Artículos 28 junio 2023

El papel de los padres y cuidadores en el manejo del TDAH

Núria Quintana Psicólogo, Terapeuta complementario
Núria Quintana
Psicólogo, Terapeuta complementario

El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (en adelante, TDAH) se considera una enfermedad neurológica de niños y adolescentes que se diagnostica a través de evaluaciones pluridisciplinares (psiquiatría o neurología, neuropsicología, psicología).

El TDAH conlleva una variada posibilidad de dificultades en torno a 4 aspectos distintos, que se manifiestan de manera variable en cada caso:

  • Aspectos cognitivos: inatención, mala gestión del tiempo, impulsividad, desorganización…
  • Aspectos emocionales: inestabilidad afectiva, dificultad para tolerar la frustración, impaciencia…
  • Aspectos sociales: desinhibición, evitación social, frágil juicio social…
  • Aspectos motores: excesiva agitación, hiperactividad, dificultades de coordinación motriz…

Características principales del TDAH

  • La inatención: dificultad para mantener la atención y modularla (seleccionar las informaciones pertinentes, falta de organización…), pero en cambio sí que existe motivación ante una actividad estimulante que despierta un gran interés (por ejemplo, algún deporte), por lo que se concluye que ¡las buenas capacidades de concentración son posibles!
  • La impulsividad verbal/motriz/social: hablar y actuar antes de pensar, dificultad para asociar actos a consecuencias, impaciencia, cortar a menudo al interlocutor mientras habla, brusquedad, dejar las cosas a medias para orientarse a otra tarea que despierta mayor interés, mostrar una actitud invasiva o poco respetuosa con los demás.
  • La hiperactividad: mover manos y pies exageradamente sin razón, dificultad para mantenerse en calma, hablar demasiado, ir correteando y trepando de manera inapropiada.

Estos tres síntomas serán más o menos predominantes y severos en cada persona; según aparezcan a la vez o separadamente, podemos hablar de 3 formas distintas de TDAH:

  1. Combinación de 3 síntomas: hiperactividad + impulsividad + inatención
  2. Predominio de 2 síntomas: hiperactividad + impulsividad
  3. Predominio de 1 sólo síntoma: inatención

La forma puede variar con la edad del niño. Por ejemplo, la hiperactividad puede predominar a la edad de 6 años, dando paso más bien a la inatención en la adolescencia. En efecto, la hiperactividad tiende a disminuir con la edad, mientras que la inatención persiste.

El TDAH suele tratarse con terapia psicológica y con terapia farmacológica (ambas opciones se pueden usar de forma aislada o combinada). Cabe añadir que cada vez más se están estudiando los beneficios de la dieta y de ciertos suplementos nutricionales (por ejemplo el omega 3) para aliviar algunos síntomas, en apoyo a las mencionadas terapias.

mujer y niño sonriendo cocina Es importante conocer las distintas terapias psicológicas que pueden ayudar a tu hijo a progresar en su problema a lo largo del tiempo.

En el ámbito psicológico, los abordajes más frecuentes son los siguientes:

  • Reeducación para los niños y adolescentes. Para los más pequeños, la psicomotricidad puede ayudar a mejorar la gestión de emociones y la agitación motriz. Para los pacientes en edad escolar, la reeducación cognitiva por parte de un neuropsicólogo permite desarrollar estrategias para afrontar las dificultades atencionales y mejorar la organización del trabajo académico.
  • Formación de los pacientes en habilidades sociales. Mediante situaciones de juego de roles, aprenden a desenvolverse con mayor satisfacción en el ámbito social.
  • Psicoeducación emocional para el paciente y su familia, animándoles a hablar del TDAH y de sus efectos. El acompañamiento psicológico puede ayudar al niño o adolescente a identificar, comprender y evolucionar con sus dificultades. Es interesante sobre todo si presenta baja autoestima o tendencia a infravalorarse por sentir frecuentemente el rechazo ajeno a causa de su problema. También es fundamental si surgen problemas adicionales, como trastornos de conducta, de sueño, de ansiedad, etc. Para la familia, puede ser interesante realizar terapia emocional que les ayude a afrontar mejor la situación, desde la serenidad (sin por ejemplo culpabilización o frustración).
  • Terapia cognitivo-conductual, dirigida tanto a las familias como a los docentes a cargo del alumno con TDAH. Ayuda a la reflexión introspectiva y permite cambiar patrones de pensamiento y, por tanto, de comportamiento. Suele implicar la gestión de dicho comportamiento, utilizando un sistema de recompensas para animar al niño a intentar controlar su TDAH y a realizar determinadas acciones (p. ej sentarse a la mesa para comer).
  • Programas de formación para familias, tanto presenciales como online. Sirven para aprender maneras específicas de hablar con el niño, acompañarle emocionalmente, jugar y trabajar con él para mejorar su atención, comportamiento, rendimiento escolar…, poder poner límites de manera sana, etc. Estos programas fortalecen en el adulto su confianza de poder ayudarle, a la vez que proporcionan un espacio estimulante dónde poder compartir con otras familias.

