La cirugía de recambio articular de cadera, también conocida como artroplastia de cadera, es un procedimiento quirúrgico que se realiza para reemplazar una articulación de cadera dañada o desgastada.
Esta cirugía se ha convertido en una opción popular para aquellos pacientes que sufren de dolor crónico, limitación de movimiento y disfunción recurrente de dicha articulación.
La cadera es una de las articulaciones más importantes del cuerpo, ya que permite una amplia gama de movimientos y es fundamental para mantener el equilibrio y la estabilidad. Sin embargo, el desgaste, la edad, las lesiones o ciertas condiciones médicas pueden provocar un deterioro en la articulación de cadera, lo que resulta en dolor y dificultad para caminar o realizar actividades diarias.
La cirugía protésica de cadera implica eliminar la articulación dañada y reemplazarla por una prótesis artificial. Esta prótesis consiste en un vástago de metal que se coloca dentro del fémur y una copa de metal que se inserta en el acetábulo (la parte de la pelvis en la que articula la cabeza femoral). Entre estos dos componentes se pueden utilizar diferentes tipos de material para realizar el juego de la articulación (cerámica, polietileno, etc). La prótesis se fija en su sitio utilizando cemento óseo o se puede insertar de forma no cementada (por impactación), permitiendo que el hueso circundante crezca y se fusione con la prótesis.
Antes de someterse a una cirugía de recambio articular de cadera, el paciente debe someterse a una evaluación exhaustiva que incluye:
Estas pruebas ayudarán al cirujano a determinar si el paciente es un buen candidato para el procedimiento.
Durante la cirugía, el paciente generalmente está bajo anestesia general o regional (raquimedular). El cirujano realiza una incisión en la parte lateral o anterior de la cadera y procede a retirar el tejido dañado y la articulación de cadera deteriorada. Una vez que se ha eliminado el hueso, se coloca la prótesis artificial en su lugar.
Después de la cirugía, el paciente deberá permanecer en el hospital durante unos días para recuperarse. La fisioterapia es clave en el proceso de rehabilitación tras la cirugía protésica y ayudará al paciente a recuperar la fuerza, mejorar el rango de movilidad y aprender cómo caminar correctamente con la nueva prótesis de cadera. Se recomienda a los pacientes el uso de muletas o andadores durante las primeras semanas para ayudar en la recuperación.
La recuperación total de una cirugía de este tipo puede requerir varios meses, durante los cuales se deben seguir las instrucciones del especialista. Es importante tener en cuenta que cada paciente es diferente y que la recuperación puede variar para cada persona.
A pesar de que se trata de un procedimiento seguro y eficaz, puede haber riesgos y complicaciones asociadas como en cualquier cirugía. Estos pueden incluir:
La mayoría de los pacientes que se someten a la cirugía protésica de cadera experimentan una mejora significativa en la calidad de vida. El dolor crónico se alivia, la movilidad se restaura y se puede retomar las actividades diarias y deportivas.
Sin embargo, es importante recordar que la prótesis puede requerir un reemplazo después de un tiempo, especialmente si el paciente es joven o tiene un estilo de vida activo. En conclusión, la cirugía de recambio articular de cadera es un procedimiento efectivo para aliviar el dolor y restaurar la función de la articulación de cadera dañada.
Como cualquier cirugía, tiene sus riesgos y requiere de un período de recuperación y rehabilitación. Sin embargo, para aquellos pacientes que sufren de dolor crónico y limitación de movilidad, esta cirugía puede ser una opción para mejorar su calidad de vida y permitirles mantener una vida activa. Si tienes alguna duda pide cita con tu traumatólogo.
Puedes consultar nuestra guía: “Prótesis de cadera: todo lo que debes saber” y resolver cualquier duda que tengas.
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