Claudia Castilla, Especialista Contenido Médico
La fertilidad es un aspecto esencial de la vida humana. Es la capacidad de concebir hijos, y es un aspecto fundamental para muchas personas que desean formar una familia. Sin embargo, la fertilidad puede ser un tema complicado y a veces confuso. Muchas personas tienen problemas de fertilidad y a menudo se sienten perdidas y frustradas por no entender completamente lo que está sucediendo en sus cuerpos
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Es importante entender que la fertilidad no es una ciencia exacta. Cada individuo es diferente, y lo que funciona para una persona puede no funcionar para otra. La fertilidad depende de una serie de factores, incluyendo la edad, la salud general, la genética y muchos otros aspectos.
Además, la fertilidad no es sólo una cuestión de biología. También puede estar influenciada por factores emocionales y psicológicos. Por ejemplo, el estrés puede tener un impacto negativo en la fertilidad. También puede ser afectada por la dieta y el estilo de vida.
La fertilidad es la capacidad de concebir hijos. Los factores que determinan la fertilidad incluyen la edad, la salud general, la genética y los niveles hormonales. Además, hay ciertos días en el ciclo menstrual de una mujer que son considerados como “días fértiles”. La ginecologa Natalia Siegert, explica en su artículo sobre los días fértiles que “la estrategia más recomendada para concebir sigue siendo tener relaciones sexuales con regularidad (cada dos días, si es posible) en torno a la ventana fértil (cinco días antes de la ovulación hasta el día mismo de la ovulación), en lugar de esperar a que un test de ovulación arroje resultados positivos.
La ovulación es el proceso por el cual un óvulo es liberado del ovario y está disponible para ser fertilizado. Si un espermatozoide encuentra y fertiliza el óvulo durante este tiempo, puede resultar en un embarazo.
Es importante recordar que aunque estos son los días más fértiles, todavía es posible concebir en otros momentos del ciclo menstrual. Por lo tanto, si está tratando de concebir, es mejor no limitarse sólo a estos días.
Las pruebas de fertilidad para mujeres son una serie de exámenes y procedimientos que se realizan para determinar la capacidad de una mujer para concebir. Estas pruebas pueden incluir análisis de sangre para medir los niveles hormonales, ecografías para examinar los órganos reproductivos, y pruebas más invasivas como la histerosalpingografía o la laparoscopia.
El ginecólogo Grether Pérez destaca que “la determinación de AMH (hormona antimulleriana) es imprescindible siempre para conocer la fertilidad de la mujer. La determinación de FSH, LH, 17-B-estradiol pueden ayudar ante la sospecha de un hipogonadismo-hipogonadotropo, en mujeres mayores de 35 años con una reserva ovárica comprometida o en mujeres con ciclos irregulares, independientemente de la edad. En el momento de valorar si una mujer menor de 37 años ovula, se podría además solicitar una determinación de progesterona plasmática en fase medio lútea (días 21 o 22 del ciclo).
Las pruebas de fertilidad pueden ser un proceso emocionalmente agotador. Es importante recordar que tener problemas de fertilidad no significa que nunca podrá tener hijos. Muchas mujeres que tienen problemas de fertilidad finalmente conciben, ya sea naturalmente o con la ayuda de tratamiento.
Al igual que las mujeres, los hombres también pueden someterse a pruebas de fertilidad. Estas pruebas pueden incluir análisis seminal para evaluar la calidad y cantidad de los espermatozoides, análisis de sangre para medir los niveles hormonales, y pruebas físicas para identificar cualquier problema anatómico.
El ginecólogo Grether Pérez explica algunas de las causas más comunes de infertilidad masculina:
Es importante recordar que la fertilidad masculina también puede ser afectada por una serie de factores, incluyendo la edad, la salud general, la genética y el estilo de vida. Además, al igual que en las mujeres, es posible que un hombre tenga resultados de pruebas de fertilidad normales y aún así tenga dificultades para concebir.
Existen una serie de tratamientos de fertilidad disponibles para aquellos que tienen dificultades para concebir. Estos pueden variar desde cambios en el estilo de vida y la dieta, hasta medicamentos y procedimientos médicos
Algunos de los tratamientos de fertilidad más comunes incluyen la fertilización in vitro (FIV), la inseminación intrauterina (IIU), y los medicamentos para la fertilidad. La FIV implica la extracción de óvulos de los ovarios de una mujer, que luego son fertilizados en un laboratorio y reimplantados en el útero. La IIU implica la inyección directa de espermatozoides en el útero para facilitar la fertilización.
Es importante recordar que estos tratamientos no son una garantía de embarazo. También pueden ser emocionalmente y físicamente agotadores, y pueden tener efectos secundarios.
La dieta puede tener un impacto en la fertilidad. Existen ciertos alimentos que promueven la fertilidad en hombres y mujeres. Estos incluyen alimentos ricos en ácido fólico, como las espinacas y las lentejas, alimentos ricos en antioxidantes, como las bayas, y alimentos ricos en omega-3, como el salmón y las nueces.
La nutricionista Jennifer Quirante explica que existen una serie de vitaminas que ayudan a potenciar tanto la fertilidad femenina como la masculina. Estas son algunas de ellas:
Es importante recordar que una dieta saludable en general es importante para la fertilidad. Esto incluye una variedad de frutas y verduras, proteínas magras, granos enteros, y una cantidad limitada de grasas saturadas y azúcares añadidos.
El estrés puede tener un impacto negativo en la fertilidad. Se cree que el estrés puede interferir con las hormonas que regulan la ovulación y la producción de espermatozoides. También puede afectar la libido y la función sexual, lo que puede dificultar la concepción.
Cuando estamos estresados, nuestro cuerpo produce más cortisol y adrenalina, dos hormonas que pueden tener un impacto en la fertilidad.
Es importante encontrar maneras de manejar el estrés si está tratando de concebir. Esto puede incluir técnicas de relajación como la meditación y el yoga, hacer ejercicio regularmente, y hablar con un terapeuta o consejero.
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