Claudia Castilla, Especialista Contenido Médico
En España, el fenómeno de la autolesión no es ajeno a la realidad de muchos individuos y sus familias. Los casos han ido en aumento en los últimos años, reflejando una tendencia preocupante que se observa también a nivel global.
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Este problema puede tocar a personas de todas las edades, clases sociales y entornos culturales, lo que demuestra su naturaleza indiscriminada.
La autolesión se manifiesta de diversas maneras y sus causas son igualmente variadas. A través de este artículo, podamos empezar a entender mejor su complejidad y crear un espacio de diálogo y apoyo para quienes se encuentran en medio de esta lucha.
Cuando hablamos de autolesión, nos referimos a actos deliberados de daño físico que una persona se inflige a sí misma sin intención suicida. La psicóloga Noelia Labordeta explica que la autolesión se realiza para sobrellevar la angustia. Algunas personas, al principio, pueden lastimarse a sí mismos por accidente y ahí descubrir, que disminuye la intensidad de sus emociones en ese momento, y luego, autolesionarse a propósito cuando se sienten emocionalmente abrumados nuevamente.
Existen diferentes tipos de autolesión, y cada uno puede tener sus propias motivaciones subyacentes. Algunos de los más comunes incluyen la automutilación, que suele implicar cortes o quemaduras en la piel, y el comportamiento autolesivo no suicida (NSSI, por sus siglas en inglés), que se realiza sin ninguna intención de acabar con la vida. Otros tipos pueden incluir la tricotilomanía (arrancarse el cabello) y la dermatilomanía (picking skin, o arrancarse la piel).
Las razones detrás de la autolesión son tan diversas como las personas mismas. Pueden incluir el manejo de sentimientos abrumadores, la expresión de dolor emocional que no puede verbalizarse, o incluso como una forma de sentir control en medio de la impotencia. Es importante reconocer que, aunque pueda parecer contradictorio, para algunos, la autolesión es un mecanismo de supervivencia que les permite continuar con su vida diaria.
Los adolescentes son un grupo particularmente vulnerable a la autolesión, debido en parte a los numerosos cambios emocionales, físicos y sociales a los que se enfrentan durante esta etapa de la vida. Los síntomas de la autolesión en adolescentes pueden incluir cortes o quemaduras en la piel, vestir ropa de manga larga o pantalones incluso en clima cálido para ocultar las marcas y una tendencia a aislarse.
La psicóloga Carolina Lozano señala en su artículo que en la etapa de la adolescencia, no se disponen de todos los recursos necesarios para saber manejar la cantidad de emociones y cambios que están sintiendo, por lo que los lleva a tener mucho sufrimiento. Algunos adolescentes lo llevan peor que otros, y es aquí cuando buscan alternativas para omitir el sufrimiento mediante autolesiones.
Para lidiar con la autolesión en adolescentes, es esencial un enfoque compasivo y no punitivo. El primer paso es crear un ambiente de confianza y seguridad donde el joven se sienta cómodo para hablar de sus sentimientos. La búsqueda de ayuda profesional a través de terapia psicológica es crucial, y en algunos casos, la medicación puede ser necesaria. La educación y el apoyo familiar también son componentes clave en el proceso de recuperación.
La autolesión en adultos a menudo está envuelta en un velo de estigma y malentendidos. A diferencia de los adolescentes, los adultos pueden haber desarrollado habilidades más sofisticadas para ocultar su comportamiento y pueden enfrentarse a diferentes tipos de estrés o desencadenantes.
Tal y como explica en su artículo la psicóloga Carmen Rodríguez de Haro, las causas de las autolesiones en adultos son variadas. Estas son algunas de ellas:
Detrás de la autolesión en adultos también puede haber un historial de comportamiento autolesivo durante la adolescencia que no se abordó adecuadamente o que se retoma en tiempos de crisis. Para algunos adultos, la autolesión puede ser una forma de lidiar con la disociación o el vacío emocional, o como un método de autopunición.
El enfoque para abordar la autolesión en adultos debe ser multifacético. Es importante buscar terapia psicológica y, si es necesario, psiquiátrica. Además, es crucial el desarrollo de habilidades de afrontamiento más saludables y el establecimiento de una red de apoyo. En muchos casos, la autolesión es un síntoma de algo más profundo, y el tratamiento debe dirigirse no solo al comportamiento, sino también a las causas subyacentes.
La autolesión es una realidad compleja y multifacética que afecta a individuos en España y en todo el mundo. A través de la comprensión y el apoyo, podemos ofrecer esperanza y ayuda a aquellos que se enfrentan a este desafío. Es fundamental que como sociedad trabajemos para desestigmatizar la autolesión y promover la salud mental, creando espacios seguros para la conversación y el apoyo.
Buscar ayuda profesional, educarse sobre el tema y apoyarse en la familia y amigos puede hacer una gran diferencia.
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