Prevención del sucidio: cómo podemos evitarlo

La OMS informa, que el suicidio supone un problema importante de salud pública y que cada año mueren 700.000 personas por esta causa.

La pérdida de una vida por suicidio supone un “tsunami” en el entorno más cercano, evocando un laberinto de preguntas sin respuesta, de sentimientos y emociones negativas.

Llama la atención, como en consulta, todavía les dificulta a las personas comunicar abiertamente que un familiar ha intentado suicidarse o se ha suicidado.

Las personas procesamos de manera distinta que un familiar haya fallecido por enfermedad, por accidente… que por un suicidio y esto es una de las cosas que deben cambiar: sensibilizando a la población, despenalizando, reduciendo el estigma y el sentimiento de culpa y/o vergüenza.

¿Es posible prevenir el suicidio?

Sí, el suicidio se puede prevenir estando alerta, mostrándonos accesibles, disponibles y no juzgar. Así facilitaremos, que las personas que tengan pensamientos suicidas nos los cuenten abiertamente y podamos buscar ayuda profesional adecuada a sus necesidades individuales.

6 formas de prevenir el suicidio

• Estar alerta: no es imprescindible que nuestro familiar o amigo nos comunique de forma abierta que se quiere quitar la vida (sabemos que esto no es nada fácil de comunicar). Nosotros debemos estar alerta a esos cambios en las rutinas como puede ser el autoaislamiento, en el humor depresivo y expresiones de desesperanza en el vocabulario que utilizan, por ejemplo: “Si yo desapareciera, todos serían más felices”, “Soy lo peor y no merezco vivir”, “Estoy sufriendo mucho y ya no me quedan fuerzas”.
• Mostrarnos accesibles y disponibles: hablar abiertamente sobre el suicidio con nuestros hijos, alumnos, familiares, etc., no fomenta que lo vayan a hacer, sino que, les facilita y les ofrece la oportunidad de que puedan comunicarse con nosotros en caso de que a ellos les pueda estar pasando lo mismo.
• No subestimar: cuando escuchamos decir a nuestros seres queridos frases como: “para vivir así, prefiero morirme”, “sufro mucho y me quiero morir”, “no encajo aquí, esta vida no es para mí”, “soy horrible, no merezco vivir”, “me siento vacío” etc., no debemos pensar que son formas de llamarnos la atención o que son tonterías propias de la etapa de la vida en la que se encuentra, sino que es necesario otorgarles la importancia que tienen y actuar.
• Escuchar de forma empática y NO juzgar: escuchar de forma activa y empática significa, tener la capacidad de ponernos en el lugar de la otra persona e intentar entender cómo se siente. Habla del tema abiertamente, sin juzgar. Aunque a ti te puedan parecer tonterías, recuerda que tu ser querido no lo está viviendo así y que necesita que lo entiendas y le comprendas.
• Transmitir apoyo y esperanza: hazle saber que no está solo/a y que puede contar contigo. Que juntos van a salir de esta situación y que él o ella es muy importante para ti.
• Buscar ayuda profesional: si tienes pensamientos suicidas o sospechas que un ser querido puede estar teniéndolos, acude a un profesional de la salud mental y recuerda que el teléfono para prevención del suicidio es el 024.

Son diferentes los motivos que pueden llevar a una persona a intentar quitarse la vida, pero todas ellas informan que están sufriendo mucho y que en esos momentos solo ven esa salida.

Detectar, actuar e intervenir de forma inmediata poniendo todos los recursos existentes a su disposición, ayuda a estas personas a salir de esta situación de angustia vital y les facilita las herramientas necesarias para poder afrontar de forma adaptativa estas “situaciones” en el futuro.

Referencias

• Organización Mundial de la Salud. (2023). Día Mundial para la Prevención del Suicidio.

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