Claudia Castilla, Especialista Contenido Médico
En España, como en el resto del mundo, es una de las enfermedades oculares más comunes y afecta a personas de todas las edades. Es la inflamación o infección de la conjuntiva, la membrana transparente que recubre el blanco del ojo y el interior de los párpados. A menudo se la conoce como “ojo rojo” debido a la apariencia característica que presenta.
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La conjuntivitis puede ser molesta y persistente si no se trata correctamente. Abarca desde una leve irritación hasta una infección severa que puede comprometer la visión. Por ello, es crucial entender sus síntomas, causas y tratamientos para manejarla eficazmente y evitar su propagación.
La conjuntivitis viral es causada por virus similares a los que producen el resfriado común. Es sumamente contagiosa y suele propagarse con rapidez en ambientes cerrados como colegios o lugares de trabajo. El oftalmólogo Eduardo Pérez Salvador, explica algunos de los síntomas de la conjuntivitis vírica. Estos son algunos de ellos:
Para tratar la conjuntivitis vírica, es fundamental mantener una buena higiene. Lavarse las manos con frecuencia y evitar tocarse los ojos son pasos clave para prevenir su transmisión. Los tratamientos suelen ser paliativos, enfocados en aliviar los síntomas, ya que la infección viral debe seguir su curso. Compresas frías y lágrimas artificiales pueden ser de gran ayuda.
La conjuntivitis bacteriana es diferente a la vírica porque es causada por bacterias. Puede afectar a uno o ambos ojos y se manifiesta mediante enrojecimiento, hinchazón de los párpados y una secreción espesa de color amarillo o verde que puede hacer que los párpados se peguen, especialmente después de dormir.
El oftalmólogo Adrián Hernández nos explica en su artículo que la primera y más importante medida para tratar la conjuntivitis bacteriana es la higiene, lavando siempre las secreciones, tanto del ojo como de las pestañas y párpados, y mejorando la higiene de cara y manos. A esto asociaremos el uso de lágrimas artificiales varias veces al día para ayudar en la higiene y en la eliminación de los gérmenes.
Los antibióticos juegan un papel crucial en el tratamiento de la conjuntivitis bacteriana. Son efectivos para erradicar la infección y acelerar la recuperación. Estos pueden ser en forma de gotas oculares o pomadas. Es importante seguir las instrucciones del médico y completar el tratamiento completo para asegurarse de que la infección se haya ido por completo.
La conjuntivitis alérgica ocurre cuando los ojos reaccionan a sustancias que irritan la conjuntiva en personas sensibles. Tal y como señala el oftalmólogo Adrián Hernández en su artículo, en el caso de la conjuntivitis alérgica, puede resultar útil el uso de lágrimas artificiales cuando se sospeche exposición al alérgeno para reducir su contacto con la conjuntiva, aparte de otras medidas de higiene como el lavado de manos habitual y no tocarse los ojos.
Reducir la exposición a alérgenos es esencial en la gestión de la conjuntivitis alérgica. Mantener las ventanas cerradas para evitar que el polen entre, usar purificadores de aire y limpiar con regularidad para reducir los ácaros del polvo. También es útil usar gafas de sol al salir para proteger los ojos de los alérgenos ambientales.
La conjuntivitis en niños puede ser una experiencia angustiante tanto para los pequeños como para los padres. Los niños son especialmente propensos a contraer conjuntivitis debido a su estrecho contacto en ambientes como la escuela o el parque.
Buscar atención médica es crucial cuando se presentan síntomas como dolor ocular intenso, visión borrosa o sensibilidad a la luz. Estos pueden ser signos de una infección más grave. Además, si los síntomas no mejoran con el tratamiento casero o si hay fiebre, es importante consultar a un médico.
En casa, se pueden tomar medidas para aliviar los síntomas y evitar la propagación de la conjuntivitis. Enseñar a los niños a lavarse las manos con frecuencia es fundamental. Además, limpiar suavemente los ojos con un paño limpio y tibio puede ayudar a eliminar las secreciones. Es importante también que los niños no compartan toallas ni almohadas y que se les anime a no tocarse los ojos.
Una hemorragia subconjuntival puede parecer alarmante, pero generalmente es inofensiva y se resuelve sin tratamiento. El oftalmólogo Adrián Hernández nos explica que esta hemorragia se produce por la rotura de un pequeño vaso sanguíneo a este nivel. Además describe algunas de las principales causas. Estas son algunas de ellas:
Las causas pueden incluir un aumento repentino de la presión en los vasos sanguíneos debido a estornudar, toser fuerte o esfuerzo.
El tratamiento suele ser innecesario, ya que la sangre se reabsorbe por sí sola en una o dos semanas. Sin embargo, si la causa es un trastorno subyacente, entonces ese trastorno debe ser tratado. Evitar medicamentos como la aspirina o anticoagulantes, que pueden aumentar el riesgo de sangrado, puede ser recomendable tras hablarlo con un médico.
La conjuntivitis es una afección ocular común pero compleja con muchas variantes y causas. A lo largo de esta guía, hemos explorado las diferencias entre conjuntivitis viral, bacteriana y alérgica, y cómo cada una se manifiesta, se trata y, lo que es más importante, se previene. También hemos visto la importancia de actuar rápidamente ante la conjuntivitis en niños y hemos desmitificado la hemorragia subconjuntival.
Recuerda, al primer signo de conjuntivitis, es esencial adoptar medidas higiénicas y consultar a un especialista para el tratamiento adecuado. La salud ocular es crítica y merece nuestra atención y cuidado.
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