Actualmente, es frecuente escuchar la expresión “dependencia emocional”, pero ¿de qué se trata exactamente?, con esta expresión se hace referencia a un patrón de funcionamiento que algunas personas manifiestan en sus relaciones. Estas personas presentan unas necesidades insatisfechas, las cuales intentan cubrir con sus relaciones.
Es una demanda insaciable, que, en muchos casos, puede convertir la relación en un auténtico calvario, no solo para la persona dependiente, sino también para la persona objeto de la dependencia. Cabe destacar, que no todos aceptamos una relación de dependencia. Por otro lado, hay parejas que les funciona a ambos ese estilo de relación (Castelló, 2012).
En este artículo nos vamos a centrar principalmente en la dependencia emocional dentro de la pareja, ya que, en las relaciones amorosas, la dependencia emocional actúa con toda su fuerza.
Sí es verdad, que en los inicios de una relación de pareja aparece cierta dependencia entre ambos miembros, proceso natural, en el que surge una necesidad de estar con el ser amado, complacerle, saber dónde está, tener exclusividad, etc., paulatinamente, este estado va dejando paso a la autonomía de forma natural.
Normalmente estas personas basan sus relaciones en la sumisión, la idealización y el terror ser abandonadas. El miedo las puede llevar a ser objeto de humillaciones, incluso de malos tratos, ya que para ellas cualquier cosa es mejor que el posible abandono. Pero no siempre la dependencia se manifiesta por la sumisión, podemos encontrarnos con la persona dependiente que hace todo por su pareja porque la considera frágil, débil, desgraciada, etc. ejerciendo sin saberlo un papel de dominio sobre su pareja, que le hace sentirse necesitado e indispensable, en este caso, la persona aparente dominante podría estar escondiendo una dependencia hacia su pareja (Roubeix, 2018).
Las personas dependientes suelen poner por encima de todo la relación de pareja, incluso por encima de los hijos. Se suele adaptar a lo que la pareja quiere, haciendo suyas las aficiones del otro. De esta forma la persona dependiente va perdiendo su propia identidad, y paulatinamente se va olvidando de sí misma. Al mismo tiempo, hay una necesidad de que la valoren, que adivinen sus necesidades ocultas y respondan a ellas, que la muestren amor, protección, seguridad, que la deseen, etc. Su vida solo tiene sentido si recibe todo esto de la otra persona. Es complicado que todas estas necesidades puedan ser cubiertas por la pareja, lo que conlleva un conflicto en la relación, ya que se persigue un ideal que no se corresponde con la realidad.
La necesidad de control es otro aspecto presente, es decir, la relación no se siente segura por lo que se necesita saber dónde está la pareja, ya sea por teléfono, WhatsApp, u otras aplicaciones. En estas relaciones el dependiente suele exigir exclusividad, no aceptando de buen grado que la pareja tenga sus propios amigos, compañeros o incluso que dedique tiempo a hijos u otros familiares. Detrás de ese deseo de control puede esconderse el miedo al otro, la falta de confianza, lo que lleva a un estado de alerta permanente (Castelló, 2012; Roubeix, 2018).
Algunas de las causas de la dependencia amorosa podemos hallarlas en la infancia y en la dificultad que el niño haya encontrado en la construcción de su identidad y de un apego seguro. (Roubeix, 2018). Los niños van construyendo la relación consigo mismos y con los demás conforme a lo que han ido viviendo a lo largo de su vida, desde sus primeros años de vida. Si un niño ha crecido con carencias en los vínculos con las figuras de apego, ha sufrido estilos de crianza autoritaria, permisiva, padres negligentes en la crianza, sobreprotección, malos tratos, padres o madres ausentes, etc. va a construir una mala relación consigo mismo y con los demás (Roubeix, 2018; Vidal, 2023).
La sobreprotección afectiva puede darse por distintas razones. Este estilo de crianza por parte de los adultos asfixia e impacta en la autoestima del menor. Es importante que quede claro que tanto el crecer en un ambiente de sobreprotección como de carencias emocionales, son factores que contribuyen al desarrollo de la dependencia (Roubeix, 2018).
Para un niño es de vital importancia ser acariciado, y querido con amor, sin embargo, hay niños que han sufrido un exceso de ternura, cuidados, atención, afecto, caricias, etc. Es paradójico que tanto la ausencia como el exceso en la protección de los niños sean, ambos estilos de crianza, perjudiciales. En estos casos los padres han invadido su espacio, y con la mejor intención han anulado a sus propios hijos. Posteriormente, estos niños cuando sean adultos tendrán gran dificultad en encontrar los límites para él/ella y los demás.
Los padres o madres sobreprotectores necesitan controlar frecuentemente al niño/a: cómo se siente, que podrá estar pensando, intentando que no se les escape nada. Como consecuencia al menor se le infantiliza y se le infravalora. Asimismo, se está contribuyendo en la construcción de un adulto con baja autoestima, sin la autonomía suficiente, ya que siempre va a necesitar un guía a su lado. En muchas ocasiones esa sobreprotección puede venir de una necesidad de los propios padres de llenar un vacío, depresión, sufrimiento, dar a su hijo lo que ellos no han recibido, etc. “El niño optará por la mejor opción posible que será asegurar la supervivencia de su madre: someterse” (Roubeix, 2018).
El resto del tratamiento consistiría en poner en práctica todos los puntos anteriores, dándote tu tiempo y siendo amable contigo mismo/a hasta que consigas interiorizar un nuevo patrón de funcionamiento relacional.
Como conclusión cabe destacar que la dependencia emocional es un patrón de funcionamiento relacional que invalida, baja la autoestima y provoca sufrimiento a las personas. Por otro lado, se obtienen beneficios secundarios en este funcionamiento, lo cual dificulta su abandono. Posiblemente, el estilo de relación dependiente se lleva gestando desde la primera infancia por distintos motivos. La buena noticia es que siempre hay tiempo para cambiar, depende en gran medida del deseo de cambio. Es verdad que en muchos casos es necesario acudir a una psicoterapia para que un psicólogo pueda ayudarte en el proceso. También puedes consultar nuestra guía sobre cómo superar la dependencia emocional.
La publicación del presente artículo en el Sitio Web de Doctoralia se hace bajo autorización expresa por parte del autor. Todos los contenidos del sitio web se encuentran debidamente protegidos por la normativa de propiedad intelectual e industrial.
El Sitio Web de Doctoralia Internet S.L. no contiene consejos médicos. El contenido de esta página y de los textos, gráficos, imágenes y otro material han sido creados únicamente con propósitos informativos, y no para sustituir consejos, diagnósticos o tratamientos médicos. Ante cualquier duda con respecto a un problema médico consulta con un especialista.