Artículos 04 abril 2024

Cirugía de epicondilitis (codo de tenista): todo lo que necesitas saber

Dr. Luis Gallego Traumatólogo, Especialista en Medicina del Deporte
Dr. Luis Gallego
Traumatólogo, Especialista en Medicina del Deporte

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La epicondilitis, comúnmente conocida como ‘codo de tenista’, es una condición que afecta a millones de personas cada año. A pesar de ser asociada frecuentemente con atletas, esta dolencia no se limita a los deportistas, afectando a una amplia gama de individuos, sobre todo trabajadores manuales.

Aunque la mayoría de casos pueden tratarse de forma conservadora con éxito, la cirugía de epicondilitis se ha convertido en un procedimiento cada vez más común y efectivo para aquellos casos en los que los tratamientos conservadores no han dado resultado.

¿Qué es la epicondilitis?

La epicondilitis es una inflamación de los tendones que se unen al codo, generalmente causada por movimientos repetitivos de la muñeca y el brazo al realizar extensiones de la muñeca repetidas.

Se llama “codo del tenista” porque es frecuente en deportes de raqueta, en relación al movimiento de revés.

La sobrecarga de la inserción de tendones extensores en el codo produce una inflamación y pequeñas lesiones que, al curar de forma poco eficaz, producen una cicatriz que deja un dolor crónico.

Aunque el sufijo “-itis” se refiere a inflamación, en la mayoría de los casos el dolor se asocia a esta cicatriz con tejidos degenerativos, por lo que sería más adecuado hablar de “tendinosis” o tendinopatía degenerativa de tendones extensores del antebrazo.

Este trastorno se caracteriza por dolor y sensibilidad en la parte exterior del codo, que puede empeorar con ciertos movimientos o actividades, como cargar pesos, hacer presión fuerte o usar el ratón del ordenador, llegando a ser dolorosos gestos tan comunes como dar la mano.

Tratamiento no quirúrgico para la epicondilitis

Los tratamientos no quirúrgicos de la epicondilitis son la primera línea de tratamiento para esta afección. Estos tratamientos buscan reducir la inflamación, aliviar el dolor y restaurar la movilidad y la función del codo:

  • Reposo y modificación de actividades: evitar actividades que empeoren el dolor es crucial. Esto incluye reducir o modificar actividades laborales o deportivas que impliquen movimientos repetitivos del codo.
  • Fisioterapia: la fisioterapia es fundamental en el tratamiento de la epicondilitis. Incluye ejercicios de estiramiento y fortalecimiento para mejorar la flexibilidad y fortaleza de los músculos del antebrazo. También puede incluir técnicas como la radiofrecuencia, u otras más invasivas como las ondas de choque o la electrólisis percutánea.
  • Ortesis o férulas: el uso de una prótesis de codo puede ayudar a reducir la tensión en los tendones afectados. También pueden usarse férulas nocturnas para la muñeca. Estos dispositivos limitan el movimiento y proporcionan soporte, lo que ayuda a disminuir el dolor y facilita la recuperación del tejido.
  • Medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINEs): Medicamentos como el ibuprofeno o naproxeno pueden aliviar el dolor y la inflamación. Sin embargo, su uso debe ser monitoreado por un médico debido a posibles efectos secundarios, y su empleo retrasa la curación de la lesión, por lo que deben utilizarse con mucha precaución.
  • Inyecciones: en algunos casos, si se quiere lograr un resultado rápido, se pueden administrar inyecciones de corticosteroides Los corticosteroides pueden proporcionar alivio temporal del dolor, aunque su poca efectividad a largo plazo hace que no se recomiende en la mayoría de los casos.
  • Las inyecciones de PRP o **plasma rico en factores de crecimiento **que utilizan componentes de la propia sangre del paciente, están ganando popularidad como un tratamiento para promover la curación de los tejidos. Estas terapias utilizan plaquetas que contienen moléculas que facilitan la curación del tendón, y si se aplican de forma eficaz de forma ecoguiada son, en la mayoría de los deportistas, el tratamiento de elección dada su eficacia a largo plazo.
  • Técnicas de terapia manual: algunos fisioterapeutas utilizan técnicas de terapia manual, como la movilización de tejidos blandos, para ayudar a reducir el dolor y mejorar la función.
  • Modificación ergonómica: cambios en el entorno de trabajo o en la técnica deportiva pueden ser necesarios para evitar la recurrencia de la epicondilitis. Esto puede incluir ajustes en el equipo de trabajo, el uso de herramientas ergonómicas, como cambiar el ratón del ordenador a un dispositivo adaptado, o la formación en técnicas deportivas adecuadas.
  • Ejercicios de estiramiento y fortalecimiento: se recomiendan ejercicios específicos para mejorar la flexibilidad y fortalecer los músculos del antebrazo, lo que puede ayudar a prevenir futuras lesiones.
cirujano bata azul quirófano poniéndose guantes La cirugía de epicondilitis se ha convertido en un procedimiento cada vez más común y efectivo para aquellos casos en los que los tratamientos conservadores no han dado resultado.

