El desprendimiento de retina consiste en la separación de esta capa de las subyacentes, cayendo al interior del globo ocular que está relleno de un gel transparente llamado vítreo. La causa más frecuente es una rotura en la retina periférica provocada por una tracción del vítreo al despegarse, en el denominado desprendimiento del vítreo posterior.
El desprendimento de vítreo es un proceso muy habitual que en la mayoría de los casos no provoca ningún daño adicional, sólo los síntomas típicos como son las miodesopsias (pequeños puntos o rayas negros que aparecen en el campo visual) y fotopsias (destellos de luces en el campo visual).
Ante la aparición de estos síntomas es recomendable la exploración del fondo de ojo por un especialista para descartar posibles daños en la retina, principalmente cuando son de aparición brusca y abundantes. El desprendimiento de retina es una patología que provoca la pérdida de visión, inicialmente en una parte del campo visual, pero que progresa hacia la pérdida completa de la visión, que será irreversible si no se soluciona mediante intervención quirúrgica en un breve plazo de tiempo.
El inicio del desprendimiento de retina es muy variable, puede desprenderse de golpe toda la retina y provocar la pérdida completa de la visión, o como en la mayoría de los casos, iniciarse por un lado, que puede ser cualquiera, e ir progresando como una cortina que se va cerrando y va quitando la visión.
El paciente podrá leer hasta que el desprendimiento llegue al centro de la retina, la mácula, que es la que proporciona la visión central y de más detalle, así como la lectura. El tiempo desde que se inicia la pérdida lateral hasta que se afecta la visión central es muy variable, desde pocos minutos hasta meses, siendo lo más habitual la progresión en cuestión de pocos días desde el inicio de los síntomas.
El tiempo de baja tras una intervención de desprendimiento de retina es variable en función de la severidad del mismo, del tipo de intervención que se realice para solucionarlo, de si hay que realizar alguna intervención adicional después como cirugía de catarata, o el trabajo que se vaya a realizar tras el mismo, pero la media suele estar entre 2 y 3 meses de baja laboral.
El desgarro de la retina es una rotura de la misma, generalmente en su zona periférica, provocado por una tracción del gel vítreo que rellena el ojo y habitualmente en una zona más débil de la retina. Estas zonas débiles se denominan lesiones predisponentes y son de diversos tipos, siendo más habituales en personas miopes.
El desgarro se produce en una zona que no es de visión, por lo que no afecta a la misma, pero si provoca síntomas indirectos, principalmente las fotopsias o destellos de luces provocados por tracción o rotura en la retina y miodesopsias provocados por el colapso vítreo que suele ser la causa inicial. Si bien el desgarro en sí no provoca pérdida de visión, si hay un alto riesgo de que provoque un desprendimiento de retina, algo que se puede evitar si se sella mediante láser, procedimiento muy seguro y rápido que se realiza en consulta, y que en la mayoría de las ocasiones evita el desprendimiento si se diagnostica a tiempo.
Por ello es muy importante acudir al especialista ante la aparición de estos síntomas, así como realizar revisiones rutinarias en las que se puedan detectar lesiones predisponentes que, si está indicado, se pueden sellar también con láser, principalmente en personas miopes en las que son más frecuentes.
El síntoma fundamental del desprendimiento de retina es la pérdida de visión más o menos brusca, que se inicia por un lado del campo visual, cualquiera de ellos, y progresa hacia el centro como una cortina, con una velocidad variable, pero generalmente en cuestión de pocos días. Suele ir precedido de los síntomas del desprendimiento de vítreo posterior en los días previos, fotopsias y miodesopsias.
Ante los síntomas de desprendimiento de retina debe permanecer en reposo hasta que sea valorado cuanto antes por un oftalmólogo. En el caso de que se diagnostique de desgarro de retina y se le aplique láser deberá continuar con el reposo durante 7 o 10 días más, ya que es el tiempo que tarda en hacer un efecto completo.
En el caso de que se le diagnostique de desprendimiento de retina deberá permanecer en reposo hasta la intervención, que se realizará lo antes posible, generalmente pocos días como mucho. El reposo debe ser absoluto en este caso y es posible que se le pida mantener alguna postura concreta de la cabeza en función del desprendimiento. Tras la intervención deberá continuar en reposo absoluto y posiblemente en otra posición distinta durante unos días, y luego con reposo relativo y progresiva recuperación de la actividad en los siguientes 2 o 3 meses.
Dadas las características de esta patología y su intervención, no es posible conducir ni trabajar desde el inicio del problema hasta el alta médica, debido a la pérdida de visión y la necesidad de realizar reposo. En el postoperatorio, además del necesario reposo, la visión estará muy reducida por distintos factores en función de la intervención realizada, pero casi siempre se introduce un gas en el ojo, necesario para la reaplicación de la retina, que impide la visión. Existen distintos tipos de gases con una duración variable dentro del ojo, pero suelen permanecer en el mismo entre 1 y 2 meses.
Por otro lado, la recuperación de la función visual de la retina puede ser lenta y dependerá de cada caso, pero la mayor parte de la visión suele tardar en recuperarse de 2 a 3 meses en la mayoría de los casos. Hasta el alta médica tras el postoperatorio de la intervención de desprendimiento de retina y en su caso de otras intervenciones o actuaciones que pudiesen ser necesarias, en la que se valore la visión definitiva y las posibles secuelas, no debería conducir ni desarrollar actividades laborales. El alta médica es muy variable en función de cada paciente, pero la media es de 2 a 3 meses.
El desprendimiento de retina es una patología grave del ojo con un alto potencial de pérdida severa y definitiva de la visión, pero con posibilidad de prevención mediante láser en algunos casos y con muy buenos resultados quirúrgicos en la mayoría de los casos en los que ya está establecido, siendo muy determinante para esto el tiempo de evolución. Por ello son importantes las revisiones periódicas del fondo de ojo en aquellos pacientes con más riesgo como los miopes, y la revisión preferente (pocos días) por un oftalmólogo en caso de síntomas. Si quieres resolver tus dudas y comprender el desprendimiento de retina puedes consultar nuestra guía.
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