Nicolas Guillen Albarreal

Buenas.
Encantado. Siento la situación que estás atravesando, y comprendo lo complicado que puede llegar a ser gestionarla.
En primer lugar, me gustaría comentarte que si accedes a tener relaciones sin tener ganas, vas a terminar por ver la experiencia sexual como un malestar, y no como una experiencia placentera. Por tanto, la próxima vez que se genere esta situación, volverás a sentir que no tienes ganas.
Seguidamente, se puede trabajar sobre aquello que produce que no te apetezca. Para ello, debe existir una conversación asertiva entre ambos en la que se aclare que es aquello que no os agrada a cada uno, e incitarlo con argumentos y de forma amable, de tal forma que la otra persona perciba los argumentos, y no perciba un estado emocional.
Por ello, debe existir una reciprocidad entre ambos, y una ambición por querer solucionar el problema para poder mantener la relación, ya que se tiene por hecho que queremos cuidar y seguir con esa persona. Esa intención inicial debemos saber transmitir en nuestras palabras.
Por último, me gustaría comentarte que trates este tema con algún ser querido. Esto se debe a que la solución de los problemas no consiste en volcar la ira o las emociones desadaptadas sobre el otro para que conseguir sentir miedo, sino en una conversación donde prime el respeto entre ambos, aunque las ideas sean diferentes. También decir que cuando pasamos miedo, el cuerpo quiere transmitirnos que esa situación puede ser peligrosa para nuestra integridad, por tanto, nos hace tomar medidas. Ceder y disculparse es una medida eficaz a corto plazo, pero a largo plazo está manteniendo el problema, porque la persona normaliza esa conducta, y hace más probable que vuelva a darse.
Por ello, creo que deben darse líneas rojas que no se deben cruzar, menos cuando tu integridad física puede verse peligrada.
Me alegro que pidas ayuda profesional, y tengas la valentía para que te ayuden a gestionar este panorama tan complicado.
Espero que te ayude mi consejo, un saludo y espero que el problema se diluya con el paso del tiempo, y con los resultados de medidas a tomar.

¡Buenas!
Encantado, mi nombre es Nicolás. Encantado de conocerte.
En primer lugar, me gustaría transmitirte mi pesar por la situación atravesada. Nunca es agradable encontrar puntos de diferencia en una relación, y requieren de mucha negociación y empatía para poder solventarse en pareja. Pero con dedicación, puede conseguirse.
Adentrándonos un poco en la problemática, estaría bien comentar un poco que la situación en casa, mezclado con los patrones parentales y la educación que cada pareja haya decidido ejercer sobre su hijo siempre ejercerán una tendencia a repetirse. Esto se debe a una razón muy sencilla: Uno se comporta como sabe hacerlo. Y sabe comportarse según lo que ha visto hacer en su casa. El modelo que ejercen unos padres, junto a los problemas que estos tengan no tratados dan como resultado muchas de propias creencias y cogniciones en general, y de forma particular, comportamientos específicos y parecidos a los que se han visto en casa. Esto puede ser resultado de que tu pareja busque más el contacto con ellos, y tú, en cambio, no sólo no lo necesites, sino que incluso no lo entiendas.
Sucede que estos patrones de comportamiento, además, son completamente opuestos, produciendo ver completamente extraño a la otra persona, ya que actúa diametralmente opuesto a nosotros mismos.
Por estos motivos, faltan muchos datos para poder concluir si tu pareja sufre dependencia hacia su familia.
Al fin y al cabo, si la intención es que lleguéis a un punto medio, creo que la ayuda de terapia de pareja puede servir.
De todas formas, te recomendaría hablar con tu pareja, no desde una perspectiva acusadora como por ejemplo "eres dependiente". Más bien, intentaría ejercer de modo asertivo, y en primer lugar pensaría los inconvenientes que piensas que ejerce sobre la pareja que pase tanto tiempo con su familia. Hablar desde un punto en el que ambos intentéis comprender al otro, y cuyo objetivo final sea acercar posturas. Para ello, debe hacerse un ejercicio previo de empatía que yo enfocaría de la siguiente forma: Si yo tengo motivos para no querer estar tanto tiempo en familia, ella también debe tenerlos para estar tanto tiempo en familia. También, desde cierta perspectiva puedes preguntar de forma calmada y buscando información qué le lleva a querer pasar tanto tiempo con ellos. Así, entendemos el motivo que provoca esa conducta que no entendemos. Sube el nivel de empatía en pareja, debatimos el problema sin el dedo acusador, y buscamos una negociación o punto medio.
Espero que te sirva mi punto de vista, y que pronto se llegue a una solución agradable para ambos.
Nicolás Guillén Albarreal. Estoy a tu disposición para cuando necesites iniciar un proceso terapéutico. Un saludo.