Los vértigos cervicales representan una condición compleja que afecta a muchas personas en todo el mundo. Se caracterizan por la sensación de mareo, desequilibrio o giro, que puede estar relacionada con problemas en la región cervical de la columna vertebral. Este artículo tiene como objetivo proporcionar una visión detallada sobre qué son los vértigos cervicales, sus síntomas característicos, y las opciones de tratamiento disponibles para aquellos que padecen esta condición.
Los vértigos cervicales se refieren a la sensación de mareo o giro que se experimenta, y que se cree que está relacionada con disfunciones en la región craneocervical. Estos vértigos pueden ser provocados por diferentes causas, como problemas musculoesqueléticos, lesiones en la columna cervical, o trastornos del equilibrio causados por una lesión del oído interno. A menudo, están asociados con el dolor cervical, lo que puede complicar el diagnóstico y el tratamiento.
Los síntomas de los vértigos cervicales pueden variar de una persona a otra, pero generalmente incluyen:
Es importante destacar que los síntomas de los vértigos cervicales pueden empeorar con ciertos movimientos o posiciones del cuello, como inclinar la cabeza hacia atrás o girarla hacia un lado. Lo más frecuente es que estos síntomas empeoren con movimientos bruscos. Además, en algunos casos, podemos ver como el vértigo se presenta con cambios posturales.
El tratamiento de los vértigos cervicales depende en gran medida de la causa subyacente y de la gravedad de los síntomas. Algunas opciones de tratamiento incluyen:
Es importante destacar que el tratamiento de los vértigos cervicales debe ser individualizado y supervisado por un profesional de la salud, como un fisioterapeuta o un médico especializado en trastornos del equilibrio.
Es fundamental que estas opciones de tratamiento estén enfocadas a la mejoría de la persona con el objetivo final de devolver la máxima calidad de vida posible a la persona.
Los ejercicios que expongo a continuación pueden mejorar la condición del paciente sin embargo en ningún caso se pueden considerar una sustitución del tratamiento ya que no están individualizados a la patología específica de cada paciente. Durante la realización de los ejercicios los síntomas asociados al vértigo cervical no tienen que empeorar.
Ante cualquier duda consulta tu caso con un profesional de la salud especializado en la patología.
Siéntate en el borde de la cama para estar más cómodo y seguro. Ponte en posición erguida y acerca el mentón a tu pecho sin agachar la cabeza. Cuando hayas alcanzado el límite del movimiento y no puedas avanzar más vuelve a tu posición inicial. Repite el ejercicio durante 40 segundos.
Siéntate en el borde de la cama para estar más cómodo y seguro. Ponte en posición erguida y gira la cabeza despacio hacia un lado hasta donde te encuentres cómodo, cuando has terminado el movimiento vuelve al centro despacio y quédate un par de segundos en esta posición. Tras haber esperado un par de segundos repite el ejercicio hacia el otro lado. En total tendrás que girar la cabeza 5 veces hacia la derecha y 5 veces hacia la izquierda.
Ponte de pie en frente de la pared. Apoya todo el peso de tu cuerpo en el pie derecho dejando el pie izquierdo en el aire (a la pata coja) y aguanta esta posición 10 segundos. Cuando pasen los 10 segundos, procede a realizar el ejercicio con la otra pierna y aguanta otros 10 segundos. Repetimos el ejercicio 4 veces.
Los vértigos cervicales son una condición compleja que puede afectar significativamente a la calidad de vida de quienes la padecen. Con una comprensión adecuada de los síntomas y las opciones de tratamiento disponibles, es posible manejar eficazmente esta condición y mejorar la función cervical y el bienestar general del paciente.
Si experimentas síntomas de vértigos cervicales, es fundamental buscar la orientación de un fisioterapeuta para recibir un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adecuado.
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