La hemorragia subconjuntival, también llamada hiposfagma, es el acúmulo de sangre debajo de la conjuntiva. La conjuntiva es la capa más externa del ojo, se trata de una mucosa que cubre la parte anterior del globo ocular, salvo la córnea, y la parte posterior de los párpados. Aunque a simple vista es de color blanco con algunos vasos sanguíneos, en realidad es una capa transparente y el color blanco se debe a las capas más profundas, principalmente la esclera, estructura rígida del ojo.
La conjuntiva es como la piel del ojo, responsable de una primera protección frente a agresiones externas y es móvil, solo está adherida a planos más profundos en los bordes, es decir, en su unión con la córnea en su parte más central y en el borde interno de los párpados en su parte más periférica. Esto es así para permitir la movilidad del globo ocular.
Dado que no está adherida a planos profundos, cuando hay un sangrado a este nivel, la sangre se distribuye rápidamente por todo el espacio, pudiendo aparecer como una pequeña mancha rojiza hasta poder ocupar todo el espacio subconjuntival y volver de color rojizo toda la parte blanca del ojo. Dado que la conjuntiva es transparente, el color que provoca la hemorragia es rojo, el propio de la sangre, a diferencia de otras zonas de la piel en las que aparece de color violáceo ya que está matizado por la epidermis que es más opaca.
Esta hemorragia se produce por la rotura de un pequeño vaso sanguíneo a este nivel. Las causas son múltiples, siendo las más habituales:
La hemorragia subconjuntival espontánea no supone ningún problema para el ojo ni se relaciona con ninguna patología de gravedad. Hay que diferenciarla de la traumática, si es secundaria a un golpe en el ojo si debe ser valorada por un médico que descarte otras posibles lesiones más graves. En cualquier caso, si quedan descartadas, la hemorragia subconjuntival, al estar fuera del globo ocular, no provoca por sí mismo ningún daño en el ojo.
En general es fácil de diferenciar de problemas inflamatorios en el que el color es distinto, no rojo sangre, si no un color rosado, hinchado, con aspecto de inflamación, y otros síntomas asociados como inflamación del párpado, secreciones, dolor, pérdida de visión, etc.
Ni tiene ni precisa ningún tipo de tratamiento, independientemente del tamaño y de si se repite o no, si acaso el uso habitual de lágrimas artificiales para intentar disminuir su frecuencia en caso de ojo seco.
La duración es similar al de cualquier otro hematoma en la piel, y dependerá del tamaño, generalmente varios días.
La hemorragia subconjuntival espontánea no tiene ninguna trascendencia ni posible complicación. Tan solo descartar posible hipertensión arterial o problemas cardiovasculares en caso de que sea recidivante no esté ya estudiado o diagnosticado. En el caso de que sea tras un golpe en el ojo si debe ser valorado por un oftalmólogo para descartar otros posibles daños.
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