El hombro congelado, denominado también capsulitis retráctil o periartritis escapulo humeral es una lesión que implica dolor y la pérdida de la movilidad parcial o casi total de la articulación escapulo humeral.
El dolor y la falta de movilidad de esta articulación, la más móvil del cuerpo, hacen del hombro congelado o doloroso uno de los motivos más frecuentes de consulta traumatológica y de fisioterapia. Esta lesión se da más en mujeres (siete de cada diez pacientes son mujeres) y en personas a partir de los 40 años.
Lo que denominamos articulación del hombro se compone de tres articulaciones que generan el movimiento total del brazo. Estas articulaciones son las siguientes:
Aparte de éstas articulaciones existen dos pseudo articulaciones que no se forman por la unión de superficies óseas, si no entre planos musculares. Estas pseudoarticulaciones son las siguientes:
Entre estas articulaciones se forma el movimiento completo de la articulación del hombro que es la más móvil del cuerpo.
Los movimientos y sus rangos de la articulación del hombro son los siguientes:
Las causas principales del hombro congelado, son diversas pero las más corrientes suelen ser:
Las lesiones de los tendones del manguito rotador formado por los tendones de los músculos:
La lesión del hombro congelado se manifiesta en general en tres fases o etapas con diferente sintomatología cada una.
En todas estas fases el dolor puede ser agudo y aparecer por la noche con lo que esto supone para el paciente.
El tratamiento fisioterápico del hombro congelado tiene que comenzar lo antes posible, nada más que el dolor empieza y se confirma por medio de la sintomatología y pruebas médicas.
Este tratamiento consiste en:
Masoterapia de partes blandas para poder después poder movilizar de forma pasiva la articulación (movilización intraarticular), ganar amplitud de movimiento con movilizaciones pasivas y ejercicios de contrarresistencia muscular para conseguir la relajación muscular y mejorar la amplitud de movimientos.
Los estiramientos pasivos en la etapa dolorosa son cortos de tiempo con una duración de 10 a 15 segundos e intensidad para intentar generar el menor dolor posible al paciente. Se podrán hacer estiramientos de:
En la etapa de rigidez los estiramientos no serán efectivos y será mucho mejor para la buena evolución de la lesión las movilizaciones intrínsecas de la pseudo articulación escapulo torácica, de la clavícula y la articulación escapulo humeral.
En la etapa de alivio podremos aumentar la amplitud de los estiramientos y la duración (hasta 30 segundos) pudiendo hacer los estiramientos activos, isométricos y combinarlos con las movilizaciones intrínsecas articulares.
Es importante en todas las etapas de la lesión realizar también estiramientos isométricos de los músculos del cuello que tengan relación con el hombro. Trapecio, escalenos, romboides, esplenios…
Con todos estos estiramientos conseguiremos que la duración de la lesión sea más corta y menos dolorosa para el paciente y perderá la menor movilidad posible. Pide una cita con un fisioterapeuta para que pueda ayudarte en lo que necesites.
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