El concepto de proyección, dentro del marco de los test proyectivos, es un término utilizado por S. Freud dentro del marco del psicoanálisis y citado por primera vez en su obra “La neurastenia y la neurosis de la angustia” y por el cual considera que una persona atribuye sus propios pensamientos, sentimientos, motivaciones o deseos inaceptables a otra persona o a objetos externos.
Puede manifestarse en muchos aspectos dentro de las relaciones y la interacción humana, abarcando una amplia gama de emociones que pueden abarcar desde amor hasta odio, pasando por deseos prohibidos o miedos. De manera frecuente, los individuos pueden no ser conscientes de qué están proyectando, ya que este mecanismo opera a un nivel inconsciente para proteger a la persona de la angustia emocional.
La expresión “métodos proyectivos” fue acuñada por Lawrence Frank en la década de 1930. El término se refería a un conjunto diverso de pruebas psicológicas en las que las respuestas subjetivas a estímulos ambiguos se utilizan para revelar aspectos ocultos de la personalidad
Los tests proyectivos son una categoría de pruebas psicológicas diseñadas para permitir que una persona proyecte sus propios pensamientos, sentimientos y motivaciones inconscientes en estímulos ambiguos, usualmente en forma de imágenes o situaciones.
El concepto de proyección que se aplica a las pruebas difiere del utilizado por S. Freud, ya que en ellos se favorece la proyección de aspectos tanto inconscientes como conscientes, vinculados a la normalidad y a la patología.
Son una herramienta utilizada en el campo de la psicología para evaluar diferentes aspectos, entre los que encontramos:
Es también conocido como la prueba de las manchas de tinta, y fue publicada en 1921, tras la 1º guerra mundial, considerándose como una prueba de personalidad y percepción.
En ella se muestra a los sujetos una serie de tarjetas con manchas de tinta simétricas, tanto en blanco y negro como a color, y se les pide que describan lo que ven en ellas. La premisa es que las personas proyectarán sus propios pensamientos inconscientes, deseos y conflictos en las manchas de tinta ambigua y con ello, proyectando en esta interpretación características de su personalidad, funcionamiento emocional, pudiendo utilizarse, en algunos casos, para detectar posibles trastornos psicopatológicos.
Su interpretación puede ser compleja y requiere un entrenamiento específico y experiencia en la metodología de la prueba.
El test de apercepción temática (TAT) es un método proyectivo de evaluación psicológica que fue desarrollado por Henry A. Murray y Christiana D. Morgan en la década de 1930.
El TAT consiste en una serie de 31 láminas con imágenes ambiguas, con alta carga emocional, en la que se solicita a cada individuo que cuente una historia sobre cada imagen, incluyendo lo que está ocurriendo en el momento de la imagen, qué llevó a los personajes a esa situación, qué cree que están pensando y sintiendo, y cómo se resuelve la situación, lo que revela información sobre sus expectativas, temores, esperanzas, y conflictos internos.
Fue desarrollado originalmente por John Buck en 1948 y posteriormente revisado por Emanuel Hammer en 1958.
El HTP hace referencia a las siglas en inglés de las palabras Casa-Árbol-Persona. En él, se solicita al examinado a dibujar una casa, que representaría la visión del sujeto sobre sí mismo y sus relaciones familiares; un árbol que se considera una proyección inconsciente de aspectos de su propia personalidad, teniendo un significado diferencial cada una de las partes de ese árbol, y una persona, que proporciona información sobre la autoimagen, la autoestima y la interacción social del sujeto.
La prueba fue desarrollada por Karen Machover en 1949. En él, se les pide a los individuos que dibujen una figura humana que puede ser femenina, masculina o una representación del sujeto evaluado. La interpretación del dibujo realizado nos proporcionaría información acerca, tanto de la personalidad, como de las preocupaciones emocionales del individuo.
Su origen es algo difuso, aunque se sabe que fue utilizado en sus formas tempranas por psiquiatras durante la Segunda Guerra Mundial para evaluar el efecto del estrés en los soldados. En él se le pide al individuo que dibuje una persona, pero en este caso la tarea se realiza bajo una condición específica: la persona debe estar bajo la lluvia. Con esta prueba, evaluamos cómo la persona maneja y afronta las situaciones de estrés y conflicto.
Esta prueba explora los deseos, temores y conflictos internos de un individuo a través de la realización de una serie de preguntas, cuyas respuestas se analizan para entender cómo el individuo se ve a sí mismo, qué aspiraciones tiene, qué le provoca ansiedad o miedo, y cómo se relaciona con su entorno. Es un instrumento especialmente útil para acceder a aspectos inconscientes y puede ser aplicado tanto a niños como a adultos.
Los mayores inconvenientes con respecto al uso de este tipo de pruebas vienen de la mano de la subjetividad de la interpretación de los resultados, lo que puede derivar a problemas tanto de validez, que se refiere a si el test mide lo que realmente se pretende medir, y de la fiabilidad, que hace alusión a la consistencia de los resultados obtenido.
En todo caso, hay que tener en cuenta que los resultados no deberían interpretarse de manera aislada, sino que deberían formar parte de una batería más amplia de evaluaciones, que también incluya métodos de evaluación más objetivos y estructurados. No dudes en resolver tus preguntas con un psicólogo.
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