La Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), define la obesidad como: “Una enfermedad crónica multifactorial caracterizada por la existencia de un exceso de grasa corporal que pone al individuo en una situación de riesgo para la salud”.
No le falta razón porque la obesidad supone uno de los problemas de salud pública más importantes en la sociedad actual; ha sido considerada por muchas sociedades científicas como la pandemia del siglo XXI hasta la irrupción del virus SARS COVID19. Es la enfermedad no transmisible más prevalente en el mundo, manteniendo una tendencia creciente: en los últimos 40 años, casi se ha triplicado afectando tanto a países desarrollados como en vías de desarrollo.
El gasto sanitario que genera en España, es del 7% del total, consumiendo muchos recursos por todas las enfermedades con las que se asocia: es el principal factor de riesgo para desarrollar problemas cardiovasculares como la hipertensión, enfermedades coronarias, diabetes o algunos tipos de cáncer (las patologías que presentan mayor morbimortalidad en la actualidad).
Existe el estigma de que la persona que padece obesidad tiene una ingesta realmente elevada de productos procesados y que ha distorsionado el tamaño de sus raciones, pero estas creencias no son ciertas, es un problema multifactorial que se debe afrontar desde diferentes ámbitos y del que nunca se debe culpabilizar a una persona que es una víctima del ambiente obesinógeno al que todos estamos sometidos en la actualidad.
Cuando un paciente cambia de hábitos dietéticos y de estilo de vida, mejorando la composición de su dieta con productos frescos, locales y de temporada, acompañado de la práctica habitual de ejercicio físico conseguirá una pérdida progresiva y moderada de su porcentaje de grasa.
La clave es que sus hábitos sean sostenibles a largo plazo, que se planteé expectativas realistas para no frustrarse en caso de no conseguirlos; por ejemplo se consideraría un éxito una pérdida de entre un 5 y un 10% del peso inicial en un año siempre que no se recupere.
Cuando se trata de abordar la obesidad, es importante destacar que no existe una “dieta única” que sea la mejor para todas las personas que la padecen, ya que las necesidades nutricionales y las preferencias individuales pueden variar significativamente. Sin embargo, existen enfoques dietéticos o pautas generales que pueden ser efectivos cuando se personalizan y se combinan con un estilo de vida saludable.
De un modo u otro la clave del cambio de hábitos debe comenzar en el supermercado, no dejes que entre a tu casa ningún alimento que no sea recomendable para tu salud. Siempre que puedas elabora una lista de la compra cerrada, acude con tiempo y sin hambre, incluye alimentos frescos y huye de las ofertas. Si puedes, revisa las etiquetas de los productos que adquieras, siempre que tengan más de tres ingredientes no los compres.
Una vez en casa, utiliza métodos de cocción adecuados y elaboraciones sin salsas, que nunca falten unos 400 g diarios de verdura y otros 400 g de fruta. En una alimentación omnívora incluye pescado y huevo como las principales fuentes de proteína animal y legumbres al menos 3 días semanales.
A la hora de comer recuerda hacer un ritual correcto, no comer de pie ni mientras se cocina, no dejar sobre la mesa alimentos que no entren dentro de nuestro plato, comer despacio y masticar bien es básico, evitar distracciones como la televisión o el teléfono. Tener un horario fijo de comidas ayuda (bien sean 5, 3 o el número de comidas que hagas al día), evita picar entre horas y terminar raciones o alimentos para no tirarlos (se puede congelar o aprovechar de muchos modos cualquier excedente).
Por último recordar que no hay que comer menos, hay que comer mejor y gastar más gracias al ejercicio físico.
Recuerda que la pérdida de peso sostenible generalmente implica cambios en el estilo de vida a largo plazo y no soluciones rápidas. Además, es importante abordar la obesidad de manera integral, incluyendo la actividad física y el apoyo emocional cuando sea necesario.
No existen remedios mágicos, evita las dietas milagro y los productos adelgazantes, no te pongas en manos de cualquiera y consulta con un nutricionista antes de comenzar, es importante que ese especialista que esté colegiado para que te ofrezca garantías. Él te puede proporcionar orientación personalizada y adaptará la dieta a tus necesidades u objetivos.
La publicación del presente artículo en el Sitio Web de Doctoralia se hace bajo autorización expresa por parte del autor. Todos los contenidos del sitio web se encuentran debidamente protegidos por la normativa de propiedad intelectual e industrial.
El Sitio Web de Doctoralia Internet S.L. no contiene consejos médicos. El contenido de esta página y de los textos, gráficos, imágenes y otro material han sido creados únicamente con propósitos informativos, y no para sustituir consejos, diagnósticos o tratamientos médicos. Ante cualquier duda con respecto a un problema médico consulta con un especialista.