Aproximadamente un 5% de la población es adicta al sexo, según la OMS. Esta cifra aumenta hasta un valor de entre el 8 y el 10%, en el caso de adicción al cibersexo. Los datos son significativamente distintos según el género, siendo la proporción de hombres afectados 5 veces superior a la de mujeres. Por edades, el 54% son adictos ya antes de los 18 años.
La adicción al sexo o hipersexualidad o trastorno sexual compulsivo se caracteriza por una concentración profunda en fantasías, impulsos o conductas sexuales, que la persona reconoce como incontrolables. Esto le causa sufrimiento y problemas de salud, en el trabajo, en sus relaciones interpersonales y en otros ámbitos de su vida.
Básicamente hay cuatro grandes grupos de factores causantes de la sexoadicción:
1.- Factores biológicos: el incremento de la libido o deseo sexual suele asociarse a la dopamina, serotonina y noradrenalina. Las personas adictas tienen mayor actividad cerebral a nivel del córtex del cíngulo anterior y la amígdala y una menor actividad en el lóbulo frontal.
2.- Factores ambientales: haber sufrido abusos sexuales en la infancia o algún tipo de trauma sexual (por ejemplo, ver una actividad sexual en adultos). También lo son la desestructuración familiar o dificultades vividas en las primeras relaciones sexuales.
3.- Factores psicológicos: la baja autoestima o las dificultades para relacionarse con otras personas pueden provocar esta adicción, pues la persona encuentra un modo de autosatisfacción o bien de una búsqueda de afecto errónea.
4.- Factores educacionales: en el caso de la adicción al cibersexo, especialmente a edades muy tempranas, el acceso a contenido para adultos en Internet, sin ningún control, favorece no sólo la adicción sino conductas inapropiadas, tales como violaciones individuales o grupales o, incluso, pederastia, porque la única “información” que recibe el niño es la absolutamente distorsionada que ve en Internet.
Tener deseo sexual y actividad sexual frecuente, tanto masturbatoria como con otra/s persona/s es algo saludable y normal. La diferencia fundamental es que una persona sana busca en la conducta sexual el placer, aunque esta actividad sea diaria. Sin embargo, la persona adicta lo que busca es aliviar un malestar, una tensión.
Debemos plantearnos pedir ayuda cuando:
Existe un tratamiento farmacológico, que debe ser prescrito por el médico, pero siempre es recomendable incluir el tratamiento psicológico, con un sexólogo.
En consulta, se valorará a la persona para determinar los factores precipitantes y de mantenimiento y ver, especialmente, las causas y consecuencias psicológicas que la adicción conlleva. La terapia psicológica va dirigida al aprendizaje del control de los impulsos, la canalización y el manejo del estrés y la ansiedad de forma adecuada, sexoeducación y, sobre todo, incremento de la autoestima.
Cuando se tiene pareja estable, es muy recomendable que se la incluya en el proceso terapéutico, porque esta adicción siempre afecta a la otra persona y a la relación de pareja.
La adicción al sexo es una enfermedad, por lo tanto, la persona que la sufre no es culpable. Hay que apartar cualquier sentimiento de vergüenza y abordarlo como cualquier otro problema de salud.
Eso sí, aunque no somos culpables de las enfermedades, sí somos responsables de su curación. Por lo tanto, hay que asumir dicha responsabilidad pidiendo ayuda a un psicólogo de inmediato.
Aunque no se comenta, el comportamiento sexual compulsivo afecta a muchas personas, por lo que los profesionales sanitarios están capacitados para ayudar sin juzgar y siempre, manteniendo la privacidad. En el caso de los niños y adolescentes, es imprescindible controlar su acceso a contenido para adultos en Internet, a través del control parental y la educación sexual adecuada.
La publicación del presente artículo en el Sitio Web de Doctoralia se hace bajo autorización expresa por parte del autor. Todos los contenidos del sitio web se encuentran debidamente protegidos por la normativa de propiedad intelectual e industrial.
El Sitio Web de Doctoralia Internet S.L. no contiene consejos médicos. El contenido de esta página y de los textos, gráficos, imágenes y otro material han sido creados únicamente con propósitos informativos, y no para sustituir consejos, diagnósticos o tratamientos médicos. Ante cualquier duda con respecto a un problema médico consulta con un especialista.