¿Qué es la ansiedad y cuáles son sus causas?

La ansiedad se ha intentado definir de múltiples formas, pero al fin y al cabo no deja de ser un sentimiento de tensión, miedo y agitación que todas las personas sienten en un grado moderado de la misma, siendo esta una respuesta adaptativa a la situación que se esté viviendo en dicho momento (Sierra, et al 2003).

Cabe diferenciar la diferencia entre estrés y la ansiedad, ya que el estrés sería más una sensación ante la situación, mientras que la ansiedad alude a la reacción ante sucesos estresantes, muchas veces con interpretaciones catastrofistas y amenazantes (Taylor, 1996).

Con relación a la ansiedad su característica principal es su carácter anticipatorio, es decir, posee la capacidad de prever o señalar el peligro o amenaza para el propio individuo, confiriéndole un valor funcional importante (Sandín y Chorot, 1995); además, tiene una función activadora y facilitadora de la capacidad de respuesta del individuo, concibiéndose como un mecanismo biológico adaptativo de protección y preservación ante posibles daños presentes en el individuo desde su infancia (Miguel Tobal, 1996).

Sin embargo, si la ansiedad supera la normalidad en cuanto a los parámetros de intensidad, frecuencia o duración, o bien se relaciona con estímulos no amenazantes para el organismo, provoca manifestaciones patológicas en el individuo, tanto a nivel emocional como funcional (Vila, 1984).

Es por esto por lo que cuando las circunstancias son percibidas como amenazantes por el sujeto, la intensidad de la emoción aumenta independientemente del peligro real (ejemplo: fobia a las cucarachas), mientras que cuando las mismas son valoradas como no amenazantes, la intensidad de la emoción será baja, aunque exista dicho peligro real (ejemplo: león persiguiendote).

Todo esto, indica que la ansiedad se entiende como una respuesta normal y necesaria o como una respuesta desadaptativa (ansiedad patológica); la solución para diferenciar ambas respuestas puede residir en que la ansiedad patológica se manifiesta con mayor frecuencia, intensidad y persistencia que la ansiedad normal, es decir, presenta diferencias cuantitativas respecto a aquella (Spielberger, Pollans y Wordan, 1984).

En resumen, la ansiedad alude a un estado de agitación e inquietud desagradable caracterizado por la anticipación del peligro, el predominio de síntomas psíquicos y la sensación de catástrofe o de peligro inminente, es decir, la combinación entre síntomas cognitivos y fisiológicos, manifestando una reacción de sobresalto, donde el individuo trata de buscar una solución al peligro.

Sintomatología

Tratando el tema de la sintomatología subyacente a esta sensación de ansiedad, podríamos detectar:

• Tensión.
• Inseguridad.
• Falta de concentración.
• Dificultad para tomar decisiones.
• Miedo.
• Aprensión.
• Pensamientos negativos de inferioridad.
• Sentimientos de incapacidad ante la situación.
• Sensación general de pérdida de control.
• Aspectos corporales caracterizados por un alto grado de activación del sistema nervioso autónomo y del sistema nervioso somático (palpitaciones, pulso rápido, opresión torácica, respiración rápida y superficial, ahogo, aerofagia, molestias digestivas, sudoración, sequedad de boca, temblor, hormigueo, dolor de cabeza tensional, fatigabilidad excesiva, tensión muscular, mareo, vómitos, micciones frecuentes, eyaculación precoz, frigidez, impotencia, etc.).
• Aspectos observables que implican comportamientos poco adaptativos (paralización motora, hiperactividad, tartamudeo, dificultades de expresión verbal, conductas de evitación ante determinadas situaciones, conductas de escape, movimientos sin una finalidad concreta, torpes y repetitivos, etc.

Además cabría destacar lo que dice Kolb (1968) quien consideró que el ataque de ansiedad es causado por una hiperventilación, es decir, por un cambio en el ritmo de la respiración que se traduce en tomar grandes cantidades de aire en cada inspiración. Así, algunos de los síntomas del ataque de ansiedad son similares a los que se observan en la hiperventilación, como el aturdimiento, la sensación de desvanecimiento, el paso inseguro y la respiración entrecortada.

Trastornos de ansiedad

Los trastornos de ansiedad son afecciones en las que la ansiedad no desaparece y puede empeorar con el tiempo. Los síntomas pueden llegar a interferir mucho con las actividades diarias como en el trabajo, escuela y a la hora de relacionarnos con los demás.

Existen varios trastornos de ansiedad entre los que se podrían diferenciar:

Trastorno de ansiedad generalizada

Las personas con este trastorno se preocupan por problemas comunes como la salud, el dinero, el trabajo y la familia. Pero sus preocupaciones son excesivas y las tienen casi todos los días durante al menos 6 meses.

Trastorno de pánico

Las personas con trastorno de pánico sufren de ataques de pánico. Estos son repentinos y repetidos momentos de miedo intenso sin haber un peligro aparente. Los ataques se producen rápidamente y pueden durar varios minutos o más.

Fobias

Las personas con fobias tienen un miedo intenso a algo que representa poco o ningún peligro real. Su miedo puede ser por arañas, volar, ir a lugares concurridos o estar en situaciones sociales (conocida como ansiedad social).

Trastorno de ansiedad por separación

Es una manifestación psicopatológica, caracterizada por la incapacidad del niño de quedarse y estar a solas. En este caso el niño no es capaz de separarse apropiadamente de la persona que es emocionalmente significativa para él.

Tratamiento

Principalmente la terapia cognitiva conductual (TCC) al igual que en mindfulness, son terapias muy adecuadas para tratar ciertos síntomas ligados al trastorno de ansiedad. Esta muestra las diferentes formas de exponernos a aquellos estímulos fóbicos que de alguna forma son insuperables en un origen pero que al final con la exposición poco a poco se iría desensibilizado esas respuestas tan evitativas, dando lugar a que el potencial paciente pueda hacer todo aquello que ha estado evitando por dicha sintomatología.

También existen otros enfoques de terapia como es el psicoanálisis o la terapia integrativa que tienden a atajar el problema desde la raíz, tratando dichos problemas de nuestra etapa evolutiva que siguen enquistados, como puede ser un proceso de duelo sin acabar, un abandono, abusos sexuales, etc.

En conclusión la ansiedad a pesar de manifestarse como algo muy desagradable, tiene su función adaptativa en nuestro dia a dia, ya que nos permite sobrevivir y alertarnos de cuando algo va mal o estamos en peligro, aunque a veces la ansiedad no siempre varía en proporción directa al peligro objetivo producido por una determinada situación, sino que tiende a ocurrir de forma irracional, es decir, ante situaciones carentes de peligro real (Mowrer, 1939). Puedes consultar a un psicólogo si tienes dudas o bien consultar nuestra guía sobre cómo controlar y superar la ansiedad.

Referencias

• Kolb, L. C. (1968). Noyes modern clinical psychiatry (7th ed.). Philadelphia: Saunders.
• Sierra, J. C., Ortega, V., & Zubeidat, I. (2003). Ansiedad, angustia y estrés: tres conceptos a diferenciar. Revista Mal-estar E Subjetividade, 3(1), 10 - 59.
• Spielberger, C. D., Pollans, C. H. & Wordan, T. J. (1984). Anxiety disorders. In S. M. Turner & M. Hersen (Eds.), Adult psychopathology and diagnosis (pp. 263-303). New York: John Wiley and Sons.
• Sandín, B. (1990). Factores de predisposición en los trastornos de ansiedad. Revista de Psicología General y Aplicada, 43, 343-351.
• Sandín, B. (1999). El estrés psicosocial. Madrid: Klinik.
• Sandín, B. (2003). El estrés: Un análisis basado en el papel de los factores sociales. Revista Internacional de Psicología Clínica y de la Salud/International Journal of Clinical and Health Psychology, 3, 141-157.
• Taylor, S. E. (1986). Health psychology. New York: Random House.

Psicólogos | Psicólogos Barcelona | Psicólogos Madrid | Psicólogos Sevilla | Psicólogos Zaragoza