Artículos 03 octubre 2023

Síntomas y causas de la intolerancia a la lactosa

Maite Ibáñez José Dietista Nutricionista
Maite Ibáñez José
Dietista Nutricionista

Fue Hipócrates, 400 años a.C, conocido por su famosa frase “Deja que tu comida sea tu alimento, y tu alimento sea tu medicina”, el que describió por primera vez la intolerancia a la lactosa.

La intolerancia a la lactosa es la intolerancia de hidratos de carbono más común. En aquellas áreas geográficas en las que el consumo de leche y productos lácteos es escasa o nula, la intolerancia a la lactosa es bastante frecuente, mientras que, por el contrario, si el consumo tradicionalmente de leche y productos lácteos es habitual, la intolerancia suele ser menor. De esta forma, podemos encontrar desde un 1% de intolerantes en la población sueca hasta un 98% de intolerantes en población tailandesa.

En el caso de España, la intolerancia a la lactosa es una enfermedad de elevada prevalencia, las cifras tienen una amplia variabilidad, desde el 13% al 36%.

¿Qué es la lactosa?

La lactosa es lo que podríamos decir, el azúcar naturalmente presente en la leche de mamíferos y está constituida por dos azúcares más sencillos, la glucosa y la galactosa. Estos azúcares más sencillos son los que nosotros podemos absorber en el intestino.

Para que podamos pasar de lactosa a las moléculas absorbibles necesitamos la participación de una intermediaria, lo que llamamos una enzima, la lactasa, que se encargará de llevar a cabo la separación, permitiendo que se puedan utilizar tanto la glucosa como la galactosa.

Esta enzima está producida y ubicada en las células que tapizan el intestino delgado, las que conocemos como enterocitos. Si por alguna causa, esta enzima no la tenemos en la cantidad adecuada, debido a distintos motivos, la lactosa no podrá ser degradada y, por lo tanto, no la podremos absorber. Si esta malabsorción da lugar a los síntomas clínicos clásicos asociados a esta intolerancia, nos encontraremos con lo que conocemos como intolerancia a la lactosa. Puede darse el caso de que se tenga menor cantidad de lactasa y no se tenga sintomatología clínica, por lo que estaríamos ante una malabsorción sin intolerancia.

Con un 50% de lactasa podríamos digerir la lactosa, lo que nos permite a muchas personas con malabsorción de lactosa, el tomar productos lácteos con baja cantidad, como puede ser el caso de los alimentos lácteos fermentados como puede ser el caso del yogur.

Alimentos que contienen lactosa

Dentro de los alimentos que contienen lactosa, podemos encontrar la leche y los productos que derivan de ella, incluidos postres lácteos (no fermentados sobre todo) por ejemplo natillas, flan, helados, nata, etc.

También podemos encontrar lactosa en chocolates, fiambres y preparados cárnicos (hamburguesas, salchichas, etc.), salsas y cremas, embutidos, aperitivos con sabores añadidos, algunos panes, turrones, algunos licores (añadida durante el proceso de destilación) y algunos medicamentos.

Síntomas principales de intolerancia a la lactosa

Los síntomas más comunes en esta intolerancia a la lactosa cuando se ingieren productos lácteos sin fermentar o alimentos a los que se les ha añadido leche o lactosa, son:

  • Distensión/hinchazón abdominal.
  • Dolor abdominal.
  • Flatulencia.
  • Náuseas.
  • Vómitos.
  • Diarrea, entre otros.

Causas de la intolerancia a la lactosa

Para explicar las causas de la intolerancia a la lactosa, habría que explicar previamente un poquito de biología y los tipos de intolerancias que podemos encontrar.

En cuanto a la biología, hay que saber, que, por principio en la vida, algo que no se va a utilizar, el organismo establece mecanismos para desactivarlo. Esto es lo que ocurre en el caso de la lactasa. Los mamíferos son lactantes mientras son cachorros, cuando se hacen adultos, las madres dejan de lactar, y el acceso a la leche se acaba. Por lo que, ¿para qué se va a mantener una enzima que se encarga de romper la lactosa, si ya no se tiene acceso a la leche?

La capacidad de secretar lactasa se iría reduciendo con la edad.

Esto es lo que pasaría en todos los mamíferos inicialmente, pero los humanos somos una excepción.

En el Neolítico, el ser humano empezó a domesticar a especies de animales mamíferos que junto a la aparición de la industria cerámica y la cultura pastoralista, permitió al ser humano tener acceso de por vida a un alimento como es la leche. Se produce en estas circunstancias la mutación de un gen, el LCT (codifica la enzima de la lactasa), que impediría la desactivación progresiva y lactosa dependiente de la lactasa, permitiendo a los individuos que presentaban esta modificación genética, poder ingerir leche de por vida, y convirtiéndonos en la única especie de mamíferos que no desactiva la lactasa.

Claro está, que, si no se presenta esta mutación, es decir, se tiene lo que llamamos el gen salvaje, la lactosa no podrá ser degradada y, por lo tanto, se manifestarán todos los síntomas y consecuencias de ello en aquellas personas intolerantes.

El hecho de presentar la mutación permitió tener acceso a una fuente adicional de calcio de por vida, que beneficiaba sobre todo, en aquellas zonas de baja radiación (norte), imprescindible esta para poder sintetizar correctamente la vitamina D y llevar a cabo una buena absorción del calcio. El tener más fuentes de calcio, proporcionaba una ventaja evolutiva, que permitió establecerse a la mutación.

