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El adicto se hace:
Nadie nace genéticamente programado para hacerse adicto o con un gen de la adicción. Las personas se van haciendo adictas en el tiempo. Del mismo modo pueden, en el tiempo, dejar de tener ese problema. Tan sencillo como no hacerlo y tan complejo como encontrar un día para iniciar ese reto y los apoyos suficientes. Si bien es cierto, que existen personas que han sido capaces de abandonar este hábito por si solas, la norma indica que “cuando solo no puedo, debo de pedir y debo de encontrar a alguien que me ayude”. Como también es cierto que por la natural tendencia a la búsqueda ya no solo de sensaciones, y del recreo o uso del tiempo libre en cuanto que tiempo lúdico, haga a las personas recrearse entrando en algún
uso inadecuado de sustancias o desarrollo de hábitos poco saludables y que derivan posteriormente en la adicción concreta o concretas que es lo más habitual. Sin entrar en el apartado, de las vulnerabilidad de las personas, de tipo psicológico.
En principio todas las dependencias en mayor o menor medida generan incrementos de la ansiedad que se traducen a su vez, en dificultades en el humor, en los pensamientos, en la personalidad y en los comportamientos en general. Con el tiempo esto se agrava en cuanto que se aumentan los tiempos dedicados a esa actividad y también las cantidades económicas. Se suma la afectación de su uso o realización al hecho de expandirse a esferas de la vida en principio no relacionadas con esa adicción como
son la alteración de las relaciones familiares, sociales y de pareja o el desempeño responsable del trabajo/ formación.
De hecho los manuales sobre psicopatología de carácter eminentemente psiquiátrico, se aproximan a este tema bajo el epígrafe de “Trastornos mentales y del comportamiento debidos al consumo de múltiples drogas o de sustancias psicotrópicas”, CIE-10 o “Trastornos relacionados con sustancias y trastornos adictivos”, DSM-5.
En estos epígrafes faltaría incluir, si la base de esta clasificación son la falta de control y la dependencia, las dificultades con otras adicciones en las que no aparecen como elemento principal algún tipo de sustancia. “cualquier conducta normal placentera tiende a repetirse”,
(Echeburúa 2010), lo cual es el inicio de la escalada en determinados contextos y por tanto condiciones de una adicción.
En cualquier caso hablaremos de adicción tanto si existe sustancia como “elemento objeto de repetición”, sin sustancia.
Las adicciones se pueden dejar:
Precisan de un proceso temporal, de implicación personal y de apoyo adecuado. En el que los pequeños cambios serán mejoras en el avance. Sería también un proceso de transformación en valores que hace posible el mantenimiento de nuevos estilos y comportamientos igualmente gratificantes. Fundamentalmente el tiempo, la distancia del “objeto de abuso”, y el replanteamiento de comportamientos, hábitos y valores determinan ese camino del éxito sobre la adicción, la que sea. AL igual que ocurre en “Darse cuenta” del cuento corto de J.Bucay en el que tras tropezar varias y repetidas veces con el mismo problema, hoyo en su caso, el protagonista decide cambiar de acera reconociéndose entonces más seguro y eficaz en su empeño. En nuestro caso el de dejar atrás una adicción.
El hecho o el proceso de dejar la adicción implica múltiples factores. Pero quizás el más interesante como variable de éxito sea la actitud (motivación al cambio) con la cual se afronta. Lo cual implica volubilidad motivacional, durante el proceso y por tanto avances y retrocesos de los que a su vez aprender, y que dependerá de los sucesos acaecidos antes de inicio, de los apoyos, de la gravedad de abstinencia y de la problemática personal psicosocial; el tiempo que se pase abstinente de ese hábito, y por tanto de los cambios de vida realizados durante el tratamiento como elementos de fondo y estructurales para cimentar la abstinencia. En algún momento de mi profesión escuche a un ex-alcohólico comentar que el “vaso vacío” de alcohol debía de ser rellenado con afecto, sentido y gratificación. Nunca mejor receta y que debe de ser aplicada en todo momento tanto por los terapeutas como por los pacientes en tratamiento de rehabilitación.
Este tratamiento de adicción será orientado hacia el cambio comportamental que sucesivamente implicará cambios dadas las mejoras, personales hasta entender todo el proceso y ver que se ha podido estar durante todo este tiempo sin utilizar la sustancia o elemento de abuso y que por tanto los problemas que acompañaban a la adicción se van solucionando . De ahí que el inicial control estimular, como la resolución de problemas concomitantes, como la mejora psicológica personal, el aumento de la seguridad, y el planeamiento de estrategias de evitación del problema objeto, son herramientas de trabajo necesarias, sumativas y eficaces.
Arcadio Río Rz
Psicólogo Clínico, Terapeuta familiar y Mediador.
Gijón 10-06-23
16/06/2023