral ósea y la calidad de vida en personas con osteoporosis
Ejercicios mente-cuerpo: prácticas como Tai Chi y yoga pueden ser beneficiosas para mejorar el equilibrio, la flexibilidad y reducir el dolor. Estas actividades son especialmente útiles en personas mayores con osteoporosis.
Frecuencia e intensidad: la frecuencia recomendada para los ejercicios de resistencia es de 2-3 veces por semana, con una intensidad que permita realizar 10-12 repeticiones por serie. Los ejercicios de impacto deben realizarse al menos 3 veces por semana, con sesiones de al menos 10 minutos de duración.
Algunos fármacos pueden facilitar la aparición de osteoporosis y aumentar el riesgo de fracturas vertebrales y de cuello del fémur. Entre ellos, los siguientes tienen una evidencia significativa:
Es fundamental que los pacientes en riesgo de osteoporosis sean monitoreados y tratados adecuadamente para mitigar estos riesgos.
En conclusión, la osteoporosis es una enfermedad prevalente que afecta principalmente a mujeres postmenopáusicas y personas mayores, aumentando el riesgo de fracturas debido a la disminución de la densidad ósea. La prevención y tratamiento de la osteoporosis deben incluir tanto intervenciones farmacológicas como no farmacológicas, destacando el ejercicio físico regular y una nutrición adecuada. Además, es esencial personalizar los programas de ejercicio y monitorear cuidadosamente el uso de ciertos medicamentos que pueden aumentar el riesgo de osteoporosis y fracturas. Con un enfoque integral y supervisado, se pueden mitigar los riesgos asociados y mejorar la calidad de vida de los pacientes afectados. No dudes en consultar nuestra completa guía sobre la osteoporosis y resolver todas tus dudas.
La publicación del presente artículo en el Sitio Web de Doctoralia se hace bajo autorización expresa por parte del autor. Todos los contenidos del sitio web se encuentran debidamente protegidos por la normativa de propiedad intelectual e industrial.
El Sitio Web de Doctoralia Internet S.L. no contiene consejos médicos. El contenido de esta página y de los textos, gráficos, imágenes y otro material han sido creados únicamente con propósitos informativos, y no para sustituir consejos, diagnósticos o tratamientos médicos. Ante cualquier duda con respecto a un problema médico consulta con un especialista.