Uno de los motivos más frecuentes de consulta en psicología es el conocido como trastorno límite de la personalidad, también llamado “borderline” o “fronterizo”. Dentro de este, existen dos subtipos:
Son personas con incapacidad laboral e interpersonal, y generalmente con historial de ingresos hospitalarios.
Se llama invisible porque hay un buen funcionamiento a nivel laboral y aparentemente un buen establecimiento de relaciones interpersonales. Sin embargo, la persona sufre un alto y continuado nivel de estrés, malestar, bajo estado de ánimo y baja autoestima.
De estos dos, es el segundo el que acude con mayor frecuencia a consulta privada. Debido al alto funcionamiento que presentan y al desconocimiento de este trastorno, la consulta se suele realizar por altos niveles de ansiedad, por estados depresivos recurrentes o por problemas de dependencia emocional recurrente con parejas.
Según la Asociación Océano TLP, se estima que entre un 2% y un 8% de la población adulta padece este trastorno. Además, casi un 75% de las personas diagnosticadas son mujeres, pero investigaciones recientes, sugieren que el porcentaje de hombres afectados puede igualarse ya que en el pasado, eran mal diagnosticados.
El TLP se caracteriza por la dificultad en la regulación de las emociones. Esto provoca cambios acusados y rápidos en el estado de ánimo, (pasando de la alegría a la tristeza, ira…), impulsividad (compras, atracones, conductas de riesgo…) e inestabilidad (cambio continuado de estudios, trabajo…), problemas de autoimagen y relaciones interpersonales inestables. El resultado combinado, puede manifestarse en conductas destructivas y constantes cambios, lo que genera mucha ansiedad, estados bajos de ánimo y sensación de falta de control interno.
Las causas del trastorno límite de la personalidad no se conocen completamente, pero los científicos coinciden en que es el resultado de una combinación de factores:
Dada la complejidad del trastorno, el diagnóstico siempre debe realizarse por un especialista. Es más, no existe una única prueba que lo determine, siendo un amplio conjunto de aspectos lo que debe de ser tenido en cuenta.
La psicoterapia es la piedra angular para el tratamiento del trastorno límite de la personalidad. De hecho un tipo de terapia, fue creada específicamente para ello; la terapia dialéctica conductual (TDC, DBT en inglés) que se centra en la enseñanza de habilidades de afrontamiento para combatir impulsos destructivos, regular las emociones y mejorar las relaciones mientras se añade validación. Se ha demostrado que la TDC es eficaz para reducir el comportamiento suicida, la hospitalización psiquiátrica, el abandono del tratamiento, el abuso de sustancias, la ira y las dificultades interpersonales.
El trastorno límite de personalidad es una de mayores causas de consulta privada, sin embargo sigue siendo un gran desconocido, que causa un enorme sufrimiento y lleva a tomar decisiones impulsivas que empeoran aún más el estado emocional y físico de la persona. Con el tratamiento adecuado se pueden reducir muchos de los síntomas e incluso eliminar alguno de ellos. La mejoría es muy rápida, ya que en cuanto la persona pone nombre y causa a lo que le ocurre, siente ya un gran alivio que mejora su calidad de vida.
Si quieres conocer más sobre este tema puedes consultar nuestra guía sobre el trastorno límite de personalidad.
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