Claudia Castilla, Especialista Contenido Médico
Tabla de contenidos
La epicondilitis es una condición que probablemente hayas escuchado mencionar, especialmente si eres deportista o realizas actividades que implican movimientos repetitivos del antebrazo y la muñeca. Comúnmente conocida como codo de tenista, la epicondilitis es más que un simple dolor de codo; es una lesión que puede afectar significativamente tu calidad de vida si no se aborda adecuadamente. En esta guía, abordaremos todo lo que necesitas saber sobre esta afección: desde sus causas hasta las opciones de tratamiento y recuperación.
La epicondilitis no discrimina; puede afectar independientemente de tu edad o nivel de actividad física. Si bien es más prevalente entre aquellos que participan regularmente en deportes de raqueta, la realidad es que cualquier actividad que implique un esfuerzo continuado de los músculos del antebrazo puede ser el desencadenante. Por lo tanto, es esencial que no solo los atletas, sino también las personas con trabajos manuales o aquellos que pasan horas en la computadora, estén informados sobre cómo prevenir y tratar esta dolencia.
La epicondilitis es una lesión por uso excesivo que causa dolor e inflamación en el área del codo, específicamente en los tendones que conectan los músculos del antebrazo con la parte exterior del codo. Estos tendones son cruciales para la movilidad de la muñeca y los dedos, y cuando se sobrecargan, la incomodidad y el dolor no se hacen esperar. Esta condición puede surgir tanto por actividades deportivas como por tareas cotidianas que requieren movimientos repetitivos o un agarre fuerte.
La causa subyacente de la epicondilitis es generalmente el estrés repetitivo y la sobrecarga de los tendones del antebrazo. Esto puede ocurrir por el uso excesivo de herramientas manuales, prácticas deportivas como el tenis o el golf, o incluso actividades diarias como teclear o usar el ratón de la computadora durante prolongados períodos. La clave está en la repetición: movimientos repetidos y forzados pueden resultar en microtraumatismos que, con el tiempo, llevan a la inflamación y al dolor.
El traumatólogo Jordi Canosa Areste, explica en su artículo que el principal síntoma de la epicondilitis es el dolor en cara externa o lateral del codo que se irradia a unos 2 o 2 cm, por la misma cara del antebrazo. Aumenta con la actividad pero, con frecuencia, se produce o intensifica con movimientos de la vida habitual como coger una botella de agua o abrir una puerta.
Para diagnosticar la epicondilitis, los profesionales de la salud suelen realizar un examen físico y evaluar tus síntomas. Este examen puede incluir pruebas de movilidad y fuerza, así como la palpación del área afectada para identificar dónde se localiza el dolor. En algunos casos, pueden requerir estudios de imagen como radiografías, ecografías o resonancias magnéticas para descartar otras posibles causas del dolor y confirmar el diagnóstico de epicondilitis. El fisioterapeuta Endika Lozano, nos describe algunos de los tratamientos para la epicondilitis más frecuentes. Estos son algunos de ellos:
El ejercicio y la rehabilitación son componentes fundamentales en la recuperación de la epicondilitis. Un programa de ejercicios personalizado, diseñado por un fisioterapeuta, puede mejorar la fuerza y la flexibilidad de los músculos del antebrazo, lo que ayuda a reducir la tensión en los tendones. Estos ejercicios deben realizarse de manera gradual y controlada para evitar el sobreentrenamiento y promover una curación efectiva.
Los ejercicios recomendados para la epicondilitis suelen incluir estiramientos suaves y ejercicios de fortalecimiento. Por ejemplo, estirar los músculos flexores y extensores del antebrazo puede ayudar a aliviar la tensión, mientras que ejercicios específicos como las flexiones de muñeca con una banda elástica o pesas ligeras pueden fortalecer los músculos afectados. Es crucial que estos ejercicios se realicen bajo la supervisión de un profesional para asegurarse de que se ejecutan correctamente y de manera segura.
El traumatólogo Luis Gallego, nos cuenta en su artículo que la cirugía para la epicondilitis puede realizarse de varias maneras, pero el objetivo es siempre aliviar el dolor y restaurar la funcionalidad del codo. Los procedimientos pueden incluir la eliminación de tejido dañado, la reparación de tendones o la liberación de tendones.
La cirugía para la epicondilitis generalmente se considera solo después de que los tratamientos conservadores han fallado en proporcionar alivio durante un período prolongado, a menudo después de seis meses a un año de tratamiento. Si el dolor persiste y limita significativamente tus actividades diarias o tu capacidad para practicar deportes, la cirugía puede ser la siguiente opción a evaluar con tu médico.
La epicondilitis lateral se conoce ampliamente como codo de tenista porque afecta al 50% de los jugadores de tenis, en particular a los principiantes que aprenden el revés con una mano. Sin embargo, sólo el 10% de todos los pacientes con epicondilitis juegan al tenis.
La epicondilitis lateral es una patología común que afecta entre el 1% y el 3% de los adultos. La incidencia de la epicondilitis lateral es de 3,4 casos por 1.000 personas, con una incidencia máxima entre las personas de 40 a 49 años. El fisioterapeuta Endika Lozano responde en su artículo a algunas de las preguntas más frecuentes sobre el codo de tenista.
La epicondilitis es una condición que puede ser dolorosa y limitante, pero con el conocimiento y el tratamiento adecuados, puedes superarla y volver a tus actividades diarias y deportivas. Recuerda que la prevención, el diagnóstico temprano y un plan de tratamiento y rehabilitación personalizado son clave para una recuperación óptima. Si experimentas dolor en el codo o síntomas relacionados, no dudes en buscar asesoramiento médico y comenzar el camino hacia la curación.
La publicación del presente artículo en el Sitio Web de Doctoralia se hace bajo autorización expresa por parte del autor. Todos los contenidos del sitio web se encuentran debidamente protegidos por la normativa de propiedad intelectual e industrial.
El Sitio Web de Doctoralia Internet S.L. no contiene consejos médicos. El contenido de esta página y de los textos, gráficos, imágenes y otro material han sido creados únicamente con propósitos informativos, y no para sustituir consejos, diagnósticos o tratamientos médicos. Ante cualquier duda con respecto a un problema médico consulta con un especialista.