La rodilla es una de las articulaciones más propensa a sufrir lesiones que básicamente podrán ser de dos tipos:
1. Traumáticas: por caídas casuales o práctica deportiva
2. Degenerativas: por edad o sobrecarga excesiva durante mucho tiempo
En la mayoría de los casos podrán ser solucionadas de una manera conservadora (inmovilización, reposo, medicación, fisioterapia, etc.), pero en ocasiones tendremos que recurrir al empleo de la artroscopia para su diagnóstico y tratamiento.
Se trata de una técnica quirúrgica mediante la cual realizamos una serie de pequeños orificios alrededor de la rodilla (habitualmente en la parte anterior a ambos lados del tendón rotuliano), a través de los cuales introducimos una cámara para la visualización y los instrumentos necesarios para cada técnica en concreto. Durante la cirugía se trabaja desde fuera de la articulación viendo en todo momento lo que realizamos a través de un monitor de televisión (Artroscopia, JR Andrews, 2001).
Realizar una técnica de cirugía abierta o una técnica mínimamente invasiva a través de una artroscopia depende básicamente del tipo de cirugía que tengamos que realizar. Si se trata de cirugías para estructuras que se encuentra fuera de la articulación o de cirugías que requieren la resección de cantidades importantes de hueso realizaremos una técnica abierta y cuando se trate de cirugías para el tratamiento de estructuras intraarticulares (meniscos, ligamentos cruzados, cartílago, sinovial, etc.) en la mayoría de las ocasiones utilizaremos técnicas artroscópicas.
Todas aquellas que afectan a los elementos intraarticulares de la rodilla (Thompson SR, Basics of knee arthroscopy, 2020):
El postoperatorio va a depender del tipo de cirugía que hayamos realizado. De manera general se realizará un vendaje sobre la zona que se llevará durante unos días y se aplicará frío en los primeros días para evitar la inflamación.
La medicación habitual será:
Si únicamente hemos realizado una cirugía de resección del menisco, el paciente podrá caminar con ayuda de 2 muletas desde el primer momento, apoyando parcialmente la pierna y moviéndola libremente. En otras intervenciones en las que se actúa sobre el cartílago, ligamentos o se realizan suturas meniscales se limitará tanto el apoyo como el movimiento, en ocasiones con rodilleras especiales.
El tiempo de recuperación va a depender nuevamente del tipo de cirugía que se haya realizado. Si hablamos de una cirugía de menisco simple, el paciente podrá realizar una vida normal a partir de los 12-14 días, evitando la práctica deportiva intensa hasta las 5 semanas.
En otro tipo de cirugías la recuperación puede ser más lenta, principalmente cuando se haya actuado sobre lesiones del cartílago o ligamentosas, suturas meniscales, etc. Será individualizado siempre en cada paciente.
Las complicaciones potenciales en la cirugía artroscópica de rodilla son numerosas, pero afortunadamente poco frecuentes ( AAOS, Knee Arthroscopy, 2021):
Quirúrgicas: derivadas de la anestesia, la instrumentación y la técnica quirúrgica
Postquirúrgicas:
Al ser mínimo el abordaje:
La artroscopia de rodilla es una técnica quirúrgica mínimamente invasiva que nos permite realizar de una manera segura y poco agresiva para el paciente cada vez más procedimientos quirúrgicos con estancias hospitalarias cortas y rápida recuperación funcional.
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