• Inicio
  • Psicología
  • Autoconcepto y aceptación personal: cómo desarrollar una visión equilibrada y realista de uno mismo
Artículos 04 diciembre 2023

Autoconcepto y aceptación personal: cómo desarrollar una visión equilibrada y realista de uno mismo

Alejandro Ramírez Reffay Psicólogo
Alejandro Ramírez Reffay
Psicólogo

Amalia, una joven estudiante de bachillerato está sentada junto a mí en mi consulta. Desde su sillón mira atónita la imagen de su cuerpo en un lienzo de papel a tamaño real en el que acabamos de dibujar su contorno. Antes de eso, ella había dibujado el perfil de su cuerpo en función de cómo se veía a sí misma mentalmente. ¿Qué es lo que la mantiene tan perpleja? Ese gesto de incredulidad ante lo que contempla ¿es el reflejo de algo que no entiende su mente o, quizás la manifestación física de todas las emociones contradictorias que está sintiendo allí mismo?

En el plano físico, sus ojos parecen concentrados en los escasos 8 cm de grosor que perfila su cintura dibujada, pero lo que llama poderosamente su atención no parece ser eso: lo que la mantiene perpleja y con la boca abierta es precisamente que está tomando consciencia de la diferencia entre lo que ella creía que medía su cintura y lo que la realidad le está demostrando.

Para realizar este artículo, además de las obligadas consultas a la literatura científica, recurrí a la lectura de decenas de artículos en la red, donde me daban pautas precisas para diferenciar claramente entre autoconcepto y autoestima.

Sin embargo, ninguna de esas simplificaciones de la realidad me habría permitido entender las profundidades de la escena que estoy describiendo. Creo que no me equivocaré mucho si supongo que casi cualquier lector o lectora, al llegar a este punto tendrá clara la idea de que estoy hablando sobre un caso de anorexia. También supongo que, en el caso de Amalia, muchos intuirán qué un autoconcepto, excesivamente centrado en su autoimagen y su autoestima pudieron llevarla a su actual estado. Sin embargo, si quisiéramos ayudarla a salir de esa enfermedad, pocos de nosotros sabríamos cómo hacerlo, pues en psicología las cosas nunca son tan sencillas como parecen.

Si atrapé tu atención, déjame mostrarte algunas curiosidades relacionadas con autoconcepto y autoestima y permíteme ir un paso más allá de la teoría para comenzar a explorar cómo influyen en la forma que nos comportamos, además de estar en un continuo proceso de reestructuración y cambio en función de situaciones y circunstancias vividas cada día.

¿Qué es autoconcepto?

Autoconcepto expresa el modo en que cada persona se representa y reconoce así misma (lo que pienso de mí), mientras que la autoestima se relacionaría con la forma en que esa persona se valora a sí misma (si me gusta como soy).

El autoconcepto engloba otros cuatro componentes (autoconcepto académico, el social, el personal y el físico) que son el resultado de la acumulación de autopercepciones obtenidas a partir de mis experiencias vividas en cada una de esas áreas. Técnicamente hablando, lo ideal es tener un autoconcepto positivo y equilibrado. Así, si en mi autoconcepto global están influyendo excesivamente mi autoconcepto físico y mi autoconcepto académico, por ejemplo, es muy probable que mi conducta se vuelva peligrosamente dependiente y orientada a tener un peso bajo y unas notas excelentes.

Tal vez esto no te parezca tan mala idea, pero imagina ¿qué ocurriría si por accidente los resultados no fueran tan buenos como los esperados? O, aún peor… ¿Qué pasaría si te convirtieras en una persona extremadamente buena en estas tareas?

¿Qué es autoestima?

Cuando reflexionamos sobre nosotros mismos, lo hacemos a través de los atributos que conforman nuestro autoconcepto. Este, como hemos mencionado, surge de la acumulación de autopercepciones derivadas de nuestras vivencias y experiencias. Sin embargo, en la práctica, al describirnos, no adoptamos un enfoque objetivo o científico. Más bien, al seleccionar esos atributos, solemos dejarnos influir por nuestras emociones, las cuales tienden a dirigir la autoevaluación que realizamos.

La autoestima, por tanto, se construye a partir de ese juicio de auto valía personal y subjetiva que hacemos de nosotros mismos. En otras palabras, para la autoestima, no es tan relevante cuáles son nuestras características personales verdaderas, sino cómo nos sentimos respecto a ellas. Puedo ser percibido por los demás como alguien muy válido, pero si a mí no me gustan o valoro más otras cualidades que no poseo, mi autoestima estará por los suelos.

Así, tomando a Amalia como ejemplo (la protagonista de la historia con la que introdujimos este artículo), podemos describirla como una joven inteligente, aplicada, tenaz y disciplinada. Para ella, estar bien con sus amigos y familia es de gran importancia, lo que la lleva a ser complaciente en sus relaciones y eficaz en sus obligaciones. Con ello, probablemente intenta mantener una valoración positiva de su entorno. Ahora, imaginemos a Amalia enfrentando una situación de crisis emocional o experimentando la ruptura de una relación. En este contexto, las emociones dolorosas podrían llevarla a evaluarse de manera negativa, enfocándose en atributos que tal vez su estado emocional le haga percibir como defectuosos (por ejemplo, tener una actitud más asertiva) o que son más enfatizados en su entorno social (por ejemplo, si en su familia siempre se le dio importancia a la delgadez). Estas autoevaluaciones emocionales podrían comenzar a enviarle mensajes del tipo: ‘La gente no te acepta porque eres gorda’ o ‘Si no adelgazas, nunca serás nada para nadie’, generando así un diálogo interno perjudicial.

"En resumen, podríamos decir que el autoconcepto se asemeja a nuestro yo racional, mientras que la autoestima es más similar a nuestro yo emocional. Sin embargo, lo realmente interesante no es tanto lo que son por separado, sino cómo se relacionan entre sí. Está bastante claro que, a medida que pasan los años, vamos formando un autoconcepto cada vez más estable y con una mayor capacidad para dirigir nuestra conducta. Por otro lado, podríamos considerar que la autoestima sana es la que contribuye al buen funcionamiento psicológico. Entonces, cómo podríamos ayudarnos a tener un autoconcepto más sólido y definido y una autoestima.

mujer pelo corto abrazo hombre acepetacion personal Cuando mantienes una actitud autocrítica hacia ti, tratas de reconocer y aceptar tus desafíos y errores con comprensión y amabilidad.

¿Cómo fortalecer el autoconcepto y la autoestima?

Lo sano y deseable es cuando lo que pensamos, sentimos y hacemos acerca de nosotros mismos contribuye a nuestro bienestar psicológico. Durante la infancia, lo que las personas importantes para nosotros nos hacen ver o nos dicen tiene mucha influencia. Por eso, es crucial ayudar a nuestros hijos a adoptar una actitud de autoaceptación incondicional des de temprana edad.

Esto no significa que debamos fomentar en nuestros hijos un gran autoconcepto o una autoestima elevada. Al contrario, sabemos que esto muchas veces se asocia a formas** de comportamiento insanas **como el egoísmo, el narcisismo y la violencia. Incluso una baja autoestima moderada puede tener aspectos positivos, al fomentar actitudes de autoprotección como ser más cauto, más modesto ya que favorecen una mejor adaptación. Por otra parte, cuando se asocia a ciertos problemas, como el fracaso escolar, la baja autoestima parece ser el resultado y no la causa.

Recomendaciones

Con toda esta información podríamos hacer algunas recomendaciones basadas en la evidencia como, por ejemplo:

  • No hace falta que le digas a tu hijo siempre que es el mejor, basta con que le enseñes a tener una actitud autocompasiva hacia sí mismo. Cuando mantienes una actitud autocrítica hacia ti, tratas de reconocer y aceptar tus desafíos y errores con comprensión y amabilidad, similar a cómo lo harías con un amigo. En lugar de castigarte o criticarte duramente, te concedes el espacio para aprender y mejorar. Reconociendo tu humanidad y entendiendo que todos cometemos errores y enfrentamos dificultades. Es una forma de cultivar una relación más amable contigo mismo mientras te esfuerzas por crecer y superar obstáculos.
  • Recuerda que es normal cometer errores y, puesto que nunca serás alguien perfecto, al menos sé bueno reparando. Reparar tiene que ver con fomentar la responsabilidad frente a la culpa. Implica decirme a mí dos cosas opuestas, pero igualmente ciertas: “No estoy orgulloso de mi último comportamiento y mi último comportamiento no me define”. Cuando practicamos esta actitud hacia nosotros mismos nos permitimos asumir nuestros errores separándolos de nuestra identidad, además cuando lo hacemos hacia un ser querido le estamos dando ejemplo con nuestra conducta y le enseñamos a no asumir la culpa por el error de otra persona.
  • Prioriza una visión de ti más basada en el ser más que el hacer. Una “autoestima basada en el logro" suele ser representativa de personas que buscan la aprobación de otros para sentirse valiosos, evitando así la necesidad de generarse autoafirmación y autovaloración. Este comportamiento busca obtener aprobación externa para sentirse mejor y compensar una sensación interna de insuficiencia. En lugar de decidir amarse y valorarse por sí mismos, dependen de la percepción de los demás.
  • Demuestra tu amor, expresa empatía y no compares. Y recuerda que todos ellos son también aplicables a ti.

No dudes en pedir cita con un psicólogo. También puedes consultar nuestra completa guía: Aprovechar el poder del desarrollo personal para mejorar el bienestar emocional.

Referencias
  • Campo Ternera, l. (2014). El desarrollo del autoconcepto en niños y niñas y su relación con la interacción social en la infancia. Psicogente, 17(31), 67-79. Retrieved October 12, 2023, from http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0124-01372014000100005&lng=en&tlng=es.
  • Cazalla-Luna, N. y Molero, D. (2013). Revisión teórica sobre el autoconcepto y su importancia en la adolescencia… Revista Electrónica de Investigación y Docencia (REID), 10, Julio, 2013, 43-64
  • Esnaola, I.; Goñi, A.; Madariaga, J.M. El autoconcepto: perspectivas de investigación Revista de Psicodidáctica, vol. 13, núm. 1, 69-96
  • González-Pienda, J.A., Núñez Pérez, C., Glez.-Pumariega, S. y García, M. (1997). Autoconcepto, autoestima y aprendizaje escolar. Psicothema, 1997. Vol. 9, nº 2, 271-289
  • Roca, E. (2012). Autoestima Sana. Una visión actual basada en la investigación. ACDE Psicología
  • Roca, E. (2020). Estrategias para mejorar la Autoestima. ACDE Psicología
  • Thirch, Schoendorf & Silberstein (2014). The ACT Practiotioner’s Guide to the Science of Compassion. Oakland: New Harbinger.

La publicación del presente artículo en el Sitio Web de Doctoralia se hace bajo autorización expresa por parte del autor. Todos los contenidos del sitio web se encuentran debidamente protegidos por la normativa de propiedad intelectual e industrial.

El Sitio Web de Doctoralia Internet S.L. no contiene consejos médicos. El contenido de esta página y de los textos, gráficos, imágenes y otro material han sido creados únicamente con propósitos informativos, y no para sustituir consejos, diagnósticos o tratamientos médicos. Ante cualquier duda con respecto a un problema médico consulta con un especialista.


www.doctoralia.es © 2023 - Encuentra tu especialista y pide cita

Nuestra web utiliza cookies.
Sigue navegando si estás de acuerdo con nuestra política de cookies.