Cirugía de epicondilitis

La cirugía de epicondilitis se considera generalmente cuando el tratamiento conservador, que incluye fisioterapia, medicación y cambios en el estilo de vida, no alivia los síntomas después de un período significativo, normalmente de 3 a 6 meses.

El proceso quirúrgico: la cirugía para la epicondilitis puede realizarse de varias maneras, pero el objetivo es siempre aliviar el dolor y restaurar la funcionalidad del codo. Los procedimientos pueden incluir la eliminación de tejido dañado, la reparación de tendones o la liberación de tendones.

Técnicas quirúrgicas

  • Cirugía abierta: la técnica más tradicional, donde se hace una incisión sobre el codo para acceder directamente a los tendones afectados. Se realiza la extirpación del tejido cicatricial de la inserción de los tendones extensores, que afecta sobre todo al tendón extensor carpi radialis brevis y la reinserción al hueso del tendón sano.
  • Cirugía artroscópica: un método menos invasivo que utiliza pequeñas incisiones y una cámara para guiar la cirugía.
  • Técnicas mínimamente invasivas: nuevos enfoques que reducen el trauma en los tejidos y pueden ofrecer tiempos de recuperación más rápido, como la cirugía ecoasistida, que combina las ventajas de la poca [agresividad](https://www.doctoralia.es/blog/agresividad-causas-sintomas-frecuentes) que tiene la artroscopia con la eficacia de las técnicas más agresivas, al visualizar con ultrasonidos la parte del tendón afectado.
  • Recuperación y rehabilitación la recuperación puede variar dependiendo del tipo de cirugía realizada. Generalmente incluye un período de descanso seguido de fisioterapia. La mayoría de los pacientes pueden esperar volver a sus actividades normales en unos pocos meses, aunque la recuperación completa puede tomar más tiempo.

La fisioterapia en la recuperación se basa fundamentalmente en ejercicios de tipo excéntrico de los tendones extensores del antebrazo, que producen una reacción adaptativa progresiva hasta conseguir una funcionalidad normal.

Resultados a largo plazo y eficacia

La mayoría de los pacientes experimentan una mejora significativa en el dolor y la función del codo. Sin embargo, como con cualquier cirugía, existen riesgos y no se garantiza una recuperación completa en todos los casos.

La cirugía de epicondilitis es una opción efectiva para aquellos que no han encontrado alivio a través de tratamientos conservadores. Con una variedad de técnicas quirúrgicas disponibles y un enfoque en la rehabilitación postoperatoria, muchos pacientes pueden esperar volver a sus actividades cotidianas con menos dolor y mayor movilidad.

Es muy importante consultar a un traumatólogo deportivo que sea experto y pueda ofrecer diferentes tratamientos según la gravedad del caso y las características individuales de cada paciente para conseguir resultados óptimos. En la mayoría de las ocasiones la combinación de diferentes tratamientos es la clave del éxito.

Si tienes alguna duda consulta con un traumatólogo.

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