El trastorno obsesivo compulsivo, más comúnmente conocido como TOC, es un trastorno de ansiedad caracterizado por la presencia de pensamientos obsesivos y/o compulsiones que interfieren de manera significativa en la vida diaria de las personas.
Las obsesiones son pensamientos e imágenes recurrentes y persistentes, y que se caracterizan por su carácter egodistónico, es decir, que generan un malestar significativo a quien los padece.
Las compulsiones son conductas repetitivas o actos mentales que el sujeto se ve obligado a realizar para disminuir la ansiedad y malestar que le ocasionan los pensamientos intrusivos.
Entre los factores implicados en la manifestación del trastorno se encuentran, por un lado, aquellos que corresponden al componente hereditario, llamado factores genéticos, y los referentes al componente ambiental, es decir, al contexto y sucesos acontecidos antes y durante la manifestación de los síntomas.
En cuanto a los factores genéticos, ciertos estudios afirman que la heredabilidad del trastorno oscila entre un 40-50%, considerándose que este tipo de factores explicarían, aproximadamente, la mitad de la variación del riesgo a desarrollar el trastorno.
En cuanto al componente ambiental, se ha encontrado que ciertos sucesos estresantes pueden aumentar la probabilidad de que una persona desarrolle el trastorno o empeore su sintomatología.
El TOC no está asociado de manera inequívoca con ninguna cualidad o rasgo de personalidad específico, aunque sí es cierto que se han observado algunas tendencias en los rasgos de personalidad entre los que se incluyen:
El concepto de cociente intelectual (CI) fue creado por el psicólogo francés Alfred Binet a principios del siglo XX quien, junto a su colega Theodore Simon, desarrolló la primera prueba de inteligencia que fue conocida como la escala de Binet-Simon.
El CI, tal y como lo conocemos en la actualidad, se refiere a la relación entre la edad mental y edad cronológica. El valor del CI se distribuye poblacionalmente siguiendo la curva normal, lo que significa que su media poblacional sería de 100, la desviación estándar sería de 15.
No existe un cociente intelectual específico a partir del cual se considere que una persona tiene altas capacidades (también llamado “superdotación”), aunque una persona con CI por encima del percentil 98 (es decir, que se encuentra por encima del 98% de la población) podría ser identificada como superdotada o con altas capacidades.
Las altas capacidades se caracterizan por un alto rendimiento intelectual en comparación con la mayoría de las personas en una o más áreas de capacidad cognitiva, así como una mayor capacidad para procesar información compleja y para hacer conexiones entre diferentes conceptos y disciplinas.
Algunas investigaciones han encontrado que las personas con altas capacidades tienen una mayor incidencia de trastornos de ansiedad (entre ellos el TOC) en comparación con la población general.
La literatura científica ha relacionado el TOC con habilidades cognitivas excepcionales, al sugerir que las personas con TOC podrían mostrar un mayor rendimiento en tareas cognitivas como la memoria de trabajo y la toma de decisiones, en comparación con las personas sin el trastorno.
Pero es importante destacar que no todas las personas con TOC tienen altas capacidades, ni todas las personas con altas capacidades tienen TOC, por lo que sería necesaria más investigación para determinar la naturaleza y la dirección de esta posible relación.
El tratamiento que se considera Gold Standard para el trastorno obsesivo-compulsivo es la terapia cognitivo conductual (TCC) combinada con tratamiento farmacológico.
Dentro de la TCC, la técnica mayormente utilizada por sus buenos resultados se denomina exposición con prevención de respuesta (EPR) y que implica exponer de manera gradual, creando un gradiente o una jerarquía de exposición al paciente, impidiendo que realice las compulsiones. Con ella, ayudamos al paciente a tolerar la ansiedad y a reducir la frecuencia de las obsesiones y compulsiones, siempre adaptando el tratamiento a las necesidades específicas en función de la sintomatología que pudiera aparecer.
El tratamiento farmacológico suele incluir ISRS (inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina) como fluoxetina o sertralina, entre otros.
En cuanto al manejo de las obsesiones y pensamientos intrusivos en personas con altas capacidades, no existen diferencias en cuanto a cuál es la técnica que mayor evidencia posee en el tratamiento del TOC aunque, como ya hemos comentado, siempre habría que adecuarla y adaptarla de manera individual en función de las necesidades y características individuales del sujeto que lo padece. Si quieres conocer más sobre este tema puedes consultar nuestra completa guía sobre el TOC. Es importante que ante cualquier síntoma pidas una cita con tu psicólogo.
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