Artículos 26 septiembre 2023

¿Qué es el duelo y cómo afecta a nuestras vidas?

Estefanía Rubio Psicólogo
Estefanía Rubio
Psicólogo

La palabra duelo procede del latín “dolus” y significa dolor. El dolor es una experiencia emocional que resulta desagradable para el individuo que lo padece y que se asocia comúnmente con el daño o la amenaza de daño al cuerpo. Es una respuesta protectora del organismo y por ello, adaptativa, y que puede variar en intensidad, duración y naturaleza, pudiendo manifestarse de diversas formas, desde una molestia leve hasta una sensación intensa y punzante, siendo este dolor la característica más significativa en este proceso.

El duelo es el proceso psicológico y emocional que se experimenta después de una pérdida y que puede ser de cualquier tipo, como la muerte de un ser querido, el final de una relación, la pérdida de un empleo o de una capacidad física, así como otras experiencias importantes de la vida.

Es un proceso complejo y personal que puede variar en intensidad y duración de una persona a otra y entre cuyos síntomas podemos encontrar tristeza, llanto, apatía, desánimo, falta de apetito y energía, entre otros.

Fases del duelo

En general, está compuesto por varias fases diferenciadas cuya aparición puede variar dependiendo de la persona y de la pérdida en cuestión.

A nivel teórico, existe cierta discrepancia entre los autores, entre los que no existe un consenso sobre cuántas etapas o fases hay, ni sobre cómo se desarrolla el proceso al ser una experiencia subjetiva ya que depende de diferentes variables de carácter individual.

Según el modelo de 5 etapas propuesto por Elisabeth Kübler-Ross, entre las diferentes fases encontramos:

  • Negación: la primera fase es la negación, es una defensa que ayuda a manejar la realidad de la pérdida, y puede manifestarse como una sensación de incredulidad o negación de que el suceso realmente haya ocurrido.
  • Ira: la segunda fase es la que corresponde a la ira, que es una reacción natural ante la injusticia de la pérdida, y puede manifestarse como un sentimiento de rabia o frustración.
  • Negociación: la tercera fase es la negociación, es un intento de encontrar una solución o una forma de evitar la pérdida, y puede manifestarse como pensamientos o acciones que buscan cambiar o revertir la situación, como un intento a encontrar sentido o control.
  • Depresión: la cuarta fase es la depresión, es una reacción emocional a la pérdida y puede ser profunda y duradera, y puede manifestarse como tristeza, soledad, ansiedad, y puede afectar el apetito, el sueño y la energía produciendo una pérdida de interés en actividades que antes resultaban gratificantes.
  • Aceptación: la quinta fase es la aceptación, es el momento en el que se comienza a aceptar la realidad de la pérdida y se comienza a encontrar una forma de adaptarse y habituarse a ella, aunque no significa que la persona se encuentre bien o que el recuerdo no le proporcione dolor, sino que ha llegado a un punto en el que puede convivir con esa pérdida.
vela encendida cera fondo oscuro El duelo es un proceso complejo y personal que puede variar en intensidad y duración.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que estas fases no son lineales, y una persona puede volver a alguna de estas fases en cualquier momento.

El duelo es un proceso normal y necesario para superar una pérdida, ayudando a la persona a adaptarse a la nueva realidad y a continuar con su vida. Sin embargo, en algunos casos, el duelo puede convertirse en crónico o incluso en un trastorno de duelo si la persona no es capaz de superar la pérdida y se queda atrapada en las fases del duelo.

El duelo patológico

El proceso de duelo normal, como hemos comentado, implica un proceso de adaptación y aceptación gradual ante la pérdida. Cuando este proceso se manifiesta de una manera más problemática y aumenta en duración e intensidad, afectando de manera significativa a la calidad de vida de la persona que lo experimenta, hablamos de duelo patológico.

¿Cómo sé si mi duelo está siendo patológico?

En ocasiones resulta complicado diferenciar entre el duelo normal y el patológico porque, como hemos visto, es una experiencia individual y subjetiva y que puede variar enormemente entre un individuo y otro.

Entre las características diferenciales del duelo prolongado podemos encontrar:

  • Duración: pese a no haber un periodo determinado que se considere “normal” para pasar el proceso de duelo, si este persiste durante meses o años sin mejoras significativas, podríamos sospechar que se trata de un duelo retardado.
  • Intensidad: las emociones del duelo patológico suelen ser extremadamente intensas y persistentes dificultando la adaptación a la nueva situación.
  • Evitación: la persona puede intentar evitar cualquier pensamiento o emoción que esté relacionado con la pérdida, lo que conllevaría a no pasar de manera adaptativa por las fases del duelo y patologizando de esta forma el proceso.
  • Funcionamiento: el aumento de la duración e intensidad de los síntomas puede interferir en la vida del individuo al dificultar la realización de las actividades cotidianas y las de índole social y laboral, afectando a su funcionamiento normal y dificultando la adaptación a la nueva situación.
  • Otros síntomas: aparte de los síntomas emocionales y físicos que se consideran normales, el duelo patológico puede incluir otros síntomas más graves como el aislamiento social extremo, sensación de desesperanza o, incluso, pensamientos relacionados con el suicidio.

Pese a que el duelo es un proceso psicológico y emocional que las personas atraviesan en respuesta a una pérdida y que sabemos, resulta doloroso y desafiante, es necesario entender que resulta indispensable el ir atravesando sus fases de la manera más adaptativa posible, brindando un espacio para expresar la amplia gama de emociones, pese a que estas tengan una valencia emocional negativa, ya que nos permitirán canalizar nuestros sentimientos para ir reajustándonos a la nueva realidad y aceptar el cambio que la pérdida implica.

La terapia con un psicólogo puede resultar muy beneficiosa para ayudar a las personas a identificar los posibles pensamientos negativos que puedan aparecer, trabajar las habilidades de afrontamiento y gestionar las emociones, estableciendo tareas, objetivos y metas para avanzar y adaptarse a la pérdida y, previniendo, de esta forma, las posibles complicaciones que puedan surgir y evitando patologizar el propio proceso. También puedes consultar nuestra guía “El camino hacia el duelo” para resolver todas las dudas que tengas.

Referencias
  • Cervera, M., & Vicente, N. (2014). “La resiliencia en el duelo: Claves para su identificación y promoción.” Editorial Kairós.
  • Kübler-Ross, E., & Kessler, D. (2005). “On Grief and Grieving: Finding the Meaning of Grief Through the Five Stages of Loss.” Scribner.
  • Worden, J. W. (2012). “Terapia del duelo: Un enfoque integrador.” Ediciones Paidós.

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