Cómo encontrar al especialista en terapia de pareja adecuado

La terapia de pareja es un proceso terapéutico que inician aquellas parejas en las que surge algún tipo de dificultad o problemática a la que no pueden hacer frente sin ayuda o con los recursos de que disponen hasta ese momento. Este tipo de trabajo parte de la necesidad de explorar el vínculo que existe entre las dos personas que la componen, a través de identificar su funcionamiento: sus reglas, sus pactos, su manera de comunicar, etc. para así entender dónde radica la base de la dificultad por la que acuden a consulta.

¿Qué dificultades llevan a una pareja a terapia?

La pareja no se puede entender como un estado final, sino como un proceso en continua evolución: evolución del vínculo entre las dos personas que la componen y evolución de cada uno de sus miembros de manera individual a lo largo de las diferentes fases del ciclo vital. Esto hace que las relaciones a veces sean tan complejas y nos lleva a su vez a dos realidades que pueden generar dificultades:

• Las estrategias de funcionamiento que hace un tiempo nos servían y no generaban dificultades, han dejado de ser válidas y se tienen que revisar y modificar para poderse adaptar a las necesidades de la realidad actual de la pareja. Esto puede ocurrir en momentos de transición entre una etapa vital y la siguiente: en el momento de comprometernos, en el momento de ir a vivir juntos, con la llegada de los hijos o la marcha de estos de casa.
• Aquello que nos unía a la otra persona, las necesidades que cubría o los sentimientos que nos generaba hayan cambiado, y por lo tanto, la terapia no tenga que seguir el camino de la unión sino el de la separación, en caso de que sea lo que va generar más bienestar a sus miembros.

Estos desajustes, en la realidad del día a día, se ponen de manifiesto cuando nos damos cuenta de que cada vez discutimos más con nuestra pareja, de que nos cuesta llegar a acuerdos como hacíamos antes o que no sentimos ganas de compartir tiempo juntos, entre otros.

Por todo ello, el objetivo inicial de este trabajo radica en identificar las necesidades y problemas específicos de la pareja y los objetivos a los que quieren llegar cada uno. Esto se realizará a través de preguntas de exploración de la historia de la pareja desde la perspectiva de ambos (cuando se conocieron, cómo, qué les gustó a cada uno del otro…), preguntas para explorar su estilo de comunicación, sus reglas, su manera de afrontar los conflictos, así como su vínculo sexual y la satisfacción de ambos en este aspecto. De esta forma se busca identificar en qué ámbitos de su proyecto de vida aparecen las dificultades o los problemas por los que consultan.

¿Cómo elegir al especialista adecuado?

Todas estas dificultades de las que hemos hablado pueden ser observadas desde diferentes puntos de vista, en función del enfoque teórico psicoterapéutico que tenga el psicólogo que la pareja elija para acompañarlos. No obstante, a la hora de buscar un terapeuta para un trabajo que requiere tanta apertura de la intimidad de aquello que es nuestro, lo fundamental es encontrar a un profesional experto en terapia de pareja con formación específica en éste ámbito de trabajo. Es decir, que sepa transmitir empatía, con gran capacidad de escucha activa y que sea capaz de mostrar una aceptación incondicional de sus clientes, en tanto que no les haga sentir juzgados y se puedan sentir libres de expresar todo lo que les inquiete y necesiten sin miedo. Luego, en función de cuál sea el problema que ha hecho a la pareja pedir ayuda podría ser más conveniente un enfoque terapéutico u otro. Veamos algunos de ellos.

Enfoques terapéuticos

Si por ejemplo las dificultades están en el plano del pensamiento, en tanto que tenemos creencias rígidas, cogniciones o pensamientos que nos hacen actuar de un modo determinante, podría ser útil la terapia cognitivo conductual para cambiar estos pensamientos y generar un cambio en nuestra manera de actuar. No obstante, la psicoterapia breve estratégica también nos podría ayudar en este tipo de dificultades, ya que a través de incorporar cambios en el hacer, también podemos llegar a la modificación de estos pensamientos o creencias, puesto que las personas aprendemos haciendo.

La terapia sistémica suele ser una buena terapia de elección cuando las problemáticas que traen a la pareja a terapia tienen más que ver por ejemplo con dificultades en los roles o posiciones que toma cada persona en el contexto de su relación de pareja, o cuando tienen que ver con intervención de otros miembros de la familia con los que se relaciona la pareja.

No obstante, según el proceso terapéutico avanza, al trabajar y superar una dificultad que tiene que ver con un ámbito, puede aparecer subyacente otra de otro ámbito distinto, con lo cuál, la terapia de elección cambiaría.

Por ello, un enfoque como la psicoterapia integradora, podría ser muy útil, ya que éste utiliza estrategias de diferentes escuelas en función de las necesidades de la pareja que acude a consulta y del momento, o la fase en que se encuentre la terapia. De este modo se puede ir adaptando a la realidad del problema en todos los momentos del proceso.

Puedes seguir informándote en nuestra completa guía sobre el poder de la terapia de pareja.

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