A continuación, encontrarás una lista de estrategias para combatir la hipocondría:
En la actualidad, tenemos acceso a mucha información de salud en internet. Algo que resulta de gran utilidad si se hace una lectura responsable de la misma. Ya que sino comenzamos a darle demasiado peso a la información obtenida y a proyectar esos síntomas que hemos leído en internet en nosotros mismos. Por lo que se termina por dar un auto diagnóstico tras esas búsquedas en internet. Acude al experto del área de salud que te corresponda. Será el encargado de decirte si esos datos que has encontrado en internet se corresponden a tu caso.
Hay muchos temas de conversación, pero si te limitas a focalizarte en temas relativos a las enfermedades, así lograrás que tus pensamientos negativos y revisión de síntomas o proyecciones continúen dentro de ti. Por tanto, trata de reducir todo lo que te sea posible las charlas sobre enfermedades.
Al evitar tener contacto con el disparador que conecta con nuestra ansia y obsesión, logramos no vernos reflejados con el contenido de tales programas.
El miedo a enfermar o a creer que estás enfermando, te está condicionando tu calidad de vida. Esto mismo ocurre con tus obsesiones sobre esta temática. Por lo que comenzar a responsabilizarse de cómo gestionar tus emociones y tus pensamientos, es un buen comienzo.
La vida conlleva momentos agradables, pero también otros que no lo son, por lo que aprender a manejar el malestar que la propia vida otorga como parte de la misma, te ayudará a comprender que no es algo excepcional, sino que es algo cotidiano y que además nos ayuda a superarnos.
Hay que comprender que una situación o un hecho se puede dar, puede que un hecho sea posible, pero eso no implica que automáticamente ese hecho sea probable. La probabilidad de que lo que estás creyendo que te ocurre sea real es muy baja, y los pensamientos de visión catastrófica te llevan a muchos escenarios posibles y a cada cual peor que el anterior y a creer que ese se ajusta más a tu caso. La verdad es que es una distorsión cognitiva que te aterra y te hace creer que ese es tu caso, pero eso no implica que sea de ese modo.
Llevar una vida ordenada con unos buenos hábitos, nos va a ayudar a reducir la ansiedad anticipatoria frente a la enfermedad y en cómo la misma avanza, por lo que nos lleva a focalizarnos más en el futuro que en el presente. En cambio, si conseguimos llevar una vida ordenada, con unos buenos hábitos saludables y diversas actividades que nos resulten agradables, estas nos ayudarán a estar más conectados con las mismas y con el presente, restándole espacio a los pensamientos obsesivos.
Las técnicas de relajación son muy efectivas para calmar las mentes ansiosas, además de ayudar a reducir sintomatología. Por lo que, si se practican con regularidad, y además incluimos meditación, vas a lograr un aumento en la gestión de tus emociones y pensamientos. Por tanto, son pautas muy recomendables.
En terapia se trabajará de manera personalizada todos los malestares que presentes. Te ayudará a saber localizar todos aquellos pensamientos, detonantes o emociones que te hacen tener una mala relación frente a la enfermedad y sus síntomas. Por lo que te guiaran para reestructurar los pensamientos que te están dificultando y equilibrar las emociones que te resultan desagradables.
La enfermedad y los síntomas que sientes, te han ido apartando más de ti mismo, restándote espacio y tiempo para ti. Por lo que retomar el control con pequeños gestos cotidianos que vayas implementándolos y aumentándolos de forma gradual, te ayudarán a recuperar el control que has perdido.
Cursar hipocondría reduce la calidad de vida, por lo que en el presente artículo hemos podido aprender distintas estrategias para no aumentar o mantener la hipocondría.
Si buscas aprender más sobre la hipocondría y cómo gestionarla de manera eficaz, te recomendamos echar un vistazo a nuestra guía.
Referencias
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