Artículos 04 diciembre 2023

Tratamientos médicos para combatir el acné

Dra. Leonor Revelles Peñas Dermatólogo
Dra. Leonor Revelles Peñas
Dermatólogo

El acné es una entidad muy prevalente en la población y que causa un alto impacto en la calidad de vida y autoestima de quienes la padecen. Los dermatólogos somos los médicos especialistas en atender esta patología, es decir, de su diagnóstico, tratamiento y seguimiento.

El objetivo de este artículo es que conozcas, desde una perspectiva médica, los tratamientos disponibles para el tratamiento del acné y cómo actúan.

Escalera terapéutica en el abordaje del acné

En el abordaje del acné contamos con múltiples opciones terapéuticas en función de la gravedad de las lesiones, y todas ellas parten de una rutina cosmética adecuada como ya hemos comentado en artículos anteriores.

Dentro de los tratamientos médicos, y según la gravedad de la afectación cutánea (de menor a mayor gravedad) contamos con tratamientos tópicos, antibióticos orales e isotretinoína oral, además de fármacos para controlar el aspecto hormonal del acné. En ocasiones el paciente puede beneficiarse de tratamiento con láser para el acné activo y para el abordaje de las cicatrices de acné.

Tratamientos tópicos

Normalmente se emplean productos en combinación y suelen aplicarse por las noches. La mejoría se observa a las 6-8 semanas de tratamiento, por lo que es fundamental ser constantes y tener paciencia a la hora de realizar el tratamiento. Se utilizan aplicando una pequeña cantidad de producto, en capa fina y por toda la zona, no solamente en las lesiones aisladas.

Son principios activos que normalmente ocasionan ardor, quemazón y molestias tras los primeros días de uso, por lo que se deben aplicar de manera progresiva, para aumentar así la tolerancia y en la mayoría de los casos bajo supervisión médica. En caso de notar sequedad o tirantez, se puede utilizar una crema hidratante oil-free para aliviar estas molestias.

Dentro de los tratamientos tópicos, es decir, los tratamientos de aplicación directa en la piel, encontramos los alfa-hidroxiácidos, beta-hidroxiácidos, ácido azelaico, niacinamida, peróxido de benzoilo, antibióticos y retinoides.

Alfa-hidroxiácidos

Son el ácido glicólico, ácido láctico y ácido mandélico entre otros. El más utilizado es el ácido glicólico a concentraciones que normalmente van del 8 al 25%.

Estos principios activos actúan realizando un proceso de queratolisis, cuyo resultado final es la exfoliación de la superficie de la piel, por lo que tendrán una acción importante a la hora de la limpieza el poro. Además, intervienen en la formación de colágeno, por lo que contribuyen al aumento de grosor de la dermis dando lugar a una piel más tersa y firme y a la mejora de la función barrera cutánea. Por último, evitan la acumulación de melanina, es decir, de la molécula que da coloración a la piel, por lo que resultan interesantes en el tratamiento de las manchas o cicatrices post-acné.

Beta-hidroxiácidos

Fundamentalmente el ácido salicílico. Lo aplicamos habitualmente a concentraciones hasta el 2%.

Se trata de un tratamiento muy interesante ya que es el principal responsable de la limpieza del poro, llevando a cabo una acción exfoliante. Como ya mencionamos previamente, la causa del acné reside en la glándula sebácea, que se encuentran a nivel del poro que vemos en la piel, por lo que su uso ayudará a evitar el desarrollo de nuevas lesiones inflamatorias.

Ácido azelaico

Se trata de un principio activo con un buen perfil de tolerancia. Se utiliza a concentraciones al 15-20%. Actúa principalmente a nivel de la formación de melanina, por lo que disminuirá las cicatrices pigmentadas post-acné. También tiene una actividad antiinflamatoria y bactericida, lo que puede ayudarnos en el tratamiento del acné activo, además de una actividad comedolítica (limpieza del poro). Se trata de una molécula muy interesante ya que durante el embarazo y la lactancia debemos evitar ciertos principios activos, como el retinol. Sin embargo, podríamos utilizar el ácido azelaico sin problema. No obstante, su eficacia es menor que la del retinol por lo que habría que realizar tratamientos combinados.

Niacinamida

Se trata de una vitamina (la vitamina B3) en su forma activa. Actúa a nivel de la inhibición de la producción de melanina, por lo que ayudará en el tratamiento de las cicatrices post-acné. También tiene una acción antiinflamatoria por lo que nos ayudará a controlar las lesiones inflamatorias del acné y además, tiene una función mejorando función barrera cutánea.

Peróxido de benzoilo

Actúa frenando la sobreproducción de una bacteria responsable en gran medida del desarrollo de las lesiones de acné, el Propionibacterium acnes. También presenta un efecto comedolíitco. Normalmente se utiliza en concentraciones entre 2.5 – 10%, en combinación con otros tratamientos. Precisa prescripción médica. Un consejo que damos a los pacientes para que tengan en cuenta es que puede estropear las prendas que entren en contacto con él, por lo que hay que tener cuidado con sábanas y toallas fundamentalmente.

mujer rubia acne cara antes despues Habrá que realizar un proceso de adaptación de nuestra piel a los tratamientos, que nos provocarán síntomas como ardor o tirantez.

Antibióticos tópicos

Fundamentalmente la clindamicina y la eritromicina. Nunca deben emplearse de manera aislada ya que se ha notificado un aumento en las resistencias a estos antibióticos y siempre debe realizarse el tratamiento bajo supervisión médica.

Retinoides

Principio activo estrella en el tratamiento del acné. Los retinoides son moléculas derivadas de la vitamina A, que actúan a nivel de los queratinocitos (células de la capa más superficial de la piel).

En cuanto a los principios activos encontramos distintas moléculas que difieren entre sí por su potencia y, por tanto, por su tolerancia a nivel cosmético:

  • Retinol: es la molécula con mejor perfil de eficacia/ tolerabilidad por lo que suele ser la más utilizada como dermocosmético.
  • Retinal o retinladehido: suele tener una mayor eficacia pero a expensas de una menor tolerabilidad.
  • Ácido retinoico: todas las moléculas anteriores se transforman en ácido retinoico, ya que se trata de la molécula activa. Es la de mayor eficacia pero su escasa tolerabilidad la hace poco útil en nuestra rutina cosmética.

Al utilizar retinoides es muy importante saber que un efecto colateral inevitable es la irritación local de la piel, lo que denominamos el proceso de “retinización”, y este puede durar semanas o meses hasta que se produzcan los efectos beneficiosos esperables. Por ello, es necesario comenzar a aplicar estos productos de forma gradual y usar la potencia o concentración adecuada en cada caso. Para ello existen dos estrategias: comenzar con una formulación con menor potencia e ir aumentando la concentración conforme vamos desarrollando la tolerancia; o aplicar la fórmula 2 ó 3 días en semana e ir aumentando la frecuencia de aplicación progresivamente.

En casos de irritación excesiva podremos realizar un descanso terapéutico de varios días hasta que la piel se haya recuperado al completo o utilizar alguna crema barrera antes de aplicar el retinol, aunque esto hará disminuir su eficacia.

¿Cómo tratar de manera tópica el acné?

En el anterior artículo mencionamos las claves básicas para una rutina cosmética: limpieza diaria mañana y noche, uso de productos no comedogénicos, oil-free o libre de grasas…

Partiendo de esta base, tras la lectura de este artículo, ya sabemos cuáles son las opciones tópicas de las que disponemos para afrontar los casos de acné leve-moderado, siendo el retinol tópico el principio activo por excelencia y que no debe faltar en nuestra rutina, normalmente en combinación con el resto de moléculas.

No obstante, no es un camino fácil. Habrá que realizar un proceso de adaptación de nuestra piel a estos tratamientos, que nos provocarán síntomas como ardor o tirantez, descamación… que nos harán estar incómodos. Por ello, es muy recomendable tener una primera visita con nuestro dermatólogo, quien nos establecerá una rutina cosmética adaptada a nuestro caso particular: nuestros hábitos, rutinas, tipo de lesiones… y podrá realizar un seguimiento y nos guiará para conseguir una piel sana y bonita.

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