Al referirnos a niños superdotados debemos considerar que desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) se define como persona superdotada a aquella que cuenta con un coeficiente intelectual (CI) superior o igual a 130. Esto se evalúa a través de la escala de inteligencia del test WISC-5, aplicable en niños y adolescentes entre los 6 y 16 años y 11 meses. Dicha escala valora el CI evaluando la comprensión verbal, el razonamiento fluido, la visión espacio temporal, la memoria de trabajo y la velocidad de procesamiento mental del niño o adolescente.
Existen otras escalas que pueden medir el CI pero lo relevante es que para ello se deben realizar entrevistas clínicas y aplicación de pruebas psicométricas por psicólogos especialistas.
Esta información favorecerá la detección de altas capacidades intelectuales en niños y adolescentes pudiendo incidir negativamente en el rendimiento académico de los mismos. Según el informe nacional sobre educación en los superdotados se estima que un 70% aproximadamente de los niños y adolescentes superdotados puede tener un bajo rendimiento académico.
En este punto conviene detectar las posibles causas que pueden generar un bajo rendimiento académico ya que esto puede operar como señal de alarma haciendo visible dificultades en las capacidades cognitivas, o bien inestabilidad en el estado emocional y anímico, sensaciones de incomprensión y soledad, o bien situaciones y circunstancias que dificultan al niño y adolescente poder concentrarse y rendir a nivel académico
Existen dificultades a la hora de identificar la superdotación en niños y adolescentes, sobre todo en niños menores de tres años pudiendo llegar a confundirse las altas capacidades con el progreso madurativo del niño. Se ha de tener en cuenta que es sobre todo el desarrollo del lenguaje lo que permite la detección de las altas capacidades intelectuales de los niños. Además, la detección de dichas capacidades se basa sobre todo en el resultado de pruebas métricas que toman en consideración los factores objetivos presentes en la inteligencia, siendo más difícil poder cuantificar aquellos aspectos que tienen que ver con lo cualitativo y subjetivo del individuo que en todo caso podrá ser recogido a través de entrevistas clínicas.
Se estima en este aspecto que solamente un 2% aproximadamente de niños y adolescentes superdotados es detectado correctamente a edad temprana como sería desde los 3-4 años.
Se ha de considerar en este aspecto que las capacidades intelectuales y cognitivas del individuo afectan tanto a la capacidad de observación, de pensamiento y de respuesta, así como a su estado emocional lo que repercute a su vez en la capacidad de sociabilización.
En el caso de la superdotación se trata de menores que tienen una mayor capacidad de abstracción y de discernimiento que lo que se estima previsible en su edad. Es así como estos niños pueden tener un pensamiento abstracto que diverge respecto al de sus compañeros por lo que frecuentemente pueden sentirse desmotivados. Esto hace que se sientan menos comprendidos por su entorno teniendo una mayor dificultad para identificarse con el grupo de iguales. Esto hace que estos menores tengan mayor sensación de soledad lo que afecta a su modo de estar y relacionarse con los demás generando un estado de ánimo y emocional más inestable, que termina repercutiendo en su rendimiento académico. Desde ahí conviene detectar pronto las altas capacidades para poder prevenir estos factores.
Más allá de eso hay que tener en cuenta que cuando existe un bajo rendimiento académico suele ser por múltiples causas. Esto opera como señal de alarma, a la que es importante atender acudiendo a un psicólogo especialista que pueda atenderlo. Es importante ir viendo lo que está pasando, en relación al propio desarrollo del niño y adolescente es decir en la construcción de su Yo así como estar atentos de aquello que puede estar aconteciendo fuera de él, en sus relaciones, situaciones que puede estar viviendo, etc.
Es por ello que lo primero a considerar es una correcta detección de la superdotación, para favorecer y flexibilizar el programa de estudio permitiendo que pueda potenciar y disfrutar de estas capacidades, generando una inquietud que trascienda el programa académico.
Para ello se puede hacer a través de:
Además es importante ayudarles a conectar y vincularse mejor con su entorno, ir viendo cómo adaptarse a él pero sin perder su propia singularidad. Apoyar a estos niños y adolescentes para que vayan percibiendo y tolerando ellos mismos las diferencias respecto al grupo de iguales lo que les ayudará sentirse más incluidos e integrados respecto a sus compañeros. Esto podría ir reflejándose en el grupo, lo que se refleja en su estado emocional y de ánimo lo que finalmente podría repercutir en su rendimiento académico.
Desde el psicoanálisis se puede pensar la inteligencia como el funcionamiento que puede tener el aparato psíquico de un individuo lo que quedará reflejado en la capacidad de simbolización, lo que posibilita el lenguaje, la capacidad de abstracción, pensamiento lógico, deductivo, inductivo, operando estos a la hora de estar y relacionarse con las personas del entorno.
Teniendo en cuenta que el ser humano se construye también en la relación con los demás sería importante ayudar al niño y adolescente a ir indagando sobre su propia manera de pensar pero ayudándole a vincularla con la del entorno. De este modo que pueda ir asumiendo y conociendo cada vez más sus particularidades encontrando el nexo que le permite estar y comunicar mejor con los demás.
Hay que tener en cuenta que cómo se encuentra uno consigo mismo y con el resto y esto se manifiesta en el rendimiento, por lo que ante cambios significativos es importante observar y preguntarse qué puede estar pasando. En el caso en que se observen cambios significativos a la hora de estar, de centrarse, de ir atendiendo, el estado de ánimo, la relación con los compañeros, conviene en lo posible apoyar y ayudar al niño y adolescente para que puedan ir expresándolo con palabras. Para ello es importante contar con un espacio de confianza y terapéutico que pueda ser favorecido por un psicólogo. Además puedes a través de nuestra guía sobre el impacto del fracaso escolar en los niños puedes solucionar las dudas que te surjan.
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