Los probióticos son microorganismos vivos que, cuando se consumen en cantidades adecuadas, confieren beneficios para la salud. Los probióticos pueden ser una buena opción para incorporar a la dieta de los más pequeños, ya que pueden tener efectos positivos, sobre todo en su salud digestiva y en su sistema inmunológico. No obstante su uso debe estar pautado por un profesional y su consumo en ningún caso sustituye a una alimentación y un estilo de vida saludable que siempre debe de ser la primera vía a tratar.
Algunas de las acciones o beneficios que se les atribuyen a los microorganismos son específicos de cada cepa. Esta especificidad de cepa implica que no todas las cepas de una especie probiótica tienen los mismos efectos sobre la salud. Si se usa en el momento adecuado la cepa adecuada y la cantidad necesaria estos microorganismos ayudan a mantener el equilibrio de la microbiota intestinal, el cual se podrá mantener a largo plazo si se acompaña de cambio de hábitos.
En general, los probióticos que pueden tomar los niños son los mismos que pueden tomar los adultos. Sin embargo, es importante tener en cuenta la dosis recomendada para cada grupo de edad y la cepa de probiótico específica. En el caso de los niños, los probióticos pueden ser útiles principalmente para fortalecer su sistema inmunológico, mejorar la digestión, reducir el estreñimiento o la diarrea y prevenir enfermedades gastrointestinales, o en situaciones concretas como después del uso de antibióticos.
Algunas cepas de probióticos que son seguras y eficaces para los niños incluyen Lactobacillus rhamnosus, Bifidobacterium lactis, y Saccharomyces boulardii.
También hay evidencia en el uso de probióticos para prevenir otras patologías concretas como por ejemplo para disminuir la recurrencia de otitis. La suplementación con Lactobacillus salivarius PS7 a niños entre 10 meses y 6 años que sufrían otitis recurrente, redujo un 84% los episodios de otitis respecto a los 6 meses previos al tratamiento probiótico.
Si en algún momento se quiere ofrecer un probiótico a los niños, lo mejor es dejarse asesorar por un profesional actualizado que pueda recomendar el más conveniente en cada caso. De todas formas, no solo encontramos probióticos en los suplementos comerciales.
Los alimentos probióticos son aquellos que contienen microorganismos vivos beneficiosos para la salud. El mejor probiótico para los bebés y niños pequeños es la lactancia materna.
Y aprovecho para recordar que la lactancia materna puede mantenerse el tiempo que la madre y el bebé deseen y se sientan cómodos con la situación. Se recomienda la lactancia materna exclusiva durante los primeros 6 meses de vida del bebé, y luego complementarla con alimentos sólidos, idealmente mínimo hasta los 2 años y si se puede mantener más fenomenal.
En la leche materna se encuentran diversas cepas de probióticos, pero las más conocidas como beneficiosas para el bebé son:
Además una vez que comenzamos con la alimentación complementaria y durante toda la vida podemos incluir alimentos probióticos en nuestra dieta, como por ejemplo el yogur, el kéfir, el chucrut, el miso, el tempeh, el kimchi, entre otros. Estos alimentos pueden ser una excelente forma de introducir probióticos en la dieta de los niños de forma natural y sabrosa.
De todas formas hay múltiples factores que van a influir en la microbiota de los más pequeños, por ejemplo el tiempo que pasan jugando en la naturaleza, si están en contacto con animales de compañía, las horas de sueño, el nivel de estrés, los contaminantes, los medicamentos, las horas de exposición a pantallas, el consumo de azúcar…. Incluso el aire que respiramos va a ir produciendo cambios en nuestra microbiota.
Por eso es muy importante entender que el uso de probióticos es interesante en niños y adultos, pero si no va a acompañado de un cambio de hábitos los beneficios durarán poco en el tiempo.
En resumen, los probióticos pueden ser una herramienta útil para mejorar la salud de los niños, siempre y cuando se utilicen de manera adecuada y bajo la supervisión de un profesional de la salud. Es importante tener en cuenta que cada niño es único y que los beneficios de los probióticos pueden variar según las necesidades individuales de cada uno.
¿Quieres saber más? Si quieres aprender más sobre probióticos te recomiendo los siguientes libros:
Y si queréis ir introduciendo a vuestros hijos en el maravilloso mundo de la microbiota a través de los cuentos os recomiendo:
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