Posteriormente, en el noroeste de África, también se originó una mutación que proporcionaba una ventaja evolutiva a los que la presentaban esta persistencia de la lactasa, pero en este caso, la hipótesis que se aborda no es la de la radiación solar, puesto que no es zona de poco sol, sin embargo, sí es zona de difícil acceso al agua, por lo que el disponer de la ingesta de leche, que contiene gran cantidad de agua, proporcionaba una ventaja.

Además, la leche contiene riboflavina, que, a día de hoy, se considera un factor protector frente a la malaria, por lo que, por ambos motivos, aquellos individuos que pudieran beber leche sin problemas se verían beneficiados.

De esta forma podemos tener, dependiendo de los genes que tengamos, una tolerancia, en el caso de tener las mutaciones, o una intolerancia, que llamaríamos primaria, es decir, transcurrido el destete y de una forma lactasa dependiente, se iría desactivando la actividad y por lo tanto, apareciendo los síntomas pertinentes.

primer plano vaso cristal yogur La lactosa es lo que podríamos decir, el azúcar naturalmente presente en la leche de mamíferos y está constituida por dos azúcares más sencillos, la glucosa y la galactosa.

Tipos de intolerancia a la lactosa

Además de esta intolerancia primaria e irreversible, podemos encontrar dos tipos más de intolerancias a la lactosa:

Intolerancia congénita

La intolerancia congénita se presenta inicialmente desde el nacimiento, una mutación en el gen LCT distinta a las anteriores, pero que lo que proporcionaría es un problema en todo momento de poder digerir la lactosa ocasionando un problema grave al producir un déficit en el desarrollo infantil.

Intolerancia secundaria o adquirida

La intolerancia secundaria o adquirida aparece porque existe daño en el epitelio intestinal, en la mucosa, debidos a enfermedades, mala alimentación, situaciones de estrés sostenido, etc. que lo que llevan es a que no se pueda producir la lactasa necesaria, no porque no se tenga la capacidad de hacerlo, si no porque estamos perjudicando a quien lo tiene que hacer, por lo que la conclusión es la misma, toda la cantidad de síntomas asociados. Pero en este caso, la buena noticia, es que, si quitamos la causa que está dañando las paredes de nuestros intestinos, dejamos que se restablezca una microbiota adecuada y se recupere la actividad de la lactasa, es una intolerancia reversible.

En ocasiones, en bebés muy prematuros, pueden presentarse niveles bajos de lactasa, debido a que las células y el epitelio intestinal que producen la lactasa no está todavía terminado de formar, normalmente adquieren su funcionalidad hacia finales del último trimestre del embarazo.

Consecuencias de la intolerancia a la lactosa

Al no degradarse la lactosa, no puede absorberse en el intestino delgado, pasando al siguiente tramo, el intestino grueso, por lo que las bacterias que constituyen la microbiota intestinal de este, tratan de fermentarla dando como resultado que, en aquellos pacientes con cualquiera de las intolerancias presentadas que no hayan podido degradar la lactosa, ante la ingesta de productos que la contengan, presentarán un cuadro de síntomas gastrointestinales como los descritos anteriormente.

Cabe mencionar, que, en el caso de productos lácteos fermentados, como yogures, quesos, etc. al ser el sustrato del que se alimentan las bacterias que fermentan la leche la misma lactosa, estos presentan mucha menos cantidad, por lo que la fermentación disminuye la cantidad de lactosa y permite que se puedan ingerir, siempre con moderación, este tipo de alimentos por los intolerantes, sin presentar problemas. Si tienes dudas sobre la intolerancia a la lactosa no dudes en consultar con un nutricionista.

Formas de confirmar una intolerancia a la lactosa

  • Actividad de lactasa en biopsia intestinal.
  • Test de aire espirado (mediante la administración de una dosis controlada de lactosa).
  • Test de gaxilosa (análogo sintético de la lactosa).
  • Test de tolerancia oral a la lactosa.
  • Test genético. Muy específico, sin efectos secundarios. No detecta intolerancias secundarias.

Tratamiento

  • Dieta apropiada para intolerantes a la lactosa.
  • Administración de lactasa exógena.
  • Administración de pre y probióticos, que mejoran los síntomas clínicos producidos.

La intolerancia a la lactosa es una malabsorción con sintomatología clínica relativamente frecuente en nuestros días. La principal causa es el déficit parcial o total de la enzima que se encarga de metabolizar este azúcar, aunque podemos encontrar otras causas de tipo secundario que llevarían a presentar la sintomatología propia y sin embargo, deberse a una situación transitoria debida a otros factores o patologías.

Los síntomas son fundamentalmente digestivos y variarán en función de la cantidad de lactosa ingerida, por lo que limitar o eliminar el consumo de alimentos que contengan lactosa en aquellos pacientes que presenten sintomatología clínica de forma individualizada será el medio correcto de proceder para mejorar la calidad de vida de estas personas. Además puedes resolver todas tus dudas sobre las intolerancias alimentarias a través de nuestra guía práctica.

Referencias
  • Zugasti Murillo A. Intolerancia alimentaria. Endocrinol Nutr. 1 de mayo de 2009;56(5):241- 50.
  • Intolerancia a la lactosa | RAPD Online | SAPD [Internet]. [citado 23 de junio de 2023]. Disponible en: https://www.sapd.es/revista/2019/42/5/01

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