La dermatitis solar (quemaduras solares) son lesiones inflamatorias cutáneas agudas causadas por la sobreexposición a la radiación ultravioleta (UV) proveniente de la luz solar. Las quemaduras solares son una afección autolimitada. Las manifestaciones agudas suelen resolverse entre tres a siete días, pero pueden presentar consecuencias a largo plazo como discutiremos más adelante
El riesgo de quemaduras depende del fototipo (siendo los fototipos claros los más afectados), del tiempo de exposición, de la intensidad de la radiación solar y de la falta o presencia de protección.
La radiación UV daña las células de la piel, provocando eritema, dolor y, en casos severos, ampollas y descamación de la piel.
Los síntomas agudos comunes incluyen:
Las quemaduras solares causan daño celular inmediato, resultando en enrojecimiento, dolor y, en casos graves, ampollas y descamación de la piel. También producen envejecimiento prematuro; la exposición repetida al sol sin protección acelera el envejecimiento de la piel, conocido como fotoenvejecimiento, que se manifiesta en arrugas y manchas solares. Consecuencia de este daño a largo plazo también puede desencadenar diferentes cánceres dermatológicos:
Para tratar las quemaduras solares:
En la prevención de quemaduras es importante evitar la exposición solar directa sobre todo en los momentos de día con mayor intensidad UV– entre las 11 h y las 17 h-, usar ropa como sombreros o camisetas de manga larga y aplicar fotoprotectores de factor de protección elevado 30 minutos antes de la exposición al sol y posteriormente cada 2 horas.
Por otro lado, una duda recurrente es, ¿qué nos indica el factor de protección?
Un FPS 50 significa que el protector solar permite estar 50 veces más tiempo al sol sin quemarse en comparación con no usar protección solar.
Por ejemplo, si una persona sin protección se quemaría en 10 minutos, con un FPS 50 podría estar expuesta al sol durante 500 minutos (8 horas y 20 minutos) antes de quemarse.
En función de tu fototipo de piel puede ser muy importante intensificar todas estas medidas ya que aquellas personas con fototipos claros pueden presentar un mayor riesgo de daño solar a largo plazo y posterior desarrollo de cánceres dermatológicos.
Para los bebés menores de seis meses, deben mantenerse fuera de la luz solar directa. La Academia Americana de Pediatría recomienda usar una cantidad mínima de protector solar con un SPF de ≥15 en áreas pequeñas (por ejemplo, cara, dorso de las manos) cuando no se disponga de ropa adecuada y sombra.
El sol puede tener múltiples efectos beneficiosos sobre la piel si la exposición es controlada, pero es fundamental evitar el daño solar agudo- quemaduras solares- como crónico. Prevenirlas mediante el uso de protector solar, medidas físicas como sombreros o camisetas de manga larga y por supuesto evitar horas de mayor intensidad UV es fundamental sobre todo en personas con fototipos claros. No dudes en pedir cita con un dermatólogo para que pueda ayudarte.
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