¿Alguna vez has escuchado o incluso has dicho algo así como «¡Para! Eso me da TOC», «tengo mucho TOC con mis cosas» o «eso que hace Pepito es muy TOC»? Ya. Normal. Incluso entre psicólogas hacemos mucho esto de usar un trastorno para expresar que algo nos da grima, que nos gusta el orden, que somos muy perfeccionistas o que alguien es maniático. Tú sabes que esto no es el TOC.
¿Alguna vez te has visto abrir y cerrar la puerta 16 veces para liberarte del pensamiento: ¿y si mi familia muere?, ¿te has visto no pudiendo dormir por no tener absoluta seguridad respecto a si eres homosexual o heterosexual?, ¿o intentando encontrar en tu mente si cerraste o no la puerta de casa o si has dejado el gas abierto, volviendo, mirándolo fijamente y diciéndote: cerrado, ¿ves? Cerrado. ¿Darte la vuelta y volver a dudar?, ¿o dudando si esto es la realidad o te ha agarrado la locura, pero tan fuertemente que lloras? Esto sí es TOC.
Las personas que lo tienen suelen sentir mucha perturbación por tenerlo: se ven a sí mismas pasándolo fatal por algo que consideran ilógico. Si no te has visto en esos ejemplos, genial, me alegro mucho. Porque no tener TOC es agradable. Y si lo que has leído te ha pasado: no te preocupes, tiene tratamiento. Vamos a ver qué sí es el trastorno obsesivo compulsivo o TOC y a desmontar algunos mitos.
Es un trastorno (porque trastorna, molesta, limita nuestra vida) mental. Y sus características más significativas son la intolerancia a la incertidumbre, la intrusión de pensamientos obsesivos y la conducta que ocurre a continuación para calmarlos (las llamamos neutralizaciones o compulsiones).
Es importante señalar que nos puede pasar a cualquiera, a cualquier persona normal. Y lo digo por la cantidad elevadísima de búsquedas que hay en Google con la pregunta:
Me llama mucho la atención que realmente exista como un mito en el imaginario colectivo. NO. Las personas con TOC no son peligrosas. No más que cualquier otra persona.
Aquí los puristas dirían que la curación no es tal cuando de lo que hablamos no es una enfermedad sino un trastorno. Y llamamos trastorno a aquella condición que nos trastorna, trastoca, limita para tener una vida adaptada y satisfactoria.
De todas formas, entendamos que nos referimos a si las personas con TOC pueden dejar de tener TOC: claro. Y si no, ¿qué hacemos tantas personas trabajando en esto? Sí. Las personas con TOC se “curan” del TOC.
Lo que básicamente aprenden, con mucho trabajo, y normalmente acompañadas por su psicóloga, es a tolerar la incertidumbre: no saber seguro -seguro seguro seguro ¿pondrías la mano en el fuego de seguro? Seguro que la puerta estaba cerrada o que nada malo le pasará nunca a alguien a quien quieren.
Aprenden a tolerar y dejar ir esos pensamientos desagradables o raros que “enganchan y no sueltan”. Esos que nos ocurren a todas las personas todos los días entre los 100.000 millones de pensamientos que podamos tener en un día.
A continuación se muestra un listado de los pensamientos normales con los que una persona con trastorno obsesivo compulsivo se engancha. Son pensamientos que, uno u otro, tenemos habitualmente el 85-90% de las personas. Pero las personas con TOC los tienen con más frecuencia, los viven como más desagradables y/o con mayor intensidad emocional:
Alguno o algunos de los siguientes pensamientos, imágenes o impulsos intrusos son experimentados por el 85-90% de la población normal.
Como en muchos trastornos mentales trabajamos conjuntamente desde la psicología y la psiquiatría. Hay fármacos como la Paroxetina que son coadyuvantes en un tratamiento psicológico y que sólo pueden ser recetados desde la medicina, idealmente por psiquiatras. La psicoterapia por su parte, se encarga de explicar a las y los pacientes en qué consiste el TOC, ayudar a entenderlo y a enseñar técnicas para superarlo.
Además de recomendarle a alguien que empiece a ir a terapia también puedes:
Infórmate sobre temas relacionados con el TOC en nuestra guía sobre el trastorno obsesivo compulsivo.
Si te has sentido identificado con los síntomas detallados en este artículo puedes pedir cita con un psicólogo para poder analizar tu caso.
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