Si a pesar de todas las medidas psicológicas aplicadas anteriormente, las dificultades atencionales o la agitación motriz impactan de manera demasiado severa en el funcionamiento del niño a nivel familiar, escolar y/o relacional, se puede proponer un tratamiento farmacológico. Esta prescripción sólo puede controlarla un médico (psiquiatra, pediatra o neuropediatra), con atención a los posibles efectos secundarios.

10 Consejos para los padres y cuidadores de un niño o adolescente con TDAH

  1. Si hay sospechas de que tu hijo pueda tener TDAH, solicita lo antes posible diagnóstico a un especialista competente. Asegúrate de que tu médico de cabecera o especialista te ayude a entender la diferencia entre el TDAH y cualquier otro problema que pueda tener tu hijo.
  2. Piensa quién más debe saber sobre el TDAH de tu hijo, como el centro educativo o el jardín de infancia.
  3. Explora las distintas terapias psicológicas que pueden ayudar a tu hijo a progresar en su problema a lo largo del tiempo. Es probable que cuanto antes se aborde, antes se puedan minimizar sus efectos, y más garantías de éxito escolar habrán. Sin embargo, armoniza los posibles tratamientos para no sobrecargar la agenda de tu niño.
  4. La buena coordinación entre todos los profesionales (ámbito escolar, psicológico, médico…) es esencial.
  5. Mantén una relación estrecha y regular con el centro educativo, para compartir información, hacer hincapié en los aspectos positivos y los progresos de tu hijo, desculpabilizar tanto a maestros como a la familia, etc. Estas reuniones son un medio eficaz para describir, hacer seguimiento y mejorar el comportamiento en clase de un alumno con TDAH, así como para valorizarlo.
  6. Infórmate sobre los efectos secundarios de cualquier medicamento que tome tu hijo y que debes tener en cuenta.
  7. Cuida su sueño, alimentación y ejercicio. Por ejemplo, si no duerme lo suficiente, podría estar más irritable e impulsivo al día siguiente. Investiga si determinados alimentos podrían mejorar sus síntomas y pide asesoramiento al respecto. Mantén un ambiente relajado en casa; establece rutinas, sin ser demasiado rígido; aplica estrategias comportamentales de utilidad en el TDAH y que estén adaptadas a tu hijo, etc. Limita el uso de pantallas a conciencia y estate presente con tu hijo tanto como te sea posible.
  8. Recuerda que el TDAH no es una falta de competencia o de información, sino más bien un problema de autodominio (concentración, esfuerzo, motivación). Pedirle a un niño que “haga esfuerzos” o que “lo haga mejor” cuando no es capaz de ello, sería como pedirle a un miope sin gafas que “viera mejor”. Ponte en su lugar en la medida de lo posible y ayúdale a sentirse bien a pesar de las dificultades.
  9. Pide ayuda psicológica y sal a conocer gente de los grupos de apoyo mutua que puedas encontrar en tu zona, para evitar que te sientas aislado y poder hacer frente al problema con mayor serenidad. Cuanto mejor estés tú, mejor podrás ayudar a tu hijo a sentirse bien y a mejorar su sintomatología.
  10. Ten presentes los puntos fuertes de tu hijo, como puede ser una imaginación desbordante, creatividad, ingenio, energía destacable, entusiasmo, espontaneidad, capacidad para hacer las cosas de forma original, realizar distintas cosas a la vez, ver detalles que otros no ven, etc.

Si quieres más información sobre el TDAH consulta nuestra exhaustiva guía.

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