La lumbalgia radicular, comúnmente conocida como pinzamiento lumbar o ciática, es un trastorno que causa dolor en la parte baja de la espalda, a menudo irradiándose hacia las extremidades inferiores. Se produce cuando una de las raíces nerviosas que emergen de la columna vertebral se comprime o irrita.
Las causas más frecuentes de esta compresión radicular incluyen la hernia discal y los cambios degenerativos de la columna vertebral, como la estenosis espinal o la espondilolistesis. Los discos intervertebrales, que actúan como amortiguadores entre las vértebras, pueden desgastarse o dañarse, permitiendo que el núcleo pulposo sobresalga y presione las raíces nerviosas adyacentes.
La duración de los síntomas puede variar ampliamente entre individuos. Aunque algunos pacientes pueden experimentar una resolución espontánea del dolor en unas pocas semanas, otros pueden sufrir síntomas durante meses o incluso de manera crónica. El tratamiento conservador, que incluye medicamentos, fisioterapia y cambios en el estilo de vida, es efectivo para muchos pacientes en un plazo de 6 a 12 semanas. Sin embargo, los casos persistentes o severos pueden requerir intervenciones más invasivas como las inyecciones epidurales o la cirugía.
El tratamiento de la lumbalgia radicular se centra en aliviar el dolor radicular y mejorar la función del paciente. Las opciones de tratamiento conservador incluyen medicamentos, fisioterapia, y en algunos casos, inyecciones espinales.
Los AINEs son comúnmente prescritos para el manejo del dolor agudo, junto con medicamentos que modulan el dolor neuropático como los anticonvulsivos o antidepresivos. Las inyecciones de corticosteroides epidurales pueden proporcionar alivio temporal y se utilizan cuando el tratamiento médico no es suficiente.
En las afectaciones lumbares y radiculares, la fisioterapia desempeña un papel crucial, con ejercicios que se enfocan en la estabilización lumbar y la movilidad espinal. En este aspecto, la terapia manual, puede ayudar a reducir el dolor y mejorar la función. Sin embargo, el reposo en cama prolongado no se recomienda debido a la falta de beneficios demostrados y el potencial de empeorar la debilidad y la rigidez lumbar.
Para casos refractarios o graves, la cirugía, como la descompresión o la discectomía, se considera cuando hay evidencia de déficit neurológico progresivo o cuando el dolor persistente no mejora con tratamientos conservadores.
El manejo del dolor lumbar crónico requiere un enfoque multifacético, dada su naturaleza compleja y multifactorial. El dolor lumbar inespecífico se identifica como una entidad sin una causa patológica clara, lo que representa la mayoría de los casos de dolor lumbar. La educación del paciente y la promoción de un enfoque activo son fundamentales en el tratamiento.
La mayoría de autores recomiendan tratamientos no invasivos como primera línea de manejo para el dolor lumbar crónico. Estos incluyen fisioterapia, ejercicio terapéutico, evitar el reposo y medicamentos como los AINEs, antidepresivos y anticonvulsivos para el control del dolor,
En esta afectación se ha de destacar la importancia de la fisioterapia personalizada, que puede incluir ejercicios terapéuticos, terapia manual y educación para el autocuidado. El objetivo es mejorar la movilidad y la fuerza, y enseñar al paciente estrategias para manejar su dolor.
El tratamiento del dolor lumbar crónico debe ser individualizado, considerando la totalidad de los factores psicosociales, físicos y ambientales que contribuyen al mantenimiento del dolor. Pide cita con un fiisoterapeuta si tienes alguna consulta. Además puedes consultar nuestra guía: Guía integral para entender y superar el pinzamiento lumbar: síntomas, causas y estrategias de tratamiento.
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