Los celos y la envidia son dos emociones complejas que tienden a confundirse entre sí. La envidia, es una sensación de malestar o dolor ante la existencia de algo que tiene la otra persona y que desea para uno mismo y genera sentimientos de rabia, enfado o tristeza poniendo la atención en él como persona, ya sea porque consigue mejores notas, tiene más amigos.
Sin embargo, los celos están más enfocados a una sensación de preocupación o angustia que se genera ante una persona que nos pueda quitar algo que para nosotros es valioso, poniendo el foco de atención en aquello que teme que puede perder (ej. figura materna, paterna) en busca de cariño. Es importante poder detectarlas y reconocerlas a tiempo, debido a que es un aspecto vital para poder abordarlas de una forma adecuada y así poder devolver el bienestar emocional y psicológico al niño afectado y a su vez a la familia.
Los celos infantiles son un conjunto de comportamientos inadecuados los cuales se realizan de forma inconsciente y pueden llegar a afectar a otras áreas de su vida y también al ambiente familiar. A través de este comportamiento los niños expresan su miedo a ser abandonados por sus figuras de apego, normalmente suele ser la madre, y lo que buscan es llamar la atención y así poder tranquilizarse.
Los celos infantiles suelen coincidir con el nacimiento de un hermano, derivado de una estrategia educativa por parte de los padres no es adecuada y, el niño vive está situación de forma estresante debido a que la llegada de su hermano supone una amenaza en la relación con su madre y esto es lo que provoca el síndrome del “Príncipe destronado”.
Como decíamos en la introducción de este artículo, tanto los celos como la envidia son emociones normales, sanas y adaptativas, debido a que tienen una finalidad, avisarnos de algo y es importante que recordemos que son oportunidades que se le da a vuestro hijo para explorar cómo se siente, sus temores, sus inseguridades o sus miedos, y así poder encontrar juntos la manera en que se pueda sentirse valorado e importante dentro del núcleo familiar.
Al igual que debemos ayudarle a expresar y regular esas emociones que le resultan más conflictivas de una forma adecuada, sin tener que dañar a otros a través del uso de la violencia ni la agresividad, ni hacia el mismo. Si necesitas ayuda para gestionar una situación de celos entre hermanos puedes pedir cita con un psicólogo.
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