La pubalgia es una patología que se caracteriza por el dolor en la región inguinal, especialmente en la zona del pubis, y que suele estar asociada a actividades deportivas que involucran movimientos repetitivos de la pelvis y la región inguinal (Brooks & Fuller, 2006).
Aunque la pubalgia es una entidad clínica compleja, suele estar relacionada con las lesiones de los músculos aductores, lesiones en los músculos abdominales, irritación del pubis o incluso hernias inguinales. A menudo resulta de la tensión repetida en movimientos que involucran flexión, extensión y rotación de la pelvis (Weir, et al. 2015).
Aunque es más común en atletas, la pubalgia también puede afectar a personas que realizan actividades físicas intensas o que tienen una predisposición a lesiones en la región inguinal y pelvis baja (Paajanen et al. 2011).
Se trata de una lesión muy frecuente, siendo la segunda lesión por excelencia en fútbol con un 17% de incidencia y con una severidad promedio de 29,5 días de baja.
Visto la importancia de esta patología en este artículo vamos a realizar una tabla de ejercicios para una prevención adecuada de la pubalgia.
Para una prevención eficaz de la pubalgia será necesario mantener una rutina de fortalecimiento abdominal, aductor y glúteo, combinado con estiramientos, movilidad de cadera y por supuesto un trabajo especializado en técnica deportiva de aquella actividad que realices en tu día a día. Esta es nuestra propuesta de ejercicios; las repeticiones dependerán de la situación de cada persona.
Además de lo anterior sería necesario realizar ejercicios de técnica específica del deporte realizado.
La pubalgia es una patología dolorosa en la región inguinal, común en deportistas debido a movimientos repetitivos. Suele estar relacionada con lesiones en los músculos aductores, abdominales, irritación del pubis y hernias inguinales, causada por tensiones en movimientos de la pelvis. Afecta a atletas y personas activas.
Es importante destacar que la prevención de la pubalgia debe ser abordada de manera integral, incluyendo ejercicios específicos, pero también cuidando la técnica de entrenamiento, la recuperación adecuada y la atención a cualquier signo de molestia o dolor en la región inguinal. Para una prevención adecuada es necesario trabajar tanto la movilidad de cadera como el fortalecimiento aductor, abdominal y glúteo. Consulta a un fisioterapeuta si tienes alguna duda.
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