Artículos 15 abril 2024

Homosexualidad y salud mental: desafíos y estrategias de bienestar

Estefanía Rubio Psicólogo
Estefanía Rubio
Psicólogo

La relación entre la homosexualidad y la salud mental es un tema complejo y multifacético, cuya interpretación ha ido evolucionando ligada la propia visión social del propio concepto. Históricamente estigmatizada, la homosexualidad ha sido un campo de lucha en el ámbito de la salud mental, donde la discriminación y el prejuicio han tenido consecuencias significativas y a las que, poco a poco, va sobreponiéndose.

¿Qué es la homosexualidad?

El término “homosexualidad” se originó en el siglo XIX, siendo un compuesto híbrido que mezcla raíces griegas y latinas. La palabra proviene del griego “homós”, que significa “igual” o “semejante”, y del latín “sexus”, que significa “sexo”. Es decir, se refiere a la atracción emocional y sexual entre personas del mismo género.

Cabe destacar que la homosexualidad ha existido a lo largo de toda la historia humana y ha sido documentada en diferentes culturas y sociedades. Por ejemplo, en la Antigua Grecia y Roma, las relaciones homosexuales eran relativamente comunes y, en algunos casos, incluso socialmente aceptadas, aunque existían ciertas normas y expectativas sobre los roles en estas relaciones.

DSM y homosexualidad

La evolución del término “homosexualidad” está relacionado con la del propio término a nivel social, médico y legal, y en las que, poco a poco, se va desligando de las connotaciones negativas que solía experimentar.

El DSM, cuyas siglas hacen referencia a “Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders” o, en castellano, “Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales”, es un manual que proporciona los criterios y descripciones detalladas de una amplia gama de trastornos mentales, lo que permite su diagnóstico y clasificación por parte de los profesionales de la salud mental.

En el DSM-II, la homosexualidad estaba clasificada como un trastorno mental. Sin embargo, debido a la presión y los esfuerzos de activistas por los derechos de los homosexuales y los desafíos planteados por estudios científicos, se produjo un cambio importante. En 1973, la Asociación Americana de Psiquiatría (APA) votó para remover la homosexualidad de la lista de trastornos mentales, y en 1974, esta decisión fue confirmada por la membresía más amplia de la APA. En lugar de la homosexualidad, se introdujo el diagnóstico de “trastorno de la orientación sexual” para aquellos que experimentaban conflicto con su orientación sexual.

Con la publicación del DSM-III en 1980, el “trastorno de la orientación sexual” fue reemplazado por la categoría de "homosexualidad egodistónica”, refiriéndose aquellos individuos que querían ser heterosexuales pero que no experimentaban atracción heterosexual, o que encontraban su atracción homosexual indeseada o angustiante. Pese a representar un avance con respecto al manual anterior, esta clasificación fue criticada por seguir perpetuando el estigma, evolucionando en el DSM-III-R de 1987 a “angustia persistente y marcada por la orientación sexual de uno” como uno de los ejemplos de la clasificación de “trastorno sexual no especificado”.

Esta revisión reflejaba un cambio en el enfoque de la psiquiatría, alejándose de la patologización de la homosexualidad. Aunque no fue hasta la publicación en 2013 del DSM-V, que fue el primer manual en el que no se incluía ninguna categoría que aludiera a la orientación sexual como un trastorno mental.

Estos cambios a lo largo de décadas reflejan un movimiento significativo, desde la visión de la homosexualidad como un trastorno, hacía una visión más respetuosa e inclusiva de la diversidad sexual.

¿Cómo afecta la homosexualidad a nuestra salud mental?

La homosexualidad puede influir en nuestra salud mental de diversas maneras, lo que va a depender de diversos factores personales, familiares, sociales y legales, especialmente en contextos donde existe estigma y discriminación.

  • Entre los factores personales que pueden estar implicados, podemos encontrar el proceso de identificación y aceptación de la propia identidad sexual, que puede variar de manera significativa en función del propio individuo.
  • Los factores familiares vendrían de la mano de la aceptación o el rechazo de la familia, así como la forma en la que se maneja comunicación, el entendimiento y el respeto hacía la orientación sexual del individuo.
  • Los factores sociales, por su parte, se refieren a la actitud y las normas culturales hacia la homosexualidad, que pueden abarcar desde la aceptación y el apoyo hasta el rechazo y discriminación.
  • Con respecto a los factores legales, en la legislación sobre derechos civiles encontramos leyes que reconocen y protegen los derechos de las personas homosexuales y que promueven el matrimonio igualitario, la adopción y la protección contra la discriminación, aunque, por desgracia, en algunos países, dicha condición está penada con la muerte, representando una violación grave de los derechos humanos y que persiste hasta la actualidad en ciertas partes del mundo.
mujeres pelo corto playa cogidas manos amor Las personas LGTBIQ pueden llegar a tener una incidencia mayor de ciertos trastornos mentales** como la depresión, trastornos del estado de ánimo o ansiedad.

LGTBIQ y salud mental

El término LGTBIQ es un acrónimo que representa un grupo diverso de identidades sexuales y de género, cuyas letras significan:

  • L: Lesbiana (mujeres que se sienten atraídas emocional y/o sexualmente por otras mujeres).
  • G: Gay (generalmente se refiere a hombres atraídos emocional y/o sexualmente por otros hombres, aunque también puede usarse de manera más amplia).
  • B: Bisexual (personas que se sienten atraídas emocional y/o sexualmente por hombres y mujeres).
  • T: Transgénero (individuos cuya identidad o expresión de género difiere del sexo asignado al nacer).
  • I: Intersexual (personas que nacen con características sexuales, como cromosomas, gónadas y órganos sexuales, que no se ajustan a las nociones típicas de cuerpos masculinos o femeninos).
  • Q: Queer/Questioning (Queer es un término paraguas para personas que no son heterosexuales o cisgénero; Questioning se refiere a quienes están explorando su identidad sexual o de género).

Debido a los factores ya comentados, las personas LGTBIQ pueden llegar a tener una incidencia mayor de ciertos trastornos mentales como la depresión, trastornos del estado de ánimo, ansiedad y TEP (trastorno de estrés postraumático), asociados al estigma social por el miedo a no ser aceptado por familiares, amigos o por la propia comunidad.

A lo largo de los años, la comunidad LGTBIQ ha experimentado una notable evolución en cuanto a reconocimiento y derechos, aunque aún enfrenta importantes desafíos en relación a la salud mental.

A pesar de los avances en la aceptación social y la disminución del estigma, persisten barreras en el acceso a servicios de salud mental adecuados. Queda un camino considerable por recorrer para asegurar el bienestar integral de esta comunidad, lo que requiere un esfuerzo continuo tanto en políticas inclusivas como en la concienciación social y el apoyo familiar.

Referencias
  • American Psychiatric Association. (1980). Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (3rd ed.). Washington, DC: American Psychiatric Association.
  • American Psychiatric Association. (1987). Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (3rd ed., rev.). Washington, DC: American Psychiatric Association.
  • American Psychiatric Association. (1994). Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (4th ed.). Washington, DC: American Psychiatric Association.
  • American Psychiatric Association. (2013). Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (5th ed.). Arlington, VA: American Psychiatric Publishing.
  • Brown, L. y Pantalone, D. W. (2011). “Psicología de la diversidad sexual y de género”. Revista de Psicología Clínica y Salud Mental, 25(3), 515-530.
  • Herek, G. M. (2004). “Más allá de la ‘Homofobia’: Reflexiones sobre el prejuicio sexual y el estigma en el siglo XXI”. Investigación en Sexualidad y Política Social, 1(2), 6-24.
  • Meyer, I. H. (2003). “Prejuicio, estrés social y salud mental en poblaciones lesbianas, gays y bisexuales: Cuestiones conceptuales y evidencia de investigación”. Boletín de Psicología, 129(5), 674-697.

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