
¿SIENTES QUE “PESAN” IGUAL?
A veces las situaciones que hemos vivido nos llevan a creer que “hay algo que está mal conmigo”, “no merezco ser feliz”, “no soy digno/a”.
Nuestro pensamiento genera una creencia que nace del dolor y que engendra/genera/mantiene sufrimiento.
Vamos a verlo con un ejemplo real.
La primera frase es la idea que tiene la persona sobre sus relaciones de pareja.
El segundo es lo mismo, pero pidiéndole que no sea algo tan global, y sin juicios, si no que refleje qué ha vivido y cómo le ha afectado.
AVISO IMPORTANTE: pasar del primero al segundo es un trabajo que hemos hecho en sesión. Conlleva un trabajo terapéutico importante, esto no consiste en: “piensa feliz= sé feliz”.
El experimento que quiero que intentes es el siguiente:
Por un momento, imagínate que lo que vas a leer a continuación es algo que te dices tú sobre tí mismo.
¿Te duelen lo mismo ambas afirmaciones?
¿Te sientes con la misma energía y predisposición a hacer algo al respecto en los dos casos?
1) “No merezco tener relaciones sanas”
2) “Hasta ahora, he intentado tener relaciones estables con personas que estaban en una etapa vital diferente a la mía; que no hemos sabido poner límites saludables; también me he encontrado con personas no me han tratado bien, y me costaba ver en ese momento entender las señales de que la relación no iba por buen camino. Todo esto me ha hecho sufrir mucho y ahora me generan miedo y cierto rechazo”
El cómo nos hablamos importa. Porque el lenguaje tiene matices, y aunque muchas veces los pasemos por alto, nuestra mente sí los percibe.
En sesión, tenemos la oportunidad de darnos cuenta de ese sesgo, de cómo nos afecta y de poner cada cosa en su lugar, eligiendo hacia dónde queremos construir
31/03/2025