¿Qué es la comorbilidad en el TDAH?

Más del 80% de los niños y niñas diagnosticados con TDAH presentan simultáneamente otro trastorno psiquiátrico o, lo que es lo mismo, comorbilidad. Es decir, lo excepcional es que el TDAH se presente de forma aislada, por lo que resulta esencial conocer y evaluar dichas comorbilidades con el fin de atender adecuadamente todas sus necesidades.

Qué es la comorbilidad

La comorbilidad se define como: la presencia de dos o más enfermedades o trastornos que se presentan de forma simultánea. A esta circunstancia también se la denomina habitualmente como morbilidad asociada.

Cómo afecta la comorbilidad en el TDAH

En general, la comorbilidad es muy común en la Salud Mental lo cual afecta directamente y de forma crucial tanto al diagnóstico como al tratamiento.

Por una parte, resulta más complicado realizar el diagnóstico adecuado debido a la presencia de sintomatología diversa asociada a diferentes trastornos. Es esencial explorar todas las áreas en las que puedan existir dificultades y realizar una buena evaluación de cada una de ellas.

Con respecto al tratamiento, la terapia psicológica debe abarcar todas las áreas afectadas y proporcionar herramientas para el manejo de las diferentes dificultades que se presentan en una misma persona.

Cuando la comorbilidad no se tiene en cuenta, es habitual que el paciente no experimente la mejoría esperada, lo que lleva a sentimientos de frustración, baja adherencia al tratamiento y procesos que se alargan mucho más en el tiempo.

Principales trastornos comórbidos que coexisten con el TDAH

• Trastorno negativista desafiante (TND): es una de las comorbilidades más frecuentes en el TDAH y su presencia hace más difícil su abordaje, por lo que es necesario trabajarlo adecuadamente. Los niños con TND se caracterizan por una conducta negativa, desafiante y desobediente.
• Trastorno de conducta (TC): es bastante común la progresión desde el TND hacia el TC, aunque no siempre ocurre. Es habitual que presenten conductas más graves tales como agresiones, robos, absentismo escolar o mentiras.
• Trastornos de ansiedad: los casos donde el diagnóstico de TDAH viene acompañado de un trastorno de ansiedad comórbido suelen presentar menos impulsividad, sin embargo, suelen existir más dificultades en el rendimiento académico y el aprendizaje. Los síntomas de ansiedad en niños y niñas incluyen: dificultades para dormir, irritabilidad, excesiva preocupación por cosas cotidianas como las tareas escolares, dolor de estómago sin causa médica que lo justifique, entre otros.
• Trastornos del estado de ánimo: algunos síntomas del TDAH son comunes a los de los trastornos del estado de ánimo, por lo que el TDAH podría enmascarar, por ejemplo, la presencia de una depresión. Es el caso de los problemas de concentración o la irritabilidad, habituales en ambos trastornos. Otros síntomas, en cambio, son específicos de los trastornos del estado de ánimo como, por ejemplo, la falta de interés en actividades de ocio, el retraimiento social o los pensamientos negativos. En muchos casos es recomendable tratar ambos trastornos por separado.
• Trastornos del espectro autista (TEA): tanto el TDAH como el TEA son trastornos del neurodesarrollo, aunque diferentes en su sintomatología. Mientras que los primeros presentan problemas de atención, impulsividad e hiperactividad, los segundos se caracterizan por sus dificultades en la interacción social, la comunicación, el lenguaje, así como la presencia de intereses restringidos. Cuando estos trastornos se presentan de forma conjunta, suelen agravarse los síntomas de ambos, por lo que es importante trabajar las dificultades que se produzcan en cada área.
• Dificultades de aprendizaje: se estima que entre el 20 y el 40% de los niños diagnosticados con TDAH presenta también dificultades de aprendizaje, por lo que se trata de una de las principales comorbilidades de este trastorno. En ocasiones, dichas dificultades disminuyen con el tratamiento del TDAH, pero es necesario trabajar directamente estas dificultades y hacer las adaptaciones curriculares oportunas.
• Trastorno obsesivo-compulsivo (TOC): se trata de un trastorno de la ansiedad que se puede presentar en la infancia. Los niños o niñas con TOC tienen miedos o pensamientos no deseados y realizan determinadas conductas para tratar de evitarlos. La presencia de TDAH se asocia con un inicio más temprano del TOC.
• Trastorno por uso de sustancias: se trata de un trastorno que se presenta frecuentemente en los casos en los que el TDAH va asociado a un trastorno de conducta. También ocurre en ocasiones en casos en los que el TDAH no ha sido tratado en la infancia. El TDAH es un factor de riesgo para el consumo temprano de sustancias y también para el abuso o dependencia de las mismas, no obstante, un adecuado tratamiento del TDAH minimiza este riesgo.

Dada la elevada tasa de comorbilidad que presenta el TDAH, siempre es necesario realizar de forma complementaria una evaluación exhaustiva de todas las áreas, con el fin de abordar adecuadamente todas las dificultades que el paciente pueda estar experimentando.

Puede parecer que las comorbilidades hacen mucho más difícil un buen pronóstico, sin embargo, conocerlas, delimitarlas y atender a cada una de ellas ofrece una mejora sustancial en la evolución del paciente con TDAH. Puedes consultar a tu psicólogo para resolver todas tus dudas

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