Claudia Castilla, Especialista Contenido Médico
La vigorexia, también conocida como complejo de Adonis, es un trastorno psicológico caracterizado por la obsesión por tener un cuerpo musculoso. Este trastorno afecta principalmente a los hombres, aunque cada vez son más las mujeres que también lo sufren. En el contexto español, según los últimos datos, se estima que entre un 1 y un 2% de la población padece este trastorno, aunque la cifra podría ser mayor debido a la falta de diagnóstico.
La vigorexia puede tener graves consecuencias tanto físicas como psicológicas. El principal problema es que la persona que lo padece nunca está satisfecha con su apariencia, por mucho que se esfuerce en el gimnasio. Además, puede llevar a una obsesión con la dieta y el ejercicio que interfiere en la vida diaria.
Es importante entender que la vigorexia es un trastorno mental serio que requiere tratamiento. No se trata simplemente de vanidad o de querer lucir bien, sino de una obsesión poco saludable con el físico que puede tener consecuencias devastadoras.
Aunque tradicionalmente la vigorexia ha sido asociada con los hombres, cada vez son más las mujeres que sufren de este trastorno. Las mujeres con vigorexia pueden sentir una intensa presión por tener un cuerpo tonificado y en forma, lo que puede llevar a un exceso de ejercicio y a dietas extremas. Además, muchas veces la vigorexia en mujeres se relaciona con los trastornos alimentarios, lo que puede complicar aún más el diagnóstico y tratamiento.
Es importante destacar que la vigorexia en mujeres puede manifestarse de diferentes formas. Algunas mujeres pueden obsesionarse con tener abdominales marcados, mientras que otras pueden querer tener brazos y piernas musculosos.
Puede llevar a problemas de salud graves como la osteoporosis, la amenorrea (ausencia de menstruación) y problemas cardíacos. Además, también puede tener un impacto negativo en la salud mental, provocando ansiedad, depresión y baja autoestima.
Existen diferentes tipos de vigorexia, que se diferencian principalmente en el grado de obsesión con el cuerpo y el ejercicio. Algunos de los tipos más comunes de vigorexia incluyen:
Los síntomas de la vigorexia pueden variar de una persona a otra, pero algunos de los más comunes incluyen:
No se sabe exactamente qué causa la vigorexia, pero se cree que puede ser el resultado de una combinación de factores genéticos, ambientales y psicológicos. Algunos de los factores de riesgo de la vigorexia incluyen:
La prevención de la vigorexia puede ser complicada, ya que este trastorno está fuertemente influenciado por factores sociales y culturales. Sin embargo, algunas estrategias que pueden ayudar a prevenir la vigorexia incluyen:
El tratamiento de la vigorexia suele implicar una combinación de terapia psicológica y, en algunos casos, medicación. La terapia cognitivo-conductual puede ser especialmente útil para ayudar a la persona a cambiar sus pensamientos y comportamientos negativos en torno a su cuerpo y a su dieta. En algunos casos, también puede ser útil la terapia familiar o de pareja.
En cuanto a la medicación, en algunos casos pueden ser útiles los antidepresivos y los medicamentos para la ansiedad. Sin embargo, siempre debe ser prescrita por un profesional y acompañada de terapia.
La vigorexia es un trastorno serio que puede tener graves consecuencias tanto físicas como psicológicas. Es importante fomentar una imagen corporal positiva y promover hábitos de vida saludables para prevenir este trastorno. Si sospechas que tú o alguien que conoces puede estar sufriendo de vigorexia, es importante buscar ayuda de un psicólogo lo antes posible. No estás solo, y hay ayuda disponible para ti. Si quieres saber más sobre los trastornos alimentarios puedes consultar nuestra guía.
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