¿Te has sentido solo alguna vez? ¿La soledad te asusta y te entristece? ¿Cuándo estás triste quieres dejar de sentirte así cuanto antes?
La soledad y la tristeza son dos emociones normales, que están muy presentes en nuestro repertorio emocional. ¿Quién no se ha sentido solo o triste alguna vez? Me gustaría mostrarte un poco más sobre estas emociones para que así aprendas a afrontarlas y vayas perdiéndoles el miedo. ¿Me acompañas?
Ambas son emociones normales del ser humano. La tristeza es una emoción básica junto a la rabia, la alegría, el asco y el miedo. La soledad es una emoción secundaria, aunque no por ello menos importante.
Todas las emociones son fundamentales en la experiencia humana. Tienen una función esencial para la vida y sin ellas andaríamos perdidos. A mí me gusta verlas como una guía que nos va acompañando en el transcurrir de la vida, permitiéndonos escoger los caminos adecuados en cada momento. Cierto que no es tan sencillo y a veces conlleva mucho sufrimiento. Hoy aprenderemos juntos un poco más sobre la soledad y la tristeza.
Esta emoción tiene mucho que ver con las pérdidas, tanto de personas como de situaciones, oportunidades, etc. La tristeza suele expresarse a través del llanto, la apatía y desmotivación y nos invita a la introspección. Es frecuente necesitar estar con uno mismo, con la mirada hacia dentro y con menos interacción social. Ello permite escuchar cómo nos sentimos y dar tiempo a la emoción para que sea transitada.
Por supuesto que no es nada malo. Simplemente es la respuesta a algo que nos ha ocurrido y nos lleva a sentir todo ese contenido emocional.
¿Y si siempre estoy triste y solo tengo ganas de llorar, qué puedo hacer? Las emociones suelen ser pasajeras y afines a situaciones que van sucediendo. Sin embargo, en ocasiones pueden extenderse a lo largo del tiempo e incluso podemos llegar a desarrollar algunas alteraciones relacionadas con las emociones. En estos casos lo mejor que podemos hacer es buscar ayuda profesional, aunque te dejo a continuación algunos puntos que considero importantes y puedes empezar a hacer:
Cuando hablamos de emociones, lo más importante es aceptar que están y que no pasa nada. Si dejas de luchar para que se vaya y aprendes a escuchar aceptando lo que estás viviendo en ese momento de tu vida, será mucho más sencillo de afrontar. Al menos, ya no tendrás que cargar con la incansable e ineficaz lucha por deshacerte de lo que sientes.
La soledad nos sirve para sobrevivir. Nos hace ver la necesidad de estar con otras personas y el deseo de pertenecer a un grupo.
En el reino animal, ¿quién tiene más posibilidades de sobrevivir; el que está solo o el que pertenece a una manada? Cuándo nuestros antepasados vivían en cuevas en mitad del bosque, ¿no crees que estar en grupo era mucho más seguro?
Y así sigue siéndolo. Tenemos la necesidad de estar juntos, unidos a otras personas y sentir que pertenecemos a un grupo. El sentimiento de pertenencia es uno de los más significativos desde la infancia para sentirnos a salvo. Y ya no solo por asegurar la supervivencia física, como les ocurría a nuestros antepasados cavernícolas, sino también por nuestra seguridad emocional. Los seres humanos necesitamos sentirnos reconocidos y que somos aceptados en nuestra sociedad.
Además, la soledad también tiene aspectos culturales asociados con cierto carácter negativo. Cuando nos sentimos solos suelen aparecer pensamientos del tipo:
Y detrás de estos mensajes podemos descubrir otras del tipo:
Como ya sabrás, estos mensajes y creencias hacen mucho daño y traen tristeza, rabia, frustración, entre otras emociones. La soledad se vive con mucho dolor y daña con frecuencia la autoestima de quién la siente.
Esta situación es mucho más frecuente de lo que pensamos. Es fácil de entender si nos paramos a pensar que la necesidad de estar con alguien y vivir en sociedad no tiene que ver con la mera compañía, sino más bien con sentir el vínculo emocional hacia otras personas.
Te invito a que revises tus creencias y los mensajes que te dices acerca de lo que sientes.
Una vez comprendes que la soledad es una emoción más y que nos muestra la necesidad de sentirnos unidos a otras personas es mucho más fácil verla con otra perspectiva. Escucha lo que sientes y si lo necesitas hazte preguntas, del tipo:
Además de estas preguntas puedes seguir las mismas indicaciones que te ofrezco para la tristeza, ya que ambas emociones están muy relacionadas y tienen un contenido emocional y psicofisiológico muy similar.
*Según la ecopsicología: “el desarrollo del ser humano es entendido desde la conciencia de unidad, interrelación y corresponsabilidad con todos los seres del planeta. Así que, si te sientes solo/a, recuerda que eres parte de la naturaleza y que todo lo que te rodea tiene un sentido mayor de unidad, de la que eres parte esencial”.
Las emociones son parte de nuestro sentir. Son las guías que nos llevan a conectar con las necesidades internas y con su energía (contenido psicofisiológico) nos invitan a recorrer el camino que nos llevará a lo que precisamos.
La premisa fundamental es aceptar lo que estás sintiendo en cada momento y abandonar la lucha por deshacerte de las emociones. Acéptalas, son parte de ti y tienen un mensaje importante para tu vida.
La tristeza y la soledad son parte de esas emociones. Aunque suelen sentirse con “síntomas” (llanto, apatía, desmotivación…) entendidos como negativos y que son de baja tolerancia, ello no quiere decir que sean malas. Tan solo hemos aprendido a evitarlas o hacer que desaparezcan para no sentir todo lo que traen. Sin embargo, como ya sabrás a estas alturas eso no funciona.
Te animo a que sigas algunas de las recomendaciones que te dejo en este artículo para aprender a afrontar la tristeza, así como la soledad y no olvides pedir ayuda a tus seres queridos y por supuesto, al psicólogo si sientes que lo necesitas.
Espero que hayas aprendido un poco más sobre estas emociones y te sientas más preparado/a para gestionarlas en tu vida. Si quieres saber más sobre la soledad puedes consultar nuestra guía: Explorando la soledad: impacto profundo en la salud mental y estrategias para la resiliencia.
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