Tipos de altas capacidades intelectuales y características principales

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Las altas capacidades, también denominadas alta potencialidad, es un rasgo de personalidad que incluye un conjunto de características específicas innatas a la persona, como por ejemplo, una inteligencia superior a la media de la población o capacidades de aprendizaje y sensibilidad incrementadas, entre otros factores reseñables.

Aunque el presente artículo no pretende describir de forma pormenorizada en qué consiste este rasgo de personalidad, a partir de su descubrimiento, algunos autores como Gardner o Renzulli se han interesado en la idea de clasificar las altas capacidades en diversas tipologías, con objeto de aumentar el conocimiento sobre el rasgo al entender que la inteligencia no es un concepto unitario. Veámoslo más detenidamente a continuación.

La teoría de las inteligencias múltiples de Gardner

Howard Gardner propuso en 1983 la llamada teoría de las inteligencias múltiples, según la cual el autor entiende que la inteligencia no es un constructo unitario que agrupe distintos tipos de áreas de especialización, sino un conjunto de inteligencias (cada una con su autonomía) relacionadas entre sí. Entre estas inteligencias destacan actualmente doce, como por ejemplo, la inteligencia lógico-matemática, la inteligencia visuo-espacial o la inteligencia lingüística-verbal (tres tipos ampliamente conocidos y ampliamente utilizados en pruebas de inteligencia), así como otras tipologías de nueva incorporación, como la inteligencia naturista, la inteligencia emocional o la inteligencia creativa, entre otras.

Gardner defiende que una persona con altas capacidades puede destacar en uno o varios tipos de inteligencia, sin que necesariamente exista relación entre dicha potencialidad y otros tipos diferentes de inteligencia. Si una persona destaca en inteligencia lógico-matemática, ello no significa que sea más inteligente que otra persona con resultados bajos en dicha especialidad, dado que puede destacar en otros tipos de inteligencia diferentes del ya mencionado.

A pesar de que la teoría de Gardner se ha popularizado entre la población, la evidencia científica muestra que disponer de un alto nivel de inteligencia conlleva destacar en varios tipos propuestos, por lo que existen críticas a la propuesta de clasificación de este autor.

La inteligencia analítica, sintética y práctica

Sternberg afirma que existen tres tipos de inteligencia a tener en cuenta, contribuyendo al ámbito de las altas capacidades:

• Inteligencia analítica: referente a la capacidad de recoger, registrar, recuperar y elaborar la información recibida del entorno. Los individuos con mayor inteligencia analítica manifiestan una mejor toma de decisiones, un mejor proceso de la información y la adopción de soluciones rápidas a problemas determinados.
• Inteligencia creativa (sintética): relacionada con la capacidad del individuo para crear nuevas ideas.
• Inteligencia práctica: capacidad del individuo para implementar en el entorno, las ideas generadas, añadiendo valor al mismo, y fomentando la promoción de su valor entre otros seres humanos.
• Sabiduría: es un concepto añadido por Sternberg a los tres tipos de inteligencia, relacionado con la empatía y el altruismo, enfatizando la idea de que el ser humano sabio es aquel que logra implementar las ideas generadas con el fin de crear un bien común para el resto de la sociedad.

Joseph Renzulli y el líder innovador

Renzulli, reputado profesor de psicología de la educación en EEUU, se ha especializado en la identificación de niños/as y adolescentes con altas capacidades, así como en la elaboración y aplicación de modelos de intervención organizativa y curricular adaptados. Destaca asimismo por establecer la mención de ‘alta potencialidad’ así como la nueva categoría del ‘líder innovador’, aquella persona que destaca por su pensamiento crítico, su creatividad y liderazgo en el aula, una categoría específica de persona con altas capacidades.

Las clasificaciones descriptivas de Betts y Neihart

Ambos autores establecieron una clasificación diversificada de las altas capacidades en menores en función de su rendimiento académico, su comportamiento psicosocial y la aparición de determinados trastornos o problemas psicológicos. En este sentido, Betts y Neihart diferencian las siguientes categorías:

• Doble excepcionalidad: niños y niñas que disponen de altas capacidades así como también necesidades especiales vinculadas al trastorno por déficit de atención e Hiperactividad (TDAH), el trastorno del espectro autista (TEA) y otros problemas, especialmente enfocados en lecto-escritura.
• Individuo retador: persona que manifiesta alta potencialidad pero que dispone de problemas de comportamiento a la hora de relacionarse con otros (en el aula, en casa…).
• Individuos de alto rendimiento: personas que obtienen un rendimiento académico alto o muy alto, especialmente vinculado con el perfeccionismo asociado con la realización de tareas académicas.
• Individuo invisible: persona con altas capacidades que, consciente de su rasgo de personalidad y de sus consecuencias, oculta el mismo ante el resto de la sociedad, con objeto de evitar perjuicios reales o imaginados. A pesar de que la adopción de un rol social que no acepte el rasgo de altas capacidades permite que el sujeto pueda adaptarse a determinados grupos sociales, sin miedo a ser juzgado, se ha demostrado que ocasiona problemas psicosociales a largo plazo derivados de la falta de autoaceptación.
• Individuo autónomo: personas que desarrollan la excelencia de manera autónoma sin intervención de terceras personas. Dicha categoría es más evidente en menores que en adultos.

Otras categorías prácticas

En la actualidad, muchos centros y profesionales de psicología utilizan tipologías de altas capacidades enfocadas en una descripción general de la persona en función del coeficiente intelectual o percentil donde pueda clasificarse en diferentes pruebas de inteligencia. Generalmente este método suele utilizarse en el ámbito académico o profesional, relacionándose con los resultados obtenidos en las pruebas antedichas.

Algunas clasificaciones que podemos incluir en este epígrafe serían las siguientes:

• Precocidad intelectual: referentes a niños/as que alcanzan un mayor desarrollo intelectual que la media, especialmente referido a edades anteriores a la etapa normalizada de adquisición de competencias intelectuales específicas.
• Talento simple: cuando la persona puede clasificarse en el percentil 80 o superior en al menos un área o aptitud concreta. Por ejemplo, una persona que obtiene alta puntuación en inteligencia visuo-espacial.
• Talento complejo: mismo caso que el anterior, pero referido a tres o más áreas o aptitudes determinadas. Por ejemplo, una persona que obtiene puntuaciones superiores a la media en inteligencia lógico-matemática, visuo-espacial y creativa.
• Superdotación: persona que destaca en muchas áreas o aptitudes intelectuales. Para lograr su diagnóstico, es preciso realizar una evaluación psicológica completa, especialmente enfocada en tres ámbitos: personalidad, creatividad y competencias intelectuales. Normalmente se acepta que una persona superdotada supera el coeficiente intelectual de 130 en pruebas estandarizadas, aunque es preciso realizar la evaluación completa de la persona para analizar si su personalidad y creatividad puede corresponderse a una persona superdotada.

En la actualidad existen numerosas tipologías de altas capacidades, utilizadas en función de las necesidades de los profesionales y del enfoque descriptivo utilizado. Es común encontrarnos con conceptos como superdotación, talentos simples y talentos complejos, ya que su versatilidad, unida a las pruebas habituales de inteligencia, permiten clasificar rápidamente al individuo en una u otra categoría.

A pesar de lo anterior, a lo largo de la historia de la psicología, muchos autores han intentado definir el constructo de inteligencia y clasificar al rasgo de altas capacidades en diversas categorías para fomentar la inclusión de todas las características de la personalidad, la creatividad y la inteligencia en conceptos lo más específicos posibles. Aunque no todas las clasificaciones se utilizan en ambientes no académicos, es interesante tener en cuenta sus aportaciones a un concepto tan completo como es el rasgo de altas capacidades. No dudes en hablar y pedir cita con un psicólogo si necesitas ayuda.

Referencias

• Betts, G. & Neihart, H. (1988). Profiles of the gifted and talented. Gifted Childs Quaterly, 32(2): 248-253.
• Gardner, H. (1993). Multiple intelligences: The theory in practice. Nueva York: Basic Books.
• Renzulli, J.S., & Reis, S.M. (1985). El modelo de enriquecimiento para toda la escuela: Un plan comprensible para excelencia educativa. Centro de Mansfield, CT: Prensa de Aprendizaje Creativo.
• Sternberg, R. J. (1985). Beyond IQ: A triarquic theory of human intelligence. Cambridge: Cambridge University Press.

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