¿A quién no le ha pasado? Llevas un tiempo con dolor de espalda en la zona interescapular, presente durante todo el día, va a más durante la jornada de trabajo al estar tanto tiempo ante el ordenador, notas la zona bloqueada, llegas a decirle a tu entorno que te sientes un poco “como un tronco” hasta que acudes al médico y pone nombre a eso que nos marca y hace pasarlo mal en el día a día: dorsalgia.
En la nomenclatura médica, el sufijo -algia significa “dolor”. Luego, dorsalgia es el dolor que se siente en la parte médica de la espalda, entre las vértebras dorsales. Es una molestia común que puede afectar a personas de cualquier edad y condición física. Lo más normal es que sea leve y transitoria, pero en algunos casos puede ser muy intensa, persistente y, por tanto, puede llegar a limitar las actividades de la vida diaria y la calidad de vida de quien la padece. Los datos indican que, en sociedades como la nuestra, entre el 60 y el 90% de la población la sufren o sufrirán en algún momento.
La dorsalgia, como cualquier dolor, puede tener diferentes orígenes ya que el dolor es un síntoma multifactorial, entrando en juego detalles tan curiosos como experiencias previas, entorno psicosocial, estado de ánimo… pero los más frecuentes en este caso son:
Como he explicado al principio, la dorsalgia es el dolor en la zona dorsal de la columna vertebral (dividida en zona cervical, dorsal y lumbar). No obstante, de cara al tratamiento es muy importante hacer un diagnóstico adecuado del origen (u orígenes) de la misma, a fin de poder tratar la(s) causa(s) original(es).
Para el correcto diagnóstico, tu médico o tu fisioterapeuta te realizará una buena historia clínica y una exploración física en la que se medirán, entre otras cosas, el grado de dolor utilizando la Escala Visual Analógica (EVA), movilidad, sensibilidad, presencia o no de posturas antiálgicas (las que generamos para evitar la aparición de dolor), valoración de la musculatura implicada, etc.
En algunos casos, cuando sospechamos de alguna patología más grave asociada por la aparición de banderas rojas (como dolor persistente en el día que se acentúa durante la noche, antecedentes familiares…) pueden realizarse pruebas complementarias como resonancias magnéticas, análisis de sangre, etc. Será tu profesional sanitario de confianza el que te indique la conveniencia de la realización de estas pruebas complementarias.
Si bien la dorsalgia puede resolverse por sí sola en algunas ocasiones, lo más recomendable es acudir a un fisioterapeuta para poderla valorar y tratar en su estado agudo y evitar la aparición de compensaciones corporales a la limitación de movilidad y la existencia del dolor. Tu fisioterapeuta te propondrá el mejor tratamiento según tu situación para mitigar estos dolores. No obstante, mientras acudes a consulta, puedes utilizar el calor para relajar la musculatura y aprovechar su efecto analgésico.
La dorsalgia, según su origen, tiempo de evolución y tus circunstancias personales puede durar un par de días o se puede alargar incluso varias semanas. Por eso es importante acudir al fisioterapeuta pronto y seguir el tratamiento propuesto por éste, que suele incluir ejercicios de movilidad, estiramientos y fuerza. También es importante adaptar el puesto de trabajo para evitar posturas forzadas durante largos periodos de tiempo, hacer pausas para trabajar la movilidad e ir cambiando de posturas cada cierto tiempo. También puede ser interesante, si el origen es un episodio de estrés y ansiedad, trabajar con un psicólogo para poder llevar mejor estas etapas y así evitar la somatización de emociones.
Normalmente, no es necesario solicitar la baja laboral por la dorsalgia. No obstante, si ésta llega a ser incapacitante durante la jornada laboral y no es posible la adaptación del puesto de trabajo, es recomendable acudir a tu médico de cabecera para que valore la posibilidad de concederla
Nuestro cuerpo está diseñado para moverse. Por regla general, andar suele ser beneficioso para la dorsalgia y para muchas más patologías. Sin embargo, a la hora de andar hay que tener en cuenta la regla de no dolor. Si el dolor aparece durante la caminata, no es recomendable seguir forzando, ya que la musculatura y las articulaciones pueden resentirse al haber sido sometidas a un estrés no tolerado en ese momento. Pero lo más normal es que el aumento del flujo sanguíneo, la liberación de endorfinas y lo que supone la actividad física al tono muscular suele ser beneficioso para la dorsalgia.
La acupuntura es una técnica que consiste en la introducción de pequeñas agujas en ciertos puntos corporales para lograr efectos analgésicos y de regulación energética, según la medicina tradicional china. Es una técnica que ha ayudado a muchos pacientes, siempre que se realice por un profesional sanitario cualificado y formado en la técnica. No obstante, si te planteas el uso de agujas, ten en cuenta que también existen técnicas de fisioterapia invasiva como la electropunción y la punción seca, que busca directamente la desactivación de los puntos gatillo que puedan estar causando la sobreactivación muscular e, incluso, dando dolor a otras partes del cuerpo (en ocasiones, el pecho). Tu fisioterapeuta te indicará la técnica que más te convenga según tu situación.
Partiendo de la base de que no recomendamos automedicarse, hay personas que notan un alivio al tomar antiinflamatorios con la dorsalgia. No obstante, este alivio es temporal mientras actúa el medicamento y la causa del dolor sigue presente. Por eso es importante acudir a un fisioterapeuta o, en caso de verlo necesario, al médico para que valore la posibilidad de recetar medicación extra.
La dorsalgia es un problema frecuente que suele mejorar con medidas simples como el calor, la terapia manual y los ejercicios. Andar puede ser una buena forma de prevenir y tratar la dorsalgia, siempre que se haga con cuidado y sin excederse. Siempre es recomendable ponerse en manos de un fisioterapeuta colegiado para tratar tanto el dolor como la causa. Además, si tu fisioterapeuta detecta que puede haber un problema más grave, te recomendará que acudas a un médico para valorar tu situación y poder diagnosticar o descartar alguna patología subyacente que pueda revestir mayor gravedad.
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