La rinoplastia es una de las cirugías estéticas faciales más frecuentes y uno de los principales miedos de los pacientes antes de someterse a este procedimiento es el postoperatorio.
Al igual que en los últimos años han mejorado mucho las técnicas utilizadas en rinoplastia el postoperatorio lo ha hecho en igual medida o incluso más. En este artículo vamos a explicar cómo es el postoperatorio completo de una rinoplastia y vamos a desgranar todos los aspectos que pueden preocupar a alguien que se va a operar de la nariz.
Al acabar la intervención de forma rutinaria se coloca una férula por encima de la piel para mantener la estabilidad de la nariz, ya que durante la cirugía se pueden abordar estructuras que comprometen la integridad de la nariz.
La férula está hecha de un material que calentamos para darle la forma deseada sobre la nariz y se endurece al enfriarse, por lo que es completamente personalizada. Es muy importante mantener esta férula de protección durante el tiempo que indique el cirujano, generalmente alrededor de una semana. Además se ponen unas tiras adhesivas pegadas a la nariz, que también van a ayudar a controlar la inflamación inicial. Una vez retirada la férula en algunos casos se vuelven a colocar otras tiras adhesivas.
Durante los primeros días habrá que tomar una medicación. Generalmente se pauta un antibiótico, un analgésico corriente para aliviar las molestias y un antiinflamatorio. Además se recomienda la aplicación de frío local en la zona de la nariz y los ojos. Esto alivia mucho la sensación de congestión y reduce la inflamación. Para evitar aún más la inflamación evitaremos acostarnos por completo, así que por la noche lo mejor es dormir incorporados durante 3 o 4 días.
A la semana de la intervención habrá que acudir a la consulta para retirar la férula. Es uno de los momentos más esperados por los pacientes. La retirada de la férula se hace con una pinza normal, se van retirando las tiras adhesivas poco a poco y la férula se va desprendiendo. No es doloroso y suele ser un momento emocionante. Es la primera vez que se ve la nariz desde la intervención. En ese momento ya se ve un cambio importante aunque no definitivo.
Uno de los grandes avances que se han conseguido es la no utilización de tapones. Los tapones producen mucho dolor y molestias postoperatorias que hacen muy incómodos los primeros días. En algunos casos en los que hay que trabajar en el septo (la parte más interna de la nariz) tenemos que poner unas finas láminas de silicona que incluso permiten el paso de aire. Pero en la mayoría de las intervenciones no se pone ningún material dentro de la nariz. Esto reduce las molestias a una sensación de congestión, como si estuviéramos acatarrados.
Generalmente los puntos que se dan en la nariz son internos, estos significa que no se ven porque están en las fosas nasales y además se realiza con una sutura que el cuerpo la disuelve por lo que se caerán solos.
En caso de que pasadas unas semanas persistan se pueden retirar con la ayuda de una pinzas. Es un procedimiento sencillo y que no duele. Cuando la técnica de la rinoplastia es abierta, se realiza un pequeño corte en la columnela, la piel que separa los dos agujeros de la nariz. En estos casos se dan unos puntos de sutura muy finos que quitamos a la semana de la intervención. Al contrario de los puntos de dentro de la nariz, que se caen solos estos debemos retirarlos, pero como la sutura se realiza con un hilo muy fino no suelen molestar nada.
Después de la intervención hay que tener cuidado en:
Este cuidado no significa que haya que estar en reposo absoluto, se debe caminar y hacer una actividad normal pero tranquila. Actividades como pasear hacen que mejore la circulación general y en la zona y se controle mejor la inflamación.
Con el paso de los días esta actividad se puede ir incrementando de forma progresiva. Pasadas alrededor de 3 semanas se puede hacer cualquier actividad. Siempre teniendo mucha precaución con deportes o situación que puedan llevar un riesgo de contusión.
Hay que tener en cuenta que aunque las molestias y la inflamación hayan desaparecido casi por completo la nariz va a ser más sensible durante unos meses. Además una contusión en el postoperatorio de una rinoplastia puede tener un mayor riesgo de fractura o de deformidades permanentes.
Como hemos dicho en la primera revisión ya se ve un cambio importante pero todavía tiene que cambiar. Con el paso de los días, la inflamación va bajando y la punta (que generalmente es lo que más se inflama) se hace más pequeña y definida. También es normal que al principio se vea la punta hiperproyectada. Esto significa que está más alta y larga de lo que va a quedar.
Es común escuchar que hasta los 6 meses o hasta el año no se ve el resultado de la rinoplastia. Esto es cierto a medias. Esta afirmación no significa que vayamos a estar 6 meses con la nariz inflamada. Significa que puede haber pequeños detalles que vayan cambiando, como las zonas donde hemos hecho cortes en el hueso o pequeños detalles en la punta. Así que generalmente al mes ya podremos vernos con la nariz prácticamente como nos va a quedar.
Como resumen diremos que el postoperatorio de una rinoplastia es cada vez más llevadero y no suele ser doloroso, además tendremos que hacer un postoperatorio activo (paseando y aplicando frío en la zona) para controlar la inflamación y que en un mes podremos ver el resultado de nuestra cirugía. Si tienes alguna pregunta o te gustaría programar una consulta, no dudes en ponerte en contacto con un cirujano plástico. También puedes consultar nuestra guía para conocer todos los secretos de la rinoplastia